Martin Ádám, el ídolo vikingo en dos continentes que se pasó la última Eurocopa bebiendo cerveza
El delantero de la Selección de fútbol de Hungría reconoció, entre risas, que siguió el último torneo continental desde el sofá de casa. Ahora, Marco Rossi necesita sus goles para pasar a la siguiente ronda.
![Martin Ádám durante un entrenamiento previo a la Eurocopa./AFP](http://s2.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202406/18/media/cortadas/martin-adam-hungria-RUneUG4uMwxe0tS995S0TfK-1200x648@Relevo.jpg)
Faltaban poco más de diez minutos para acabar el partido y Hungría necesitaba un gol para empatarlo. El seleccionador, Marco Rossi, se giró hacia el banquillo y apuntó a Martin Ádám. Con pintas de vikingo, de delantero de otra época, muchos espectadores se quedaron sorprendidos cuando el realizador lo mostró en la línea de banda, preparado para entrar. No hacía falta conocerle para intuir qué plan llevaría a cabo Hungría durante los últimos minutos de partido.
Intervino en nueve ocasiones pero no pudo llegar a rematar a puerta. Desde que salió en televisión, las redes sociales comenzaron a llenarse de comentarios sobre su aspecto físico. De la misma escuela que Adebayo Akinfenwa, Martin Ádám había reconocido horas antes del partido que la última Eurocopa la siguió bebiendo cerveza en su casa. Y es que todavía no había debutado como internacional el verano de 2021. Un año después del torneo, su carrera explotó.
Martin juega en el Ulsan HDde Corea del Sur, donde se ha coronado campeón de liga en un par de ocasiones. Empezó en Forráskút, su pueblo, de 2000 habitantes, a escasos kilómetros de Szeged, la tercera ciudad más grande del país. El equipo del condado compite en categorías regionales y el momento más importante del partido es el tercer tiempo, cuando los jugadores se quedan a comer al finalizar el encuentro. En algunas ocasiones el padre de Ádám, que sigue viviendo allí, ha sido el encargado de cocinar.
Cuando llegó a la etapa juvenil, al no tener suficientes jugadores para formar equipo, tuvo que moverse hasta la Bordány, cerca de su pueblo. Allí, el entrenador fue su tío. Entrenaba un par de veces por semana. Luego llegaría su primera experiencia más cercana al mundo profesional. Entró a la academia del Tisza Volán. Estudiaba y entrenaba mientras vivía en su residencia. Con el paso de los años, fue alternando entre primera y segunda división hasta que en 2022, ya con el Paksi FC, lograría cifras históricas.
Rompió un récord que se mantenía desde hacía 40 años
Acabó la liga con 31 goles, el mejor registro desde 1980. Fue convocado por primera vez con la selección y fichó por el Ulsan HD coreano. Se marchó con su familia, le costó adaptarse a la cultura pero dice ser feliz allí. Fue una de las figuras que encabezó los éxitos del club en liga, la K League 1, la cual llegó levantar por primera vez en 17 años. La temporada siguiente, repitieron con una más. Allí está jugando Jesse Lingaard.
Martin es un futbolista de culto en Corea. Y evidentemente, también en su país. "Cuando salgo a pasear con mi esposa y mi hijo, me paran para pedirme autógrafos y fotos juntos. A todos les digo que sí. El único problema es que al terminar he perdido de vista a mi familia", bromeó en una entrevista para el medio nacional Nemzeti Sport. Asegura que no le gusta ser el centro de atención, que no lo busca, pero que le hace feliz detenerse y acepta todas las peticiones de los aficionados.
Martin Ádám se convirtió en una de las imágenes de la Eurocopa sin quererlo. Un par de años atrás, su vida dio un vuelco. Se asentó entre los mejores jugadores de su país, se ganó un gran contrato y un puesto en la selección. Y participó en uno de los más partidos más recordados de la historia reciente de Hungría: el 0-4 ante Inglaterra en el que repartió un par de asistencias. La birra quedó atrás. Ahora, no obstante, tras el tropiezo en el partido inaugural contra Suiza, les toca rascar puntos este miércoles contra Alemania si no quieren quedarse fuera del torneo.