El Mundial 2030 alivia a la RFEF en Sevilla: la conversación pasa del miedo a los despidos a la ilusión de las sedes
El ambiente de la concentración ha cambiado respecto a la de Granada pese a seguir varios investigados por el 'Caso Rubiales'.

Que el fútbol y el estado de ánimo que en él sobrevuela cambian en cuestión de horas no es una leyenda urbana. En el césped y en todo lo que rodea a cualquier equipo. La Selección es un buen ejemplo de ello. Si la tensión se cortaba con un cuchillo el mes pasado en la anterior concentración de Georgia y sobre todo Granada, con la petición de dimisión de Luis de la Fuente incluso pululando en el ambiente, en esta ocasión ese nerviosismo se ha convertido en ilusión en cada rincón de Sevilla. La culpa de ello la tiene el Mundial 2030.
El hecho de que la cita mundial vaya a ser organizada, junto a FIFA, por España, Portugal, Marruecos, Argentina, Uruguay y Paraguay al haberse unificado las dos candidaturas (Europa-África y Sudamérica) ha disparado el interés, la curiosidad y la incertidumbre en cada rincón. Hasta el momento, en los informes previos entregados por la candidatura en la que está incluida España se aportaron datos de hasta 15 posibles sedes para albergar partidos, con el Santiago Bernabéu como escenario ideal para disputar la finalísima.
Las otras sedes incluidas en el dossier inicial que ahora hay que desarrollar eran el Metropolitano, Camp Nou, Stage Front Stadium (Cornellà), Balaídos, Riazor, El Molinón, San Mamés, Anoeta, La Romareda, Mestalla, la Nueva Condomina, La Rosaleda, La Cartuja y el estadio de Gran Canaria de Las Palmas. Un amplio número de campos que, seguramente, se reducirá a la mitad. Sevilla, por cierto, consensuó con sus instituciones gubernamentales y deportivas y con la Federación que aportaría el estadio de La Cartuja donde este jueves España recibe a Escocia en un nuevo partido de clasificación para la Eurocopa de Alemania.

Por eso, el tema de conversación alrededor del hotel de concentración de la Selección, el Eurostars Torre Sevilla, gira en torno a las ciudades que podrán ver fútbol de primer nivel dentro de algo más de seis años. Nadie, absolutamente nadie, comenta algo sobre la crisis federativa que parece no tener fin, más allá de los chascarrillos que desde hace tiempo son virales. El futuro de Albert Luque, director de la Selección que acudirá a la Audiencia Nacional investigado por los últimos líos federativos y su papel en la rúa de Ibiza con las jugadoras, o los últimos cambios en el departamento de Integridad o Comunicación sólo sirven para animar los corrillos entre periodistas. Ese cambio de tercio en la calle y en la previa del partido se ha trasladado al interior de la concentración, donde no sólo se respira más tranquilidad con los últimos cambios producidos en la RFEF, sino que además las preocupaciones han virado por completo. Sólo importan Escocia y Haaland.
Los 'barones' también cambian de tercio
Hasta los directivos de la Federación que están ya en Sevilla o llegarán mañana a primera hora han mutado sus discursos. Si antes querían coger un buen puesto en el juego de tronos que decidirá la nueva presidencia en unas elecciones -ya confirmadas por el CSD- para el primer trimestre de 2024, ahora el objetivo principal, salvo alguna excepción, es no salirse del tiesto y estar bien posicionados para seguir reforzando ciertas candidaturas mundialistas.
Están radiantes porque alguno pensaba -equivocadamente- que las aspiraciones se esfumaban con la crisis. Junto a la expedición de la RFEF está previsto que estén en estas horas el presidente de la federación de Andalucía como anfitrión (Pablo Lozano, uno de los que suenan con más fuerza para presentarse a unos futuros comicios aunque ya ha deslizado que tiene otros objetivos), el de Guipúzcoa (Manu Díaz), alguno de los dirigentes canarios (como Alejandro Morales Mansito), el de Murcia (José Miguel Monge), el de la Comunidad Valenciana (Salvador Gomar) y el de Ceuta (Antonio García Gaona).
De lo que sí se está hablando internamente entre los barones es de los cambios en los que trabaja el Consejo Superior de Deportes para hacer efectivos dentro de la Orden Ministerial que regula las elecciones federativas. La obsesión por equilibrar el poder de las territoriales a la hora de la votación de la Asamblea, preocupa a más de uno. Hasta el punto de que alguno que tenía pensado presentarse a la presidencia se lo esté pensando a estas horas. Un proceso electoral en el que, en principio, el presidente en funciones Pedro Rocha no va a participar (veremos) y para el que pretenden concurrir algunos candidatos de fuera del ente federativo.
Las siete diferencias
Eso sí, el escenario alrededor de la Selección ha cambiado para Luis de la Fuente aunque no lo haya pretendido. El seleccionador tiene hoy otras preocupaciones que no tenía en Georgia y Granada, anteriores etapas rumbo a la Euro, y además nuevos compañeros de viaje. El técnico conoció la semana pasada que el director de Comunicación que siempre le acompañaba en la Absoluta en las conferencias de prensa, Pablo García Cuervo, había sido destituido junto a Andreu Camps (secretario general) y Miguel García Caba (Integridad). Entonces, coincidiendo con estos movimientos, al riojano ya le molestó bastante que se filtrara la prelista de 49 jugadores que se entrega a la UEFA antes de dar la convocatoria definitiva. Lo entendió, sin gustarle, como una consecuencia de la inestabilidad institucional. Pero ha hecho borrón y cuenta nueva. Ahora le acompaña Ladis García y está encantado.
Con otra de las novedades a las que se ha tenido que ir adaptando es con el hecho de ir a declarar a la Audiencia Nacional como testigo por el Caso Rubiales. El seleccionador aún no ha explicado por qué participó en una tensa reunión en Las Rozas el pasado mes de agosto en la que Luis Rubiales, su padre, Miguel García Caba y otros miembros más de la Federación interrogaron a Patricia Pérez, jefa de prensa de la selección femenina, para que aclarase su papel en la crisis en torno a lo que sucedió en Sídney y, sobre todo, en el viaje de regreso a España. Por aquellos acontecimientos, Albert Luque (director deportivo oficiosamente) y Rubén Rivera (director de márketing) también están en el ojo del huracán. Sin embargo, De la Fuente ha estado en contacto con ellos en esta concentración como si no hubiera pasado nada. La presunción de inocencia impera por completo en la expedición. Hasta que un juez diga lo contrario, De la Fuente actúa como siempre. Escocia, Escocia y Escocia.