EUROCOPA 2024

Cristiano se sigue picando y Portugal se le sube a las barbas

Al '7' luso, que ayer hizo historia en su sexta Eurocopa, se le notan los 20 años que lleva en esto: ambición, trabajo, desmarques, rabietas...

Cristiano Ronaldo lamenta una ocasión fallada contra Chequia, en el Red Bull Arena de Leipzig./EFE
Cristiano Ronaldo lamenta una ocasión fallada contra Chequia, en el Red Bull Arena de Leipzig. EFE
Sergio Fernández

Sergio Fernández

Leipzig.- Cristiano se sigue enfadando si no se la pasan. Como un chiquillo. Y no tengo nada claro que esto sea algo malo. Al revés: me parece increíble que todavía se pique y le importe tanto. Aunque luego esos nervios le lleven, también, a hacer el tonto. Ayer comentaba el partido gente como Owen Hargreaves, que compitió contra él ya en el Europeo de 2004 y recordaba de él justamente eso: el hambre que tenía. Han pasado 20 años, ¡veinte!, y esa forma de jugar y de exigir no "se le ha pasado". Ni un poquito. Para lo bueno y para lo malo.

¿Que Rafa Leao desborda por la banda? Él tira un desmarque ganador hacia la portería. ¿Que a Leao se le ocurre no pasársela? Carita. Y gesto. Eso sí, cuando el balón ya está fuera: antes se ha buscado otros tres sitios para intentar pescar un rechace o rematar de cabeza, si es que le llega por allí. Es decir: cabreíto sí, pero cuando ya no hay opciones de marcar. No se superan los 130 goles en partidos internacionales dejando pasar las segundas jugadas para reñir a nadie.

Es que estas las hemos visto de todos los colores: con Özil hace siglos, en el Madrid de Mourinho, con Deco en la selección, con Di María, con Raul Meireles, con Quaresma... todos sabían que era a él al que había que dársela, porque la enchufaba. Ahora es verdad que Bernardo Silva, Vitinha o Bruno Fernandes se le suben un poco más a las barbas, pero bueno... Y él, para ser justos, tampoco les contesta mucho. No quiero ni pensar la que le hubiera caído al pobre Simao Sabrosa si no se la hubiera dado en varios de esos desmarques.

A ver, está claro que ya no corre ni la mitad que antes y que su explosividad en el salto y en el remate ha perdido esas décimas tan decisivas para los delanteros, pero es que aún así sigue siendo importante: lo que arrastra quedándose quieto permite que otros corran (que corren mucho más que él) peleen la primera jugada... y mientras a él le da tiempo a llegar a la segunda, donde es letal. Nueve goles en la clasificación... en fin.

Y ya, cuando falla, ni te digo. Justo al filo del descanso pescó un balón y tuvo tiempo de girarse. Su disparo lo paró Stanek cuando él ya la veía dentro. ¡Ea, más cabreao al vestuario! Otra vez la tuvo en el 54' con un remate de esos suyos de cabeza que le regaló Dalot desde la derecha, pero tampoco. Y encima diluviaba. Un minuto después Soucek le sacó otro balón de gol clarísimo cuando ya se estaba relamiendo. Y casi sin parar: una faltita al borde del área. Bernardo Silva, que es un cachondo, se asomó por allí como si fuera a tener alguna opción de tirarla y terminó dándole un codazo en retirada, así como en plan "venga Bicho, que te la dejo".

No eran pocos los que pedían una regeneración de Portugal para esta Eurocopa. Dejar de vivir de la Vieja Guardia de Pepe y Cristiano y confiar en los jóvenes lusos, que los hay y muy buenos. Además es que la mitad del trabajo ya estaba hecho: en el Mundial de Catar fue suplente varias veces y parecía casi obvio que su ciclo estaba terminando. Sin embargo Roberto Martínez, al poco de ser nombrado seleccionador, estuvo con él en Arabia y le transmitió que, aunque ya no puede hacer lo que quiera, seguía contando con él.

Entrenamiento de Cristiano y Pepe.

Y, por ahora, la jugada no le ha salido mal. De hecho, a pesar de estar lejísimos de ser una de sus mejores noches, no quiso mandarlo al banquillo. Prefirió hacer un extraño doble cambio en el 89' y en el primer balón que tocó, Francisco Conceiçao logró el gol de la victora. Not bad. Impecable. Pitó el final el árbitro y lo festejó de nuevo con intensidad... esta vez mal. Le celebró en la cara al portero el gol (del que no había pasado ni cerca) y escupió después, nada más pasar al lado de un rival. Esos arrebatos absurdos también los lleva teniendo toda la vida.

Cristiano sigue picándose: cuando no marca, cuando no se la pasan... Y ojalá para los portugueses que no deje de picarse nunca, porque justo eso es lo que le hace ser lo que es: un jugador histórico al que todavía estamos a tiempo de ver un poquito. Sus cosas buenas y las malas. Ayer fue un ejemplo perfecto. Aunque se le suban a las barbas.