OPINIÓN

Mariano Rajoy es otro en sus columnas sobre la Selección pero le sobra la política

Mariano Rajoy, en un acto con la Selección./EFE
Mariano Rajoy, en un acto con la Selección. EFE

Mariano Rajoy sorprendió a afines y extraños cuando el medio El Debate anunció su colaboración para el Mundial de Catar de 2022. El que fue presidente del Gobierno publicaría una columna de opinión sobre el devenir de la Selección española tras cada partido. Por la magnitud del personaje, se hicieron virales en cuestión de segundos. Era casi un ritual escuchar el pitido final y acudir a leer las valoraciones del político. Sin embargo, estas no eran especialmente extensas ni tampoco daba la sensación de que creyese en exceso en las posibilidades del equipo nacional.

"Sabíamos que existían carencias", expuso en su columna final, cuando España cayó eliminada contra Marruecos. Aquel día fueron apenas dos párrafos. Continuaba: "Había mucha ilusión en la gente y había muchas expectativas, quizás por encima de las auténticas posibilidades de nuestra selección". Pese a que hasta entonces Mariano Rajoy apuntaba en sus artículos una vía al optimismo, lo cierto es que hablaba como lo hacíamos todos. Creyendo en el sí, pero con un runrún del no sobre nuestras cabezas. El ángel que nos invitaba a creer y el demonio que nos contaba al oído que nuestra realidad, pese al esfuerzo, estaba lejos de situarnos como campeones mundiales.

Han pasado dos años desde entonces y la manifestación de Mariano Rajoy ha cambiado, como la de cada uno de nosotros. Ahora sí, esta España ilusiona de verdad. El gran talento de Nico Williams y Lamine Yamal, el fútbol de Rodri, la fuerza del bloque, el gran ambiente en el vestuario. Ya nadie nos va a arrebatar la ilusión. Ya nadie nos va a decir que no podemos lograr la cuarta Eurocopa. Así lo creemos todos, pero quizás no lo interiorizamos. Son muchos años sintiéndonos inferiores. El título podía llegar, pero con la boca pequeña.

Este viernes Mariano Rajoy nos ha recordado que nosotros ya no somos esos. Y lo ha plasmado con su columna de cada partido. La de siempre, pero tan distinta... El expresidente ya había mostrado más entusiasmo a lo largo del torneo que en el anterior, pero nada como lo de los cuartos de final. Cinco párrafos, su texto más largo, avala que la ilusión está por las nubes. Ya no tuiteamos entre dientes, ya no mandamos mensajes temerosos tras cada gol. Ahora gritamos, ahora nos desgañitamos escribiendo, ahora los GOOOL tienen más 'O'.

No solo la extensión avala el entusiasmo de Rajoy. También la política. Sí, la política. De acuerdo o no con las ideas que manifiesta, lo cierto es que las columnas de Rajoy son más de Rajoy que nunca. La fluidez de quien escribe desde la alegría y la confianza. El que desea que acabe el partido para que lo suyo se pueda leer. Al principio del torneo, jugó un poco al doble sentido. Tras ganar a Croacia: "No van a ser suficientes para mitigar los disgustos que quienes ustedes saben nos dan a diario, pero menos da una piedra".

Con Albania, evolucionó el discurso: "Albania es singular, como la financiación de la que se habla ahora...". Y ya tras la vibrante victoria ante Alemania se ha desmelenado: "Los criterios de la FIFA deben ser como los del CIS". Rajoy viene a decir que hay que ser positivo y no mirar las encuestas para ver quién ganará. Y que el ranking FIFA, que sitúa a Alemania en el puesto 16, no es demasiado certero: "Sus criterios deben ser parecidos a los que utilizan en el CIS o los que usan los responsables de las estadísticas del desempleo en España".

No fue el único chascarrillo político que utilizó Rajoy. También se acordó de Sumar: "Piensen ustedes que, hasta hoy, la media de asistencia a los partidos de la Eurocopa supera las 50.000 personas. Como un mitin de Sumar, vamos, y no hablo de los que lo ven directamente en las televisiones". Es otro, ¿verdad? De su estreno, más tímido a esta extensa columna, más natural, más él. Lo que provoca esta Selección es que ya no tengamos miedo a decir todo lo que llevamos dentro, que volemos junto a ella.

He de decir que no me gustan en exceso los apuntes políticos cuando se habla de este fútbol. No me refiero a estar de acuerdo o no, allá cada uno con sus ideas. Esta Selección es de todos. De los de derechas. De los de izquierdas. De los niños. De nuestros mayores. Quizás sea esa una de las claves de nuestro éxito, un equipo que no fractura y solo une. Y quien no se sienta representado, tiene la puerta abierta de par en par. Como quien en su día no se orgulleció de ver el talento de Nico y Lamine. Mientras, seguiremos leyendo a Rajoy como un ritual. Pero a otro Rajoy. El que se expresa más libremente. Te podrá gustar lo que piensa o no, pero habla desde el corazón. España lo ha conseguido. Hablamos desde dentro, nos lo creemos. Podemos ser campeones.