Cuando dos millones de euros impidieron que Eriksen fuese canterano de La Masia: "En diez minutos ya vimos que tenía ADN Barça"

Dortmund (Alemania).- Dortmund ya vibra con el Alemania-Dinamarca de este sábado (21:00) con amenaza de lluvia y con presencia minoritaria de daneses. La ciudad que vive por y para el fútbol, que cada semana revienta de pasión con los partidos del Borussia, ahora espera la llegada de la Die Mannschaft en un partido de octavos de final más igualado de lo que parece, ante una Dinamarca que logró clasificarse segunda de grupo con tres empates, uno de ellos ante Inglaterra, que también dispone de un batallón de aficionados. Hay muchos jugadores que se analizarán con lupa, especialmente en el cuadro de Southgate, que no carbura; pero también en Dinamarca, donde Christian Eriksen, que se recupera de problemas estomacales, sobresale al haber ganado el MVP ante Eslovenia en la Eurocopa de su regreso después de sufrir un paro cardíaco la edición de 2021. Su historia es la del torneo.

Eriksen se las verá sobre el césped con Gundögan, el capitán alemán y ahora futbolista del Barcelona. Sus caminos, en uno de las muchas historias de casualidades del deporte, pudieron confluir en el cuadro azulgrana. El centrocampista danés, cuando apenas tenía 16 años, estuvo una semana a prueba en La Masia. Una larga historia que finalmente no fraguó porque el Odense, su club de propiedad en aquel momento, le exigió el pago de dos millones de euros al Barça, entonces presidido por Joan Laporta en su primera etapa. "No se pagaba por jugadores de la cantera, no era la política", recuerda Albert Capellas, en la coordinación del fútbol base y quien puso el ojo en Eriksen.

Eran épocas en las que Dinamarca invertía en formación y varios entrenadores venían a Barcelona a empaparse de la metodología azulgrana, incluso también técnicos de aquí, como Capellas, quien acabaría entrenando después la selección Sub-21 y en clubes como el Brondby y el Midtjylland, acudían a hacer clínics. Y surgió el nombre de Eriksen, el jugador con más talento y más dotado técnicamente que podía encajar en la filosofía azulgrana, que probó en un ejercicio de posesión y dejó sorprendido a Capellas, que llamó a Alexanco. El chico de 16 años viajó con su madre, se instaló en La Masia y estuvo una semana a prueba entre el Cadete A y el Juvenil B.

"A los diez minutos, ya decidimos que era jugador con ADN Barça", recuerda Capellas. En aquellas plantillas había otros talentos en esa posición como Thiago Alcántara, Oriol Romeu, Sergi Roberto, Marc Bartra o Dos Santos. Recientemente, cuando de nuevo el Barça intentó su fichaje ahora ya como jugador contrastado en el Tottenham, Eriksen recordó ese pasaje fortuito de su carrera: "Ya he estado allí en el pasado, probándome cuando era un adolescente, pero la cosa no salió muy bien", explicó mientras deshojaba una margarita inacabable: "Es difícil decirle que no al Barça".

El futbolista, tras aquel episodio de 2008, regresó al Odense y poco tiempo después la entidad danesa lo vendió al Ajax por solo un millón, la mitad de lo que le pedía al Barcelona. Ahí empezó a escribir una carrera brillante hasta convertirse en capitán de Dinamarca, pasando por clubes como Ajax, Tottenham, donde jugó una final de Champions, Inter de Milán, Brentford y ahora Manchester United. Y, aunque no ha jugado en el Barcelona con los Xavi, Iniesta y Busquets, a Eriksen siempre le unió esa sensibilidad y visión en mediocampo que le une con la entidad azulgrana.

Ahora, en esta Eurocopa, el futbolista es el jugador que más oportunidades de gol genera y se ha reencontrado con su juego y liderazgo en mediocampo en una Dinamarca que quiere dar la sorpresa. "Es un brillante jugador, quiero verlo en el campo, cómo maneja el juego con sus dos piernas", dijo Nagelsmann, que de esto sabe un rato.