La madurez de Rodri y la incógnita de Dani Olmo, las dos claves de España
El equipo de Luis de la Fuente ha jugado su mejor encuentro.

La Selección española de Luis de la Fuente ha jugado su mejor partido desde que el técnico asumió el cargo el pasado año. Tras unos partidos en los que España dejó más dudas que certezas, sobre todo a nivel de juego, los de De La Fuente han superado de forma amplia a Georgia en un primer tiempo fantástico en el que se ha podido ver todo lo que el seleccionador quiere que sea su equipo: posesión con sentido y mucho colmillo, buen rendimiento individual y una presión que les ha permitido jugar siempre en campo contrario.
El 4-4-2 que planteaba Georgia buscaba anular el juego interior de España y hacerles sentir incómodos, buscando que sus interiores no jugasen entre líneas y tuviesen que recibir o bien por detrás del doble pivote rival o muy abiertos, en zonas que no supusiesen ningún problema para los georgianos. Pero el guión nunca fue del lado de los locales, y España siempre pudo encontrar a sus jugadores clave allí donde deseaban. Y todo empezaba con Rodri.
El centrocampista del Manchester City está a tal nivel, que es imposible que su sola presencia no eleve de forma sensible el del equipo. Rodri juega levitando, anticipando situaciones a la vez que resolviendo problemas y facilitando la vida al resto. Es muy sencillo explicar el juego a partir de su figura porque resulta prácticamente imposible verle cometer errores en la toma de decisiones: situado por detrás de la doble punta georgiana, sus movimientos y su interpretación del juego ha separado el bloque georgiano y ha puesto constantemente a España en situación ventajosa, sobre todo en su banda izquierda, donde Olmo, Gayà y Fabián han marcado diferencias.
Dani Olmo está en ese momento de confianza y ascendencia en el juego para ser considerado el segundo jugador más importante de España de todos los que hay en esta convocatoria. Su lesión es una trastada, porque el del Leipzig supone un salto cualitativo y, sobre todo, interpretativo a la hora de diseñar rutas para atacar al rival: desde el perfil izquierdo ha dado continuidad a los ataques y nadie ha sido más agresivo (6 disparos, el que más) que él a la hora de acelerar. Cuando regrese Pedri, cuesta no imaginar esa sociedad siendo la que desordene al rival.
Partiendo de la base de que los georgianos no han entendido en ningún momento lo que planteaba la selección de Luis de la Fuente, España tiene muchos motivos para ser optimista, sobre todo porque se ha visto lo que el técnico busca de sus futbolistas y porque no ha habido jugador que no haya sumado. Los detalles de Lamine Yamal y Nico Williams, ambos con gol y siendo los máximos regateadores de España, motivan y estimulan en pensar en el hecho de que la Selección pueda dominar más contextos, porque suponen talento y pausa aceleradora en el primer caso, y desborde y cambio de ritmo en el segundo.
Con Rodri Hernández comandando a este nivel, España siempre estará más cerca de poder llegar a su mejor versión. El centrocampista del Manchester City ha alcanzado tal nivel de madurez, que es capaz de ser diferencial desde una posición en la que normalmente los buenos se mantienen en la sombra.