Puyol, Torres y Maceda, héroes de España y verdugos de Alemania: "Le dije a Xavi 'tú ponla que algo pasará'"
Lángara, Jon Andoni Goikoetxea y Ferran Torres (triplete) también forman parte del exclusivo 'club' de realizadores que doblegaron a un rival siempre temible

Verdugos de Alemania y héroes de España. O héroes de España y verdugos de Alemania. Tanto monta, monta tanto. Son ellos: Antonio Maceda (Eurocopa 1984), Fernando Torres (Eurocopa 2008) y Carles Puyol (Mundial 2010). Tres goles. Tres triunfos que cambiaron el rumbo de una rivalidad continental que se repetirá mañana por 27ª vez desde el primer enfrentamiento en 1935. Gracias a esas tres victorias, no las únicas, el caótico balance a favor de los germanos se ha ido corrigiendo hasta el punto de que se llega a esta nueva cita con un balance de ocho triunfos españoles, nueve alemanes y nueve empates.
😱 ¿Quién no recuerda este GO-LA-ZO de @Carles5puyol ante Alemania en el Mundial de Sudáfrica?
— Selección Española Masculina de Fútbol (@SEFutbol) April 13, 2019
🦈 Aprovechamos el cumpleaños de "Tiburón Puyol" para recordar esta auténtica maravilla, ejemplo del poderío y el carácter de este internacional centenario. pic.twitter.com/C9iDICvFCR
Del exclusivo Club de los verdugos de Alemania, forman parte de pleno derecho otros futbolistas patrios que con sus oportunos goles permitieron a la Selección competir con un rival que alardea de haber ganado cuatro Mundiales y tres Eurocopas. Son los casos de Isidro Lángara que, con sus dos goles en Colonia en el primer duelo hispano-germano (1935), firmó la primera victoria en un territorio hostil de un alto contenido político; Jon Andoni Goikoetxea que, con su centro-chut a la red de Illgner permitió al equipo de Clemente depender de sí mismo en la fase de clasificación del Mundial 1994 de Estados Unidos... y también tiene un lugar de honor Ferran Torres, autor de tres de los seis goles de España en las semifinales de la Nations League de 2020.
Por importancia y trascendencia, por su significado, es casi obligatorio comenzar esta batería de recuerdos en primera persona por Carles Puyol y su gol a Alemania en la semifinal del Mundial de Sudáfrica y que significó el pase a la final. Con el paso del tiempo, poco queda por saber de cómo se gestó ese tanto. Su ejecutor, futbolista de más hechos que palabras, fue desvelando pequeños secretos de vestuario, pareciendo, incluso, que quería quitarse méritos por el gol. "Importante, importante fue el de Andresito contra Holanda... ", apunta, mientras hurga en sus recuerdos de cómo se fue gestando la idea: su charla con Vicente del Bosque para explicarle que en el Barcelona tenían ensayadas unas jugadas que se podía replicar ante Alemania por la defensa zonal que planteaban los de Joaquim Low. O su conversación con Xavi, en el descanso camino de los vestuarios, para recordarle la acción de estrategia en cuestión.
"Teníamos varias jugadas ensayadas. En otra, quien tenía que rematar era Sergio Ramos. Xavi puso el cien por cien en el centro, en el remate hay que repartirse el mérito el 50 por ciento cada uno"
Autor del gol semifinales contra Alemania 2010"Tú no te has dado cuenta, pero si me la pones en el punto de penalti es gol, seguro", susurró Carles. Xavi le respondió un poco enfadado: "No te preocupes, en el primer córner que tengamos a favor en la segunda parte prepárate que te la pongo en el punto de penalti". Todo lo demás estaba ya hablado desde antes de comenzar el partido. En una pizarra con botones imantados, Puyol explicó el desarrollo de acción a sus compañeros. Sergio Ramos tenía que arrastrar a un defensa hacia el palo más cercano al lanzamiento y Puyol o Piqué tenían que rematar la jugada en el punto de penalti.
Puyol siempre consideró que la semifinal contra Alemania había sido el partido más completo de la Selección en ese Mundial. "Yo lo que tuve es la suerte de marcar el gol con una jugada preparada que habíamos ensayado el día anterior cuando analizábamos a Alemania. Vi cómo defendían y en el Barcelona, con Pep, ya habíamos hecho esa jugada contra el Athletic. No nos había salido bien del todo porque mi remate se fue al larguero, pero sabía que les podíamos hacer daño si dos hacían una pantalla y luego alguien la ponía como las ponía Xavi, que siempre está a la altura. Contra el Madrid habíamos hecho otra parecida, pero el balón venía desde otro lado, desde atrás, Piqué me hacía la pantalla. No era la misma jugada".

