El mestizaje de 14 jugadores eleva a España y Alemania a competir por la Eurocopa: "Nunca fuimos los morenitos que vamos a dar color"
Mientras el equipo español tiene a cinco no nacidos o con antepasados de fuera, los de Nagelsmann tienen a nueve.
![Lamine Yamal y Nico Williams, en un encuentro de esta Eurocopa. /GETTY](http://s1.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202407/04/media/cortadas/lamine-nico-ReLkZDalHjarj3uSo4xp6wL-1200x648@Relevo.jpg)
Düsseldorf (Alemania).- En los momentos previos al estreno de la Eurocopa, cuando en Francia la extrema derecha se posicionaba para las elecciones parlamentarias a escasos días de esos comicios, la televisión regional alemana WDR lanzaba una encuesta en la que le preguntaba a los espectadores si les gustaría ver más jugadores blancos en la selección. Un 21% respondió que sí. Y otro 17% que preferiría que el capitán fuese un alemán de pura cepa. Este es Ilkay Gündogan, el jugador del FC Barcelona, con antecesores turcos. No tardó demasiado en opinar, como haría Mbappé con Francia, y en expresar su decepción porque todavía se den situaciones de este tipo.
"Sé que gente como yo es necesaria en puestos de liderazgo porque refleja una nueva realidad en Alemania. Puede que nuestro aspecto sea diferente, pero también somos alemanes. Sé que puedo ser un modelo a seguir. Pero no quiero insistir demasiado en ello", dijo en Spiegel, en una entrevista en la que reconoció sentir "gran pena" porque haya estos pensamientos en contra de la diversidad en la sociedad alemana. Una diversidad que esta noche se mezclará en Stuttgart (18:00, La1) entre dos selecciones que han elevado el nivel gracias a los jugadores que no han nacido en sus respectivos países o que sus padres no lo hicieron.
En España, la imagen de la Selección son las caras de Lamine Yamal y Nico Williams, los mejores jugadores sobre el césped y los que más se promocionan en la RFEF, quienes reflejan realmente lo que representa el país, hijos de oriundos de Ghana o con procedencia de Marruecos y de Guinea Ecuatorial. Hay que añadirles a Le Normand y Laporte, quienes proceden de Francia, e incluso a Joselu, que nació en Alemania aunque emigrara de niño a Galicia. Un caso diferente. Todos ellos se mezclan con futbolistas nacidos y con ascendencia vasca, catalana, madrileña, andaluza...
"En el Athletic, Ramallo y mi hermano fueron los primeros negros, y ahora viene una camada tremenda. Aquí en la selección lo mismo. Es el reflejo de que la gente se integra bien. Mis padres nunca han hecho daño a nadie, sólo han querido integrarse y contribuir a la sociedad, y sus hijos más de lo mismo", dijo Nico Williams en El Mundo durante esta Eurocopa. Especialmente la velocidad de Williams y el único talento de Lamine Yamal no solo han elevado a España en este campeonato, sino que le permiten pensar en un futuro prometedor.
Los 125 jugadores identificados y el 85% que dice sí a España
En el pasado, jugadores como Engonga, Donato o Senna eran una excepción, y hablamos de este último ya en 2008, cuando la Selección consiguió la Eurocopa y el ratio de inmigrantes había crecido. En 1995, era solo de un 2,51% de la población, mientras que entre ese año y 2010 creció a 6,2 millones, según publica Expansión de datos recogidos de la ONU. "Desde la generación de 1996 a 2010 tenemos identificados a 125 jugadores que podrían jugar con España, entre ellos estaban Lamine y Nico, o Achraf, que prefirió jugar con Marruecos. Un 85% prefieren España", explica el coordinador de la cantera de La Roja, Francis Hernández, a El País. La España multirracial es un hecho.
𝐍𝐢 𝐮𝐧 𝐩𝐚𝐬𝐨 atrás contra el racismo. ✊ pic.twitter.com/CBtbGJA7Bu
— Relevo (@relevo) March 31, 2024
Donato se considera un «VIP» y ahora es fan de Nico y Lamine
Uno de los primeros jugadores en acudir fue Donato, que desde 1990 obtuvo el pasaporte español y pensaba que acabaría en Brasil, selección a la que acudió en dos ocasiones sin jugar, por lo que después del Mundial de 1994 lo llamó Javier Clemente. "Cuando te llaman te da un poco de curiosidad el cómo me trataran. Yo fui con Pizzi, que también era argentino. El trato para mí exquisito, fui un VIP, nunca me esperaba ser tan bien recibido por los jugadores, por todos los que estaban allí. Quizás con Brasil no tenía esa trato. Solo tengo felicidad, agradecimiento", dijo. Su percepción fue que "no era el morenito que me llamaban para dar color".
El propio exjugador de Atlético de Madrid y de Deportivo se felicita ahora que la cara de una Selección española que le encanta sean Nico Williams y Lamine Yamal: "No veo a dos jóvenes, veo a dos profesionales. Hacen cosas que muchos no hacen. La confianza y la mentalidad que tienen son una pasada. Me encanta el buen fútbol y España es la que mejor hace. Puede ganar o perder, pero es la que tiene más coraje. Mentalidad fuertísima. No creo que Alemania salga a toda pastilla".
Hasta nueve jugadores alemanes con procedencia de fuera
En Alemania el mestizaje es todavía más acentuado, especialmente en la actual selección de Nagelsmann. Rüdiger nació en Berlín, pero su madre es de Sierra Leone. Gündogan es de Gelserkirchen pero sus padres proceden de Turquía. Waldemar Anton nació en Uzbekistán y sus padre son rusos. Emre Can es un hijo de emigrantes turcos. El padre de Jonathan Tah es de Costa de Marfil y el padre de Sané es de Senegal. La madre de Benjamin Henrichs es ghanesa. Jamal Musiala es de padre nigeriano y Deniz Undav tiene raíces turcas.
Sin esta columna vertebral, Alemania no podría tener un nivel competitivo tan elevado. Si echamos la vista atrás, en la Eurocopa de 2008 en la que ambos países se midieron en la final, España solo contó con Marcos Senna, brasileño, mientras que la selección alemana solo tuvo jugadores blancos, cuando ahora cuenta en su equipo titular con Rüdiger, Musiala, Sané, Tah o Heinrichs.
Según los datos de la ONU de 2020, en España hay un 14,45% de inmigrantes mientras que en Alemania el dato ascienda al 19% de la población del país, donde hay hasta tres millones de turcos que llegaron en la década de los 60 para ayudar a la reconstrucción del país después de la II Guerra Mundial. No obstante, ha tardado al menos una generación en que esta realidad social llegue al fútbol, y las selecciones nacionales que hoy se enfrentan sean un reflejo de cada país.