El país de Lewandowski avanza con un gurú que habla euskera y triunfó en Zamora: "En Polonia hace falta paciencia"
Aleksander Kowalczyk, asistente de Movilla, estudió con los maestros vascos y divulga sus conocimientos en su país.

Su nombre es Aleksander Kowalczyk. Seguramente les sonará a polaco, por mucho que hable euskera, que haya mamado el fútbol vasco con maestros como Mikel Etxarri y que esta temporada haya sido crucial para David Movilla y un Zamora que ha ascendido a Primera RFEF pese a estar "cuatro meses sin cobrar" y subsistir a todos los problemas derivados del surrealista caso Koldo. Pero este entrenador que se trasladó a la Universidad de Deusto a completar los estudios es más que todo eso. Es un gurú del fútbol polaco, anclado en el pasado en metodologías ("¿cuándo han visto un entrenador de este país en el extranjero?", se pregunta Kiko Ramírez, este curso director deportivo del Wisla Krakow), pero que se despereza con ideas como las de Kowalczyk, un divulgador con todas las letras.
"Mi experiencia empieza como estudiante de universidad. Yo entrenaba en categorías sub-12 y sub-17 en Varsovia, pero me vine a Deusto de Erasmus a estudiar Economía. Me gustó tanto que me quedé. Me formé como entrenador, veía partidos, volví a Polonia a acabar los estudios y empecé en fútbol base en juveniles, cadetes... Y conseguí la licencia UEFA Pro, algo que en Polonia no es fácil y ahora en España también", se arranca Kowalczyk. Allí empezó su historia y quedó enamorado de Euskadi. Aprendió vasco y fue entrenador de categorías inferiores hasta llegar al filial del Sestao River. Y conoció a mucho mito, como José Luis Mendilibar, del que se empapó de la presión alta. Y seguro que de su carisma.
Toda esa sapiencia le ha ayudado para convertirse en un innovador que ayuda a los nuevos entrenadores polacos a adquirir más conocimiento. "He ido con Movilla a dar charlas y formaciones a Polonia. He creado un proyecto que se llama futbolespañol.pl donde escribo artículos, hago entrevistas, realizó además charlas online e imparto formaciones para que los polacos puedan tener esta oportunidad", comentó a Relevo. "He organizado viajes de entrenadores polacos a Euskadi para ver las formas de entrenamiento de las mejores academias y he traducido el libro de Mikel Etxarri", aseguró. Todo ello para formar a la nueva generación de entrenadores. "Está cambiando un poco, la gente era antes más cerrada. Cada vez hay entrenadores más jóvenes. Las ideas de Bielsa o De Zerbi son populares, los entrenadores pueden viajar más. Hay poca paciencia en Polonia, no se debería cambiar tan rápido de entrenadores", comentó.
De las conferencias de referentes a la llamada de Movilla en Japón
El trabajo de Kowalczyk va más allá y se nutre de la pasión. El año pasado fue a un congreso para entrenadores en Burgos donde comparecieron profesionales como Roberto Olabe, Pacheta, Jagoba Arrasate, Pablo Machín, Imanol Idiakez y Borja Jiménez, y trasladó todo el contenido y sus ideas a su blog, muy seguido en Polonia. Su trabajo llegó a Movilla, que lo captó para el Zamora el pasado verano. "Estaba de vacaciones en Japón cuando me llamó. Me hizo mucha ilusión empezar este proyecto. Me costó tomar esa decisión, porque salir de Euskadi no fue fácil", dijo.
Y de allí a un ascenso histórico, incluso con una participación de mérito en la Copa del Rey en la que eliminaron al Racing de Santander y estuvieron a punto de hacer lo propio con el Villarreal... hasta que explotó el caso Koldo que afectó al presidente del Zamora CF, Víctor de Aldama, una corriente que arrastró a la entidad. "Fue un shock, la gente no se lo podía creer en la ciudad. Estuvimos meses sin cobrar pero seguimos, nos hicimos más fuertes. La afición nos apoyó. Nos encontramos una ciudad dormida que se despertó con una gran alegría", valoró, mientras espera ordenar las ideas para saber qué sucederá la próxima campaña con un Zamora que se juega su futuro ahora en los despachos.
«Las cosas van mejor con un polaco en el banquillo»
Pese a esta modernización, la Polonia de Lewandowski vive en una contradicción. Y es el nombramiento como seleccionador nacional de Michał Probierz, quien representa los valores prácticos, ese modelo de organización, juego directo, agresividad y riesgos mínimos que, dicho sea de paso, le ha sentado mejor al conjunto. "Un equipo con figuras necesita un sargento de hierro", añade Ramírez, conocedor del fútbol polaco después de años de experiencia (ya estuvo en 2017 y regresó en 2022). "Las cosas están yendo mejor que un polaco en el banquillo", añade el técnico polaco, que mirará la Eurocopa con esperanzas mientras alimenta su sueño, que es ser entrenador profesional en el fútbol español. Y si es en Euskadi mejor.