EUROCOPA | AUSTRIA 1 - TURQUÍA 2

La noche en vela de Düsseldorf y Dortmund explica por qué lo de Turquía no es sorpresa

Miles de turcos que residen en Alemania y que han apoyado a la selección desde el inicio salen a las calles y reflejan la pasión.

La afición de Turquía sale a la calle en Alemania, donde residen hasta tres millones. /GETTY
La afición de Turquía sale a la calle en Alemania, donde residen hasta tres millones. GETTY
Alberto Martínez

Alberto Martínez

Düsseldorf (Alemania).- A las 22:45 Düsseldorf es una ciudad muerta, de silencio y oscuridad. Apenas siete minutos después unos sonidos de claxon empiezan a despertar la marabunta. Turquía sale a la calle en Alemania para festejar la victoria ante Austria (2-1) y un ilusionante pase a cuartos de final de la Eurocopa, una manera de reivindicarse del millón de vecinos que viven en la Región del Ruhr, y que han apoyado a su selección en el camino hasta este éxito. "Es una gran victoria, y la generación que ya hemos nacido aquí hemos decidido salir a la calle", explica Barn, un joven que camina por Immermannstrabe, una de las arterias de la ciudad, totalmente colapsada.

Los sonidos de los claxones son continuos. Los turcos salen con sus coches y bloquean la carretera. Banderas de su país, bailes, música y cánticos, todo ello dura hasta bien entrada la madrugada en una noche en vela que se repite en Dortmund, obviamente en Hamburgo y en Leipzig, el estadio ya inolvidable por los goles de Demiral de córner y la antológica parada de Güñok. Eso les ha hecho soñar: "Desde 2008 que no lográbamos algo así. Tenemos un gran equipo, lucha y apoyo. Soñamos con volver a las semifinales", añadió el aficionado, que no tendrá más de 25 años y que explica su situación personal, la alrededor de tres millones de personas con ascendencia turca que viven en todo el país.

"Yo nací aquí, pero mi madre es de Turquía. Y toda mi familia. Tenemos muchas conexiones, vamos allí cada año", comenta mientras camina hacia el centro, junto a la Carlsplatz, donde se monta una buena. El apoyo de sus aficionados a Turquía ha sido incondicional desde el estreno ante Georgia en Dortmund (3-1). En aquel partido, con el golazo de Ara Güler que descorchó el marcador a su favor, 50.000 hinchas crearon una atmósfera única que no pudo dar resultados ante Portugal, en el mismo estadio, unos días más tarde (0-3). En aquel partido, orgullosos, los aficionados montaron una comitiva hasta el estadio con un autocar presidido por el grupo de música 'Tarihin izinde, zafer yolunda', uno de los más populares del país.

"Vivimos bien en Alemania, hay buena conexión, nosotros estamos muy adaptados aquí, pero somos turcos", explica Yossefir, uno de los trabajadores de un Doner Kebab junto a la calle principal, que recibe la visita de clientes con la camiseta roja o la blanca de Turquía. En la década de 1960, el gobierno alemán impulso una serie de ayudas gubernamentales para que vinieran al país trabajadores turcos a ayudar a la reconstrucción del país después de la guerra. Eso provocó un goteo que se fue manteniendo durante años. "Mi familia es turca, mis abuelos vinieron a vivir aquí con mis padres, ellos se conocieron aquí y aunque yo he hecho ya vida en Alemania, tenemos nuestras tradiciones y visitamos una vez al año nuestro otro país", explica Zehra, una chica que, con sus amigas, salen de los coches y se ponen a bailar en medio de la carretera.

Los cuatro jugadores nacidos en Alemania y la gestión de Montella

Desde antes del comienzo de la Eurocopa, Turquía estaba en las quinielas para ser una de las selecciones que podía dar la sorpresa. Con el apoyo del público (un factor diferencial como ocurre también con Alemania), la extra motivación de sus jugadores, una mezcla de veteranía y una joven generación talentosa (con 25,8 años es la segunda selección más joven), y la dirección de un Montella controvertido pero que ya ganó por ejemplo a Alemania el 18 de noviembre por 3-2, se convertían en un rival difícil de batir... y con una presión añadida que ha ido manteniendo a raya el entrenador. A una de las sesiones de entrenamiento a medio camino entre Düsseldorf y Hamburgo acudieron 2.500 aficionados. Las expectativas eran muy altas.

Al margen del factor de la grada, Turquía ha ido añadiendo a su selección jugadores nacidos ya en Alemania pero con dobles nacionalidad. Hay varios casos como el Kaan Ayhan, nacido en Geselkirchen, quien jugó para FC Schalke 04, Eintracht Frankfurt y Fortuna Düsseldorf. O Kenan Yildiz, nacido en Regensburg, Baviera, jugó diez años en los infantiles y juveniles del Bayern Múnich, luego se fue al Juventus Turin y, desde 2023, es jugador nacional turco. Cenk Tosun nació en 1991 en Wetzlar, Hesse. Aprendió a jugar y se convirtió en profesional en el Eintracht Frankfurt. El jugador turco más famoso de Alemania es Hakan Calhanoglu. Nació en Mannheim y jugó en Alemania en el Karlsruhe SC, Hamburg SV y Bayer 04 Leverkusen.

Toda esa presión la ha sabido canalizar Montella pese a las críticas. Especialmente después del 3-0 ante Portugal, cuando el equipo aún no estaba clasificado y decidió dejar en el banquillo a Arda Guler y a Kenan Yildiz, dos de los jugadores diferenciales en los extremos. Lidió con ello y ahora ha metido a Turquía en cuartos de final. No es una sorpresa. Ni para sus aficionados ni para los que creían en que era una selección que reunía muchos condicionantes para avanzar en su Alemania.