EUROCOPA | UCRANIA 0 - BÉLGICA 0

El Pichichi Dovbyk se queda seco y Ucrania se marcha a casa

El delantero del Girona, que ha llegado justo de energías a la Eurocopa, tampoco puede con la muralla de Bélgica. Los diablos rojos se enfrentarán a Francia en octavos.

El ucraniano Dovbyk encara al belga Faes./AFP
El ucraniano Dovbyk encara al belga Faes. AFP
Samuel Silva

Samuel Silva

La Eurocopa 2024 aparecía como una prueba de confirmación para Artem Dovbyk, el Pichichi de LaLiga tras su excepcional temporada con el Girona. Pero ni el cambio de sistema de Sergei Rebrov, que colocó una doble punta añadiendo al goleador Yaremchuk, sirvió para que Dovbyk viera puerta. De nuevo seco ante el gol, el delantero sumó otra decepción ante Bélgica, que, además, condenó a Ucrania a la cuarta plaza del grupo E en ese inesperado cuádruple empate.

No ha sido el torneo de Dovbyk. Si ya el final de temporada se le hizo algo largo al del Girona, pese a su triplete en la última jornada, el punta ha llegado al mes de junio justo de energías. Su primera gran temporada en el fútbol de élite, y con la exigencia de un equipo gerundense que peleó hasta el final en LaLiga, le ha pasado factura. Ante Bélgica, Wout Faes, el central del Leicester, le ganó la mayor parte de los duelos. Y si no, el punto de mira del delantero apareció desviado, lejos de esa eficacia que había mostrado meses atrás.

Quizá el único beneficado de esa paupérrima actuación de Dobvyk es otro equipo español. El Atlético de Madrid viene pujando para llevarse al delantero al nuevo proyecto colchonero, aunque el Girona se está mostrando firme en sus exigencias. Pago de cláusula o nada se deslizaba desde el conjunto catalán, que confiaba en que el paso de su futbolista por la Eurocopa sirviera para revalorizarlo y que otros equipos pudiesen elevar esa puja.

Nada más lejos de la realidad. La pobre respuesta de Dovbyk estuvo en consonancia con el bajo nivel del resto de estrellas de Ucrania. Ni los que venían de la Premier, como Mudryk o Zinchenko, ni tampoco la emergente promesa Sudakov o su compañero Tsygankov han ofrecido el rendimiento que se esperaba en una Ucrania que acabó condenada por esa derrota inicial ante Rumanía, de la que se responsabilizó el madridista Lunin, otra de las decepciones del torneo.

Valorado en 35 millones de euros por la web especializada Transfermarkt, más del doble de lo que se fijaba cuando fichó por el Girona, Dovbyk estaba llamado a ser una de las estrellas de la Eurocopa. Pero en ninguno de los partidos encontró ese fútbol con el que brilló en España. En el decisivo duelo ante Bélgica, el ariete sumó tres remates, todos desviados, y únicamente sumó 21 intervenciones en el juego, 12 pases -siete con acierto-. Si acaso sólo brilló en el juego aéreo, con siete duelos ganados, aunque todos ellos lejos de la portería de Koen Casteels. El pegajoso marcaje de Wout Faes acabó por desesperar al delantero, que acabó fundido y entre lamentos. Una Eurocopa para olvidar de Dobvyk y también para una Ucrania que llegó a la competición como outsider y se marcha por la puerta de atrás.