La odisea del descubridor de Mamardashvili para traerlo a España: "Nadie movió un dedo por él y esa es la realidad"

"Se lo ofrecí a todos los equipos de Primera salvo al Athletic Club, pero nadie apostaba por él". Es la confesión de Antonio López, un agente de futbolistas que en 2020 vio un potencial descomunal en un portero de 19 años con casi dos metros de altura que apenas había salido de su Tiflis natal y no se sabía comunicar en otra lengua que no fuese el georgiano.

Ese futbolista, hoy en día, es el mejor portero de la Eurocopa y el principal rival a batir por España en estos octavos de final. Hablamos de Giorgi Mamardashvili, el portero titular de Georgia y del Valencia CF, único equipo que puso toda la carne en el asador por hacer posible la salida de su país natal. Hace cuatro años saltó al radar de Antonio López, su primer representante, en la famosa previa de la Europa League que disputó con el Lokomotivi de Tiflis contra el Granada CF. El resultado no fue favorable en lo deportivo para Mamardashvili (perdieron 2-0 allí en Granada), pero para su futuro esa derrota supuso un cambio radical en su vida.

"Me llamó mi compañero Levan Salalice, que tiene un hermano llamado Ilia que vive en Georgia. Me dicen que hay un portero de 19 años que lo hace muy bien". Esa fue la primera pista que encontró Antonio López. Lo que no sabía el agente de futbolistas es que se iba a encontrar a un proyecto de portero de talla mundial. "Le veo algún partido con la selección Sub-21, todavía no jugaba todavía en la absoluta. Y total, que lo voy siguiendo hasta que lo veo en el Lokomotivi jugar una previa contra el Granada en Los Cármenes, hace un partidazo", relata el empresario en una conversación telefónica con Relevo.

Ese partido fue el que hizo que Antonio López apostase todo por traer a Mamardashvili a España. "Él tiene un amigo, que no es su agente, que le lleva sus asuntos. Nosotros en Georgia teníamos a Ilia, que ya había traído a Kochorashvili al Levante y ya estábamos trabajando en el país haciendo torneos y otros asuntos. Ya teníamos varios jugadores jóvenes. Ilia se pone en contacto con él y vamos tirando para adelante.", detalla sobre el inicio de sus conversaciones.

Antonio López tenía claro que su perfil de portero encajaría a las mil maravillas en España y se obcecó en traer a Mamardashvili a nuestro país. "Una vez decidimos venir a España, conseguimos el mandato y me pongo a trabajar para buscar un equipo. Lo ofrecí a muchos clubes, pero eran reticentes sobre un futbolista georgiano. Todavía no había salido casi ninguno al primer nivel", relata sobre sus primeras llamadas por las principales canteras de la península ibérica.

Su movimiento se antojaba difícil, pese a estar jugando en Primera División y competiciones europeas con poco más de 19 años. "Le convencemos para venir a España. Aquí eran muy reacios a un portero de 1,97 metros con 19 años", dice. Además, recalca su insistencia a varios equipos de la élite del fútbol español, la mayoría sin respuesta. "Excepto al Athletic Club, a casi todos se lo ofrecí y no había nadie que moviera un dedo por Giorgi y esa es la realidad. Pero es que también es muy difícil acertar. Es más fácil firmar un portero que tengas por aquí a uno que esté a cuatro mil kilómetros de distancia", argumenta.

Al final, fue un solo club el que decidió apostarlo todo por llevarse a un joven jugador con potencial para llegar a la élite. La operación no fue sencilla, pero en el Valencia estaban decididos a llegar hasta el final. "José Giménez (coordinador de Scouting), da el visto bueno en el Valencia. Luis Martínez (director de la cantera del Valencia) se compromete muchísimo, porque va a muerte con este portero y hace todo lo posible para atraerlo", amplía.

Antonio no tiene nada más que buenas palabras para aquellas personas que hicieron posible una de las operaciones de la que más orgulloso se siente a día de hoy. "Luis Martínez fue un atrevido, un visionario, lo llevó para adelante y fue el que apostó por él". Ahora solo falta la luz verde final de Giorgi Mamardashvili para aventurarse a una nueva etapa en su carrera profesional. "Le convencemos para venir a España. Él llega solo al aeropuerto de Valencia. Lo recojo yo, lo alojamos en mi casa durante unos días", se explaya.

El choque al que se expuso Mamardashvili fue grande. Recién salido de la edad juvenil, Giorgi llegaba a un país sin saber articular ni palabra del idioma y con su familia a más de 4.000 kilómetros de distancia. "Le abrimos una cuenta en el banco y hacemos todas las necesidades que tienes para firmar un contrato. Y empezamos a hacer papeles y a hacer todos los documentos que necesitaba", prosigue su primer representante.

El principal problema: la poca conexión España - Georgia. "Claro, además, que no tenemos hemos embajada en Tbilisi. Yo como trabajo hace años en la zona me conocen en la Embajada Española en Estambul y allí hicimos todos los papeles. Luego lo que supone mover a un chico de 19 años, sacarle el visado, ayudarle en el día a día, etc".

En su llegada, fue un problema que el jugador fuese directo a la cantera y no al primer equipo. Aun así, el Valencia ayudó en todo lo posible. "Lo difícil fue que como venía para el Mestalla, no venía para el Valencia, entonces tenía que venir como un trabajador cualquiera y había que hacer muchísimo papeleo. No obstante, siempre que vas con el nombre del Valencia Club de Fútbol, se facilitan las cosas. Al final, encontramos un piso y le hicimos todos los papeles y todo", rememora.

La realidad es que Mamardashvili nunca llegó a debut con el filial ché. "Cuando aterrizó, se le alinean los astros, como digo yo, se lesiona a Domenech y Cillessen en el primer día que él llega, Y Pepe Bordalás lo sube a primer equipo y nunca baja", detalla a Relevo Antonio López, que insiste en que la confianza y el pasado como portero de su padre fueron claves en la fácil adaptación del guardameta de Georgia en España.

"El problema que tenemos es que solo habla georgiano. Su padre, David Mamardashvili, era portero y lo ha entrenado. Yo con el chico no puedo comunicar, pero lo noto muy seguro de sí mismo. Cuando le estaban enseñando las instalaciones le veía una mirada de seguridad que yo decía: 'Madre mía'", recuerda su descubridor al preguntar por los primeros días de Giorgi en España.

"Lo está haciendo muy bien y ha demostrado que hay que apostar por fichajes así", dice Antonio López sobre el actual estado del portero del Valencia. Su llegada, pese a todos las dificultadas administrativas y de rastreo de equipos, supuso una gran noticia para el país, al igual que la de Kvaratskhelia al Nápoles o Mikautadze al Metz. "Ahora en España se dan cuenta de que son físicamente muy fuertes", amplía y añade: "Allí los salarios son muy pequeños". El salto por parte de los jugadores es lógico, aunque en los clubes todavía quedan resquicios de reticencia ante movimientos tan arriesgados.

"Los trámites son mucho más difíciles si es para canteras. No es fácil sacar a jugadores de Georgia. A día de hoy a algún director deportivo le digo: 'si me hubiera escuchado'. Y me dicen: 'Ya, Antonio, pero no necesitaba portero…'. Las circunstancias se tienen que dar. No olvidemos que tenía 19 años, era un proyecto muy difícil de apostar", termina sobre una de las operaciones de las que más orgulloso está y que seguirá muy de cerca esta noche en los octavos de final de la Eurocopa contra España.