Luis de la Fuente ha ganado la batalla más difícil cuando eres seleccionador… y no tiene que ver con el fútbol

Acabó el partido y uno recuperó sensaciones de otra década, cuando España se imponía a los grandes, cuando se jugaba a lo que queríamos nosotros, cuando decíamos aquello de 'soy español, a qué quieres que te gane'. Porque se nos había olvidado, por mucho que de empate en empate, y entre prórroga y tanda tocáramos las semis en la pasada Eurocopa.
Luis de la Fuente ya ha ganado. Nos está quitando la razón a todos los que pensábamos que le quedaba grande el cargo, que había libretas con más conocimiento y espaldas que él. Seguramente era una cuestión de prensa. DLF tenía muy poca. Ahora la tiene toda. Pero ahí está el riojano, campeón de la Nations y pasando por encima de la campeona de Europa, Italia; la eterna Croacia y la anfitriona Alemania. El seleccionador ha ganado la batalla más difícil de un seleccionador, la de la prensa. El quórum es unánime. Lo disfrutó Del Bosque, pero lo sufrieron hasta el infinito Clemente, Luis Aragonés o Luis Enrique. Alfombra roja ya para el míster para una buena temporada.
Nunca olvidaremos este día, como tampoco la tanda contra Italia en 2008 o el gol de Puyol en Sudáfrica. Tardaremos en ponderar la gesta de Stuttgart, cuando en el campo teníamos a Ferran, Joselu, Oyarzábal o nuestro héroe Mikel Merino. Tumbamos a Alemania sin nuestros primeros espadas. Y tras superar una situación crítica. Porque el partido lo teníamos ganado. El gol del empate sabía derrota. Al final ganamos a Alemania dos veces.
De la Fuente es una mezcla de su sonrisa y su bíceps. Se presentó llamando por su nombre a todos los periodistas en su primera rueda de prensa. Nunca imaginamos a Guardiola o Ancelotti esa cortesía, mucho menos a su predecesor Luis Enrique. No era nada más que educación, aunque algún crítico viera debilidad o excesivas ganas de agradar.
Su liderazgo, porque ya se ha ganado que empleemos ese término con el seleccionador, también se corresponde con sus espaldas anchas y sus brazos de gimnasio. Dicho de otra manera, es contundente y no le tiembla el pulso, aunque jugara con fuego con los cambios contra Alemania. Fue temerario quitar tan pronto a Lamine primero y a Nico después.
Pero esa alegría no fue total. No lo puede ser cuando ya no volveremos ver al '8' de las botas blancas mover al Madrid y su selección como pocas veces lo ha logrado un solo jugador. Toni Kroos deja el fútbol en una última función mucho más leñera de lo habitual. Nos enervó como nunca, tras lesionar a Pedri y repartir estopa como si fuera Casemiro.

Pero prevalece lo que ha hecho disfrutar a cualquier aficionado de este deporte. Será prácticamente imposible que haya otro como él, con su ojo y pie, su cabeza e incluso su dedo índice, con el que ordenaba desmarques. Hoy nos quedamos un poco huérfanos con la marcha de Antonio. El realizador enfocó a una aficionada japonesa, a tenor de la camiseta que portaba, con una pancarta que rezaba 'eres el mejor del mundo'. Sus lágrimas son también las mías.