EUROCOPA | ESPAÑA - INGLATERRA

Mientras Rocha mima a Tebas y caza más apoyos con sus invitaciones, los arquitectos de esta Selección no acudirán a Berlín

Rubiales, Molina, Luque, Ginés, Francis... fueron claves de una u otra manera en la confección del flamante finalista y, sin embargo, salvo sorpresa, verán el partido en casa por diferentes razones.

Pedro Rocha (RFEF) y Javier Tebas (LaLiga) volverán a coincidir estos días en final a cuenta de la final de la Eurocopa. /
Pedro Rocha (RFEF) y Javier Tebas (LaLiga) volverán a coincidir estos días en final a cuenta de la final de la Eurocopa.
Alfredo Matilla

Alfredo Matilla

Berlín (Alemania).- El fútbol siempre es así de caprichoso. La inestabilidad institucional en torno a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) desde que Ángel María Villar fue detenido con luz y taquígrafos el 18 de julio de 2017, y las controvertidas decisiones que se han tomado desde entonces en la casa en los últimos años, permitirán que este fin de semana de gloria en torno a la Roja se dé una estampa cuanto menos curiosa: habrá por Berlín mucho (supuesto) protagonista empoderado que no tuvo apenas influencia en la trayectoria de este trasatlántico, que no la tiene en estos días de vinos y rosas y que igual ya no le dará tiempo a tenerla. Sin embargo, también habrá mucho ausente que en otras circunstancias tendría un asiento de honor en el Olympiastadion y puede que hasta su merecida medalla.

Por unas u otras razones, y salvo convocatoria inesperada, sorpresas de última hora o viajes bajo ropa de camuflaje, personajes como Luis Rubiales, José Francisco Molina, Albert Luque, Ginés Meléndez, Francis Hernández y alguna pieza clave más verán la final ante Inglaterra desde la distancia salvo cambio de planes que ya nadie espera. Pese a ser, con diferentes grados de influencia, arquitectos decisivos de este exitosa Selección y veremos si de nuevo campeona. Ofrecieron su ayuda desde su gestión en los despachos, desde dentro de las propias concentraciones de los internacionales e incluso ejerciendo como sus entrenadores cuando eran niños. Y eso no va reñido con que, en algunos casos, luego hicieran otras cosas mal o de dudoso gusto. Han sido, por tanto, decisivos en la creación de este equipo tan piropeado y, aun así, en diversos casos ni siquiera han recibido alguna de las miles de invitaciones que la RFEF ha regalado a la gente de su cuerda para sentir protección y aumentar los apoyos bajo el lema, la intención y el paraguas de querer "pacificar el fútbol español".

Por poner sólo un ejemplo, el expresidente de la RFEF (2017-2022) nombró a De la Fuente seleccionador de la Absoluta contra viento y marea. El exportero del Depor y Atlético, que fue director deportivo de 2018 a 2022, se remangó de lo lindo para lograr la nacionalización de Laporte entre otras cosas. El antiguo director de la Selección decidió hasta el último detalle de la organización de esta concentración antes de ser despedido el pasado mes de mayo. El actual responsable de las categorías inferiores viajó a Barcelona hace un año con Luque para atar a Lamine Yamal y