Llegó a Francia en patera y fue el único convocado a la selección sin tener DNI: "Toda mi historia me explotó en la cara"
Río Mavuba cuenta a Relevo su historia, cómo vivió las elecciones legislativas y qué piensa de una Francia representada por la multiculturalidad.

"Ha habido gente que se ha sentido aliviada". Estas fueron las palabras de Adrien Rabiot antes de las semifinales de la Eurocopa entre España y Francia. Un respiro previo al partido por las elecciones legislativas en las que Agrupación Nacional, partido de extrema derecha, no logró llegar al poder. Fue una victoria de un país multicultural y repleto de orígenes. Incluso aquellos tan irreconocibles como pueden ser las aguas internacionales. ¿Se puede venir del mar? Sí, eso aparecía en los documentos de Río Mavuba (Océano Atlántico, 8 de marzo de 1984), el futbolista que nació en una patera.
"Estaba siendo la guerra civil en Angola y mis padres huyeron de la guerra. No tengo todos los detalles porque era muy pequeño, pero sé que atravesaron el continente y después cogieron una patera para llegar a Europa, a Francia. Y ahí es dónde aparecí yo, en ese barco, y acabé aquí", nos cuenta Río Mavuba a Relevo, antes de ponerse a preparar su próximo entrenamiento con el Girondins de Burdeos. Ahora es entrenador después de haber hecho carrera en Girondins, Lille, Villarreal y Sparta Praga, además de ser internacional. Pero antes de todo eso, tuvo que formarse como persona.
Si nacer en el mar es un punto de partida inhóspito, imagínate perder a tus referentes desde niño. Su madre, Teresa, falleció a los dos años. Su padre, Ricky, que también fue jugador de fútbol y disputó el Mundial de 1974 con Zaire, murió una década después. "Es verdad que biológicamente me quedé huérfano a los 13 años, pero después crecí con mis 11 hermanos y mi madre de corazón", explica sonriéndonos. Porque para Río, su vida familiar está llena de buenos recuerdos, pero sobre todo de apoyo: "Siempre nos fue bien y siempre fuimos solidarios los unos con los otros, que a nadie le faltase nada".
Le Pen, entre sus políticas sobre inmigración, promovía recortes y prohibiciones en las ayudas sociales a los inmigrantes, refugiados y no miembros de la Unión Europea. Esa Francia choca frontalmente con la que vivió Río. "Crecimos en viviendas sociales en barrios con muchas familias extranjeras e inmigrantes. Ahora vemos menos este tipo de lugares, pero en aquella época había muchas familias refugiadas", recuerda. Y esa mano que una vez tendió el gobierno francés hacia los refugiados, donde se dio una mezcla de culturas entre los barrios asistidos, le "forjó como hombre". De ahí que reniegue la sombra de la extrema derecha que acecha a su país y quiere acabar con lo que vivió: "Duele ver a Francia así".
Sin nacionalidad hasta 2005
Río desarrolló su vida como un niño corriente. "No tuve ningún problema", recuerda, Primera, secundaria… y fútbol. Mucho fútbol. Hasta el punto de llegar a las categorías inferiores del Girondins de Burdeos. Todo cambia cuando la FFF (Federación Francesa de Fútbol) le capta para jugar con las inferiores en 2005, aunque la República Democrática del Congo también le había captado. Faltaba algo. "No vi ninguna diferencia con los demás hasta que un día llegó la selección regional de U14 o U15 y no pude ir. Ahí me dijeron que no era francés, que no tenía papeles. Solo tenía una tarjeta de refugiado político y fue en ese momento que toda mi historia me explotó en la cara", explica.
Su historia le golpeó, como a muchos otros. Río Mavuba no tenía un lugar concreto. Él había nacido en el mar y su documentación no definía un punto de partida, aunque sí lo tuviera. Si el Girondins es el equipo de la vida de Mavuba seguramente fue por la implicación hacia ese joven que, en ese momento, estuvo perdido. "Se pusieron a reconstituir toda mi documentación para poder obtener la nacionalidad francesa", recuerda. Por suerte, Río era muy bueno jugando al fútbol. Francia le quería y todo se aceleró. "Lo digo muchas veces, es muy probable que sea el único jugador que ha sido convocado sin tener documento de identidad francés. Aunque llego muy pronto y pude jugar", puntualiza.
«Hubiese dado miedo la llegada de Agrupación Nacional»
En la mente de Río no existe una Francia diferente a la que ha vivido, aunque se le "pasó por la cabeza". Su actitud siempre transmite confianza. Cree en lo que es su país, aunque no niega lo que hubiera provocado la llegada de Agrupación Nacional. "Está claro que hubiese dado miedo, mucha gente lo ha tenido, pero parece que todo se ha vuelto a calmar. Pero no me he parado a pensar mucho en eso o en si la selección francesa hubiese cambiado. Está claro que ha habido frases inaceptables que han ido demasiado lejos, pero creo en la fuerza de Francia y de los franceses y sé que nunca ocurrirá algo así", respira.
«En Francia nunca he sufrido racismo»
"Todo fue bien", es una frase que Río Mavuba repite en numerosas ocasiones. Ni siquiera cuando sacamos el racismo como tema de conversación. "Nunca lo he sufrido en Francia. Creo que la selección francesa representa bien a nuestro país con jugadores de diferentes culturas y eso es lo bonito. Creo que Francia es mejor cuando estamos mezclados y nos ayudamos a vivir juntos", nos explica. Aunque sí señala su paso por República Checa, la última etapa de su carrera.
"Allí tenían una costumbre en la que después de los partidos los jugadores se acercaban al público a chocarles la mano, y en los primeros partidos me tiraban del brazo. Yo era uno de los primeros en la fila y después pregunté al resto de mis compañeros extranjeros si les habían hecho lo mismo. Un israelí, un camerunés, un turco… a todos les trataban diferente y les tiraban del brazo. Nos chocó mucho y fuimos a hablar con el club", nos cuenta.
El fútbol como fuente canalizadora
Para Mavuba el fútbol lo ha arreglado todo. "Siempre fue una escapatoria", dice cuando recuerda a su padre y los problemas que soportó. Porque aunque le ponga siempre una sonrisa a la vida, su cabeza soportaba tormentos. "Solo pensaba en el terreno de juego y en el fútbol, un lugar donde me he sentido seguro y me ha ayudado en otros aspectos", matiza.
De ahí que sea esta vía por la que ha fundamentado todo, incluso la apertura de un orfanato en Kinsasa, capital de la RD del Congo. "Todo esto es gracias al fútbol, lo que me ha dado. Me ha construido como hombre y puedo ayudar a los demás". De ahí que el objetivo principal de su proyecto sea "acompañar a los huérfanos y ayudarles a construir su vida", como un día tuvo que hacer. No los desasiste, no les deja a merced de lo desconocido. "Ahora también les ayudamos a nivel universitario y tenemos a varios graduados y uno de ellos ya es abogado, estamos muy contentos".