Las lágrimas de Morata tienen explicación: su semana más difícil con robo a su familia incluido
El delantero rompió a llorar tras pasar a semifinales después de unos días marcados por su futuro deportivo y el asalto a su casa veraniega.
![Las lágrimas de Morata en el banquillo./](http://s1.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202407/05/media/cortadas/morata-2-RlVw88CJAuhprPAHGw7SSXP-1200x648@Relevo.jpg)
Morata rompió a llorar. Se abrazó a Remiro. Estaba desconsolado. Roto. Pero no de tristeza. Es la felicidad de un capitán que no lo ha pasado bien y que sabe que España está en semifinales. Sus lágrimas tienen explicación. Hay mucha tensión de por medio. Ha vivido una de las semanas más complejas de su carrera deportiva. Incluso de su vida. Lo ha vivido todo. Un fichaje por Arabia que estaba hecho, su continuidad en el Atlético, los ya clásicos mensajes críticos en redes sociales, la llamada de Ibrahimovic, un robo en su casa, la tensión del partido, el pase de ronda y una amarilla que le pudo costar muy cara. Lo que no le pase a Álvaro Morata...
Él es un capitán que siempre trata de llevar en volandas al equipo. Trabaja en mantenerse al margen de los comentarios en redes sociales, pero no es fácil ni siempre lo consigue. Siente que hay una persecución contra él, que se da, sobre todo, durante el año. Pero también en la Eurocopa, pese a jugar en el equipo de todos. Mientras intenta olvidarlo, a su alrededor no dejan de llegar incendios. Esta semana, especialmente, ha resultado un martirio.
El delantero ha vivido en sus propias carnes la tensión de su fichaje por Arabia Saudí. A las 0:00 tenía cerrada su llegada al equipo de Míchel. Doce horas después, solo faltaba la firma, pero lo tumbó. Esas horas de incertidumbre y tensión, cuando su futuro depende de una llamada, le pasaron factura. No es sencillo lidiar con algo así en mitad de una Eurocopa, quizás su última Eurocopa. Morata dijo no a más de 15 millones anuales por un contrato por tres temporadas más una opcional.
Su negativa final defraudó a muchas personas implicadas en la operación y que llevaban semanas trabajando para que se cerrase. Morata quiso zanjarlo con una publicación conjunta con el Atlético de Madrid anunciando su continuidad, cuando ya todos daban por hecho su adiós. Horas después, recibió la llamada de Zlatan Ibrahimovic para tentarle para el Milan. Tendrá complicado dar marcha atrás, más con el post en su cuenta de Instagram. Pese a ello, ya había decidido irse. Por eso llegó a dar luz verde al traspaso, aunque luego se echara para atrás.
Fueron días tormentosos. Un cóctel de emociones mientras en la concentración de la Selección trabajaban sin descanso para dar con la clave para tumbar a Alemania. No fue lo único que le ocurrió a Morata... Alice Campello, su mujer, anunció que vivió una pesadilla junto a su familia. La mansión de Porto Cervo, en Cerdeña, fue atracada mientras ella veía a España en la Eurocopa.
Lo contó la propia Campello para evitar filtraciones: "Nos robaron todo lo que habíamos traído de vacaciones. Estamos bien. Ahora tenemos gente que está con nosotros las 24 horas y estamos todos más tranquilos". No era la primera vez. Unos ladrones asaltaron la casa de Morata en Madrid durante otro partido con la Selección. Afortunadamente, ninguna persona se ha visto involucrada, si bien ha sido un susto grande que tampoco ha permitido a Morata vivir con tranquilidad una semana tan trascendental para el futuro de la Selección española.
Una tarjeta que nunca existió
La fortuna de Morata también merece un capítulo aparte. La imagen de sus lágrimas desconsoladas llevaba al engaño. Incluso se podía pensar que en realidad se lamentaba por esa presunta amarilla que vio en el minuto 119 por celebrar en exceso el tanto de Mikel Merino. Esa tarjeta era trampa: le hacía perderse las semifinales. Por un detalle de nada, por un segundo de euforia desmedida... La retransmisión televisiva enseñó en un gráfico que tanto él como Fabián habían visto cartulina. Después, lo confirmó (o pareció confirmar) UEFA incluyéndola en el directo de su página web. Y en el documento que, a posteriori, se crea automáticamente derivado de este hilo.
![Morata y Olmo celebran. REUTERS](http://s2.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202407/05/media/cortadas/morata-34-U76883503157paL-406x720@Relevo.jpg?cw=300&ch=533)
Pero Morata no se había enterado. Sus lágrimas eran fruto del mejunje de emociones ya expuesto. Estaba desconsolado por el broche a una semana de lo más agitada. El jugador lo descubrió cuando llegó a zona mixta, gracias a periodistas que se lo comunicaron. "Fabián ha hecho algo en el banquillo, pero yo no he hecho nada", dijo con asombro. En realidad, tenía razón. No pudo ser consciente de la amarilla porque esta jamás existió.
La Federación, preocupada por esa amarilla fantasma que televisión y UEFA habían anunciado, preguntó formalmente al organismo si había llegado o no. La respuesta fue negativa. La cartulina no existió y Morata podrá jugar las semifinales en un día soñado. Este susto solucionado y la clasificación de España en un partido inolvidable están detrás de unas lágrimas que comenzaron a fraguarse a principios de semana, cuando un turbulento futuro deportivo y un robo a su domicilio vacacional fueron una enorme piedra en su camino. Su semana más difícil tiene final feliz.