Esa es otra. Tenían preparada un par de acciones parecidas a la gol. No había una sola. "En la primera parte habíamos lanzado una para Capdevilla, pero no era la misma. Yo no tenía que rematar. Dije que la pusiese y que rematase Sergio Ramos, que iba muy bien de cabeza y quienes teníamos que hacer la pantalla éramos Gerard (Piqué) y yo. Todos los córners, en la primera parte, los habíamos tirado en corto. Yo veía que les podíamos hacer daño de esa manera. Al final de la primera parte le dije a Xavi que por qué estaban tirando todos los córners en corto. Vamos a ponerlos arriba y veréis cómo va a funcionar. Entonces me dice él 'no te preocupes que el primer córner que haya la pongo ahí'. Le dije 'tú ponla que entro en carrera y, o marco gol o un alemán entra dentro de la portería. No te preocupes que algo pasará'. Por suerte hicimos el gol. Terminé rematando yo, entonces estaba ya enfadado y les dije que entraría yo y ya veréis cómo irá bien, o una cosa así. Quien de verdad creía en esa jugada era yo. Era quien la había hecho con el Barcelona. Sergio tenía su forma de atacar y ya sabemos todos los resultados que daba. El caso es que creíamos que esa era la fórmula de hacer gol y lo fue".
Del Bosque siempre confirmó el relato de Puyol y reconoció que fue el jugador quien propuso ejecutar ese tipo de jugadas. Un par de días antes del encuentro, el técnico comentó en una charla que le parecía que Alemania, en los córners, defendía de una manera un tanto pasiva. "Les pregunté qué hacían ellos en sus respectivos equipos ante este tipo de defensas zonales. Al principio, no decían nada, pero después ya Puyol explicó la jugada que hacían con el Barça. Dijimos, adelante, la hacemos, pero claro para eso había que tener un Xavi que pusiera el balón como lo ponía, unos rematadores por alto como los que teníamos nosotros, tanto para el remate como para proteger la jugadas y teníamos que tener un Villa que se ponía por allí cerca del portero en el área pequeña... Que los jugadores participen de estas acciones es lo más normal, son ellos quienes las tiran y las rematan. Para muchos, escuchar al futbolista en casos como este es un signo de debilidad del entrenador, pero yo creo que es todo lo contrario, es un síntoma de poder y fortaleza".
La gloria de Torres en el Prater
Dos años antes, en el Prater vienés, también con Alemania como rival, la capa de héroe había sido para Fernando Torres. No eran las semifinales, era la final. El protagonista de la acción ha ejecutado en su cabeza tantas veces los preámbulos del partido y el desmarque, la conducción y el remate del gol que lo tiene prácticamente memorizado. "El día anterior del partido me preguntaron qué daría por marcar el gol de la final y contesté que cualquier cosa. No me podía ni imaginar que mi acierto nos llevaría a alcanzar el título. No podía soñar con tanta felicidad. Antes de saltar al campo, Luis me cogió a solas en el pasillo. Me agarró por el pecho y me dijo que era nuestro momento. 'Niño, va a salir usted ahí fuera y va a marcar dos goles y vamos a ser campeones'. Luego me hizo la señal de la cruz en la frente y me dejó ir. La sensación que tuve en ese momento es que me lo decía totalmente convencido, como si lo supiera o lo hubiera vivido en su cabeza. Era, también, su forma de quitarnos presión".

La jugada en sí que valió una Eurocopa no parecía engendrar un gran misterio cuando Senna, pisando la divisoria de los dos campos, recuperó el balón. Estaba de frente y por delante suyo vio perfectamente el movimiento interior de Xavi. El '8', como dos años más tarde en Sudáfrica, era el encargado de ejecutar el último pase. Para eso estaba. Ya fuera con el balón en movimiento o parado. Como después comentaría en alguna ocasión, cuando buscó el desmarque en esa zona del campo, lo que quería es alejarse de los rivales. Antes de recibir de espaldas y girar rápido para jugar con su pierna derecha, ya sabía quién era el destinatario de ese balón, a quien se lo iba a dar. No era otro que Fernando Torres.
"Creo que Lahm, al ganarme la posición, se confía un poco en la carrera, yo acelero y veo que Lehmann tampoco sale rápido y que me iba a dar tiempo a picarle el balón..."
Autor del gol Alemania en la final 2008"Vi que Xavi, explica Fernando, recibía entre líneas y me tiré hacia la derecha para crearme un espacio y tirar una diagonal. Xavi me sirvió el balón en profundidad. No pude controlarlo bien del todo. Lahm me cierra y me gana la posición. Creo que eso le hace confiarse un poco en la carrera y yo acelero, veo que Lehmann tampoco sale rápido y me dio el tiempo justo para picarla ante la salida del portero. El balón fue resbalando sobre el césped. No era mi gol, era el gol de todos, Luis, por supuesto, incluido".
