OPINIÓN

Lamine Yamal y Nico Williams no pueden cometer el mismo error con Kroos que sus mayores con Zidane

Lamine y Nico celebran el gol de Williams./REUTERS
Lamine y Nico celebran el gol de Williams. REUTERS

Pues volando rumbo al viernes en Stuttgart contra Alemania, el partido de la Eurocopa, una de las finales anticipadas que llega excesivamente pronto, porque el sábado en el torneo o no estarán Kroos, Gündogan y Musiala o Rodrigo, Lamine y Nico Williams. En Colonia, bajo la lluvia veraniega, España se incendió con otro recital, este más a fogonazos que coral, con dos chavales, padre e hijo, se vacilan mutuamente, Lamine y Nico, Nico y Lamine, la España del presente.

Para esta Eurocopa, en Relevo lanzamos una camiseta de edición exclusiva y conmemorativa de nuestra selección. Estaba inspirada en las distintas raíces de nuestros jugadores, representadas en elementos florales y ornamentales. Lamine aunaba tres, la iconografía africana por su madre guineana, la cerámica marroquí por su padre y la rosa por su nacimiento en Cataluña. El de Nico, pamplonica de nacimiento, es el Eguzkilore vasco, aunque bien podría ser también por el Ghana de sus progenitores. Es el reflejo de una sociedad diversa y una GenZ desacomplejada, que no pide permiso a los mayores, que vive deprisa, saltándose los plazos.

Otras generaciones afrontaron los partidos contra Alemania con el respeto de los que crecimos viéndoles como gigantes, altos y rubios, rocas contra las que al chocar salíamos rebotados. Luego les ganamos, en Viena y Durban, 2008 y 2010, sendos 1-0 que ahora nos parecen de otra vida. No nos imaginamos a Nico y Lamine tragando saliva antes de enfrentar a la anfitriona. Acabaron el partido y se jugaron un piedra, papel o tijera para quien bebía antes de una botella (?). Como si estuvieran en el patio del recreo del instituto.

No se puede cometer contra la Alemania de Kroos el mismo error que contra la Francia de Zidane. Llegamos a aquellos octavos del Mundial 2006 queriendo jubilar a Zizou y nos mandaron para casa casi sin despeinarse. La situación es pareja, porque los nuestros tendrán enfrente a una leyenda del fútbol y mito madridista en el que puede ser su último partido como profesional una vez cerrada su carrera de clubes. Que la osadía no se convierta en falsa superioridad. Que no se crezcan más de la cuenta, capitanes.

Aquella España fue la semilla de la campeona. Luis Aragonés apartó a los veteranos tras el Mundial (Raúl, Cañizares, Salgado…) y se entregó a los chavales. El fútbol va y viene y Del Bosque acabó el ciclo precisamente entregado y rehén de los que lo habían ganado todo. Ahora estamos en manos de dos talentos como pocas veces hemos visto en nuestro país. Sus padres no nacieron aquí. Pero España siempre tuvo raíces heterogéneas. Y orgullosos estamos de ello.