En esa foto, en las imágenes del gol, aparece patas arriba, de hecho le da una patada en el culo al delantero, precisamente Lehmann, el portero alemán que ahora ha querido golpear y ningunear de mala manera a la selección de Luis de la Fuente, como si el gol de Fernando continuase revolviéndole las tripas y no se perdonase a sí mismo que en aquella acción saliera tarde, confiado de llegar, y ajeno a la posibilidad de que Torres le picase el balón de la forma que se lo picó.
El tanto de Torres no se puede decir que fuera producto de una acción ensayada. No era Luis mucho de mecanizar movimientos, pero César Mendiondo, uno de sus ayudantes, el responsable de los informes sobre los equipos contrarios, sí repara en conversación con Relevo, que Aragonés hacía mucho hincapié en cuáles tenían que ser los movimientos de los dos delanteros, Torres y Villa. "Les decía que tenían que alternar el ir a la larga con venir a la carta. Les pedía moverse. Desmarcarse. Él sabía mucho de las llegadas desde atrás. Como futbolista había sido un especialista en ese tipo de acciones. Pero no podemos decir que fuera algo mecanizado. El mérito fue de Fernando que metió en la acción toda su potencia y además se fue de un defensa rapidísimo, como era Lahm... Posiblemente también Fernando, cuando recibió el pase de Xavi, sí pensaría en esas palabras de Luis de venir a la corta o ir a la larga. Hizo las dos cosas en la misma jugada. Vino a recibir y se marchó en profundidad... ".
Maceda y la Euro 84
Retrocedemos 24 años en el túnel del tiempo. Eurocopa 84. Tercer partido de la fase de grupos contra Alemania en el Parque de los Príncipes de París. La España de Miguel Muñoz, que había empatado con Rumanía y Portugal, tenía dos puntos. Para clasificarse tenía que conseguir el mismo resultado que lograse Portugal en su último partido contra Rumanía. A Alemania, con tres puntos, le valía el empate para pasar a semifinales. Entonces, en la fase final solo jugaban ocho selecciones.

La realidad era que el optimismo no se paseaba por la concentración de España en Versalles. Alemania era favorita y tampoco el equipo español había demostrado grandes prestaciones en los dos primeros partidos. Arconada fue el gran héroe de aquella noche parisina en la que todos miraban al marcador del otro partido porque el empate podía valer a los dos para clasificarse. Y en eso estaban, pendientes de las noticias que llegaban de Nantes, cuando allí marcó Portugal. El empate ya no le valía a España. Había que marcar.
"En la acción del gol, no sabía si subir o quedarme. Al final voy al remate y llego donde llego, al segundo palo, porque salgo un poco tarde. Le dije a Gallego que no sacara y abrió a la derecha a Señor, por eso me da tiempo a llegar"
Autor del gol a Alemania en 1984 y el pase a semifinalesY ahí es donde entra en escena, Antonio Maceda. "Aquel día del gol a Alemania en París fue el día más importante de mi vida. Al final, en el fútbol, siempre se quedan con los autores de los goles y eso que yo era un defensa. Es el gol que todo el mundo me recuerda. Además, como a veces la historia se diluye, muchos piensan que fue el que sirvió para llevar a España a la final y, sin embargo, no fue en las semifinales, sino en los cuartos de final y lo que nos hizo es poder enfrentarnos a Dinamarca y no marcharnos para casa".
Maceda, como Puyol o Fernando Torres, canta su tanto paso a paso. "Estábamos pendientes del resultado del otro partido. A Alemania le bastaba el empate y a nosotros también nos podía valer. Yo estaba atrás y no paraba de mirar al banquillo. ¿Qué hago? ¿Qué hago? Me decían que me quedara. Y, de repente, cuando quedaban cinco o seis minutos nos dicen 'al ataque, al ataque'. Hay que marcar. Nos quedamos fuera, nos quedamos fuera. Entonces llegó la falta en el centro del campo. Yo no sabía si ir o no ir. Le dije a Gallego que no sacara, que iba a subir. Si me descuido, casi no llego. De hecho llegué tarde y por eso remato desde donde remato, muy atrás, en el segundo palo. Por suerte lo hicimos bien porque llegué en el momento adecuado para cabecear el pase de Señor. Gallego vio que Juan estaba solo en la derecha y le abrió el balón. Señor le metió mucha rosca, no llegó Carrasco que fue hacia a rematar el lanzamiento a la corta y yo entré desde atrás y le pegué de lleno con la cabeza".
De esa noche, además del estrujamiento al que fue sometido por sus compañeros con el partido prácticamente acabado, Maceda guarda en su memoria, que, después del partido, en la sala de Prensa, Franz Beckenbauer, que precisamente sería nombrado seleccionador alemán justo después del torneo, le felicitó por su partido y por su gol. Derwall, el técnico germano, fue la víctima directa de la acción de Maceda. Para Antonio ese estrechón de manos con el Kaiser fue como un segundo tanto. Para un defensa central, como él, Franz siempre había sido su gran referencia. Alemania quedó eliminada. España ganó en los penaltis a Dinamarca y disputó la final, otra vez en el Parque de los Príncipes, contra Francia.
Maceda no pudo jugar esa final. Había visto una tarjeta en semis contra Dinamarca y, sin acordarse, resulta que arrastraba otra del famoso partido contra Malta (12-1), el que supuso la clasificación para la fase final. Cuando el delegado del equipo le anunció que no podía disputar la finalísima por aquella tarjeta vista seis meses antes, quiso cavar una zanja para enterrarse. La Federación intentó que se anulara la primera amonestación, pero chocó con un reglamento que para la siguiente edición se cambió y las tarjetas de la primera fase ya no contabilizaron. Además, Francia, el rival de la final, era el anfitrión y tampoco venía al caso enfrentarse al país organizador.
Sin llegar a la trascendencia de los tantos de Puyol, Fernando Torres y Maceda, los España-Alemania encierran otros momentos-gol de cierto relieve para los intereses hispanos. El primero de todos llegó en el primer enfrentamiento entre ambas selecciones con los dos goles de Isidro Lángara, el gran realizador de la época. Aquel 12 de mayo de 1935 el partido no fue un simple duelo futbolístico. Alcanzó unas altas cotas de rivalidad política. Era la Alemania de Hitler como canciller del Reicht contra la España de la Segunda República en un estadio enfervorizado y plagado de sentimiento nazi y cientos de esvásticas.
De la Alemania del nazismo a la gran noche de Ferran
Se adelantaron los locales, pero los hombres de Amadeo García remontaron con los dos momentos de inspiración de Lángara. Goles que no fueron recogidos en el resumen del partido emitido por el Régimen. En la celebración, sobre el mismo césped del Müngersdorf stadion, se vieron varios puños cerrados de los jugadores españoles en respuesta a cómo habían sido recibidos por los alemanes con el clásico saludo nazi con las palmas bien abiertas al cielo de Colonia. Las crónicas de la época, tanto en Alemania como en España, hablaban de un gran encuentro de la Selección. Destacaban su juego de contraataque e individualizaban en las figuras del defensa Quincoces, el extremo Ventolrà y el goleador Lángara.
El Mundial de Estados Unidos '94 vivió otro episodio más de la rivalidad hispano-germana. La España de Javier Clemente contra la Alemania de Berti Vogts. Segundo partido de la primera fase. El empate ante Corea del Sur en el primer encuentro (2-2) concedía al encuentro un valor añadido. Una derrota podría complicar la clasificación para octavos. A los 11 minutos llegó el tanto de Jon Andoni Goikoetxea del que todavía hoy se discute si lo suyo fue un centro o un remate. El caso es que el balón superó a Illgner y España salió del Soldier Field de Chicago con un empate que sumado a la victoria ante Bolivia en el tercer partido, supuso la clasificación.
"Fue una apertura a la banda de Ferrer, quise sacar un centro con rosca al área donde estaba Julio Salinas, pero me salió muy abierto y terminó sorprendiendo a Illgner, que lo esperaba más cerrado. Yo no era muy goleador y ese gol lo tengo siempre presente. Me dieron un trofeo después del partido. No tengo problemas en decir que fue un centro, pero que los centros se envenenen en el mundo del fútbol es muy normal. El caso es que fue un gol muy trascendente en su momento, aunque luego empatara Klinsmann. Entonces Alemania era una gran potencia. Todavía me paran por la calle para preguntarme si fue un centro o un remate".

La fecha más reciente. Liga de las Naciones 2020. 17 de noviembre. Sevilla. A Alemania le valía el empate. La España de Luis Enrique tenía que ganar... y le hizo media docena. La derrota más abultada de los germanos en 89 años. La última vez que habían recibido seis goles había sido en 1931 contra Austria. Fue la gran noche de Ferran Torres. El primer 'hat-trick' de su carrera. Tres derechazos en 38 minutos. Cada gol de su padre y de su madre. El primero de volea tras aprovechar un cabezazo de Dani Olmo al larguero. El segundo, en un mano a mano con el portero, a pase cruzado de Gayá y medio escurriéndose; el tercero en un remate con rosca desde la línea frontal del área grande. Fue su gran noche, Sus tres goles le metían de pleno derecho en el Club de los verdugos de Alemania. Neuer tampoco olvidará nunca aquel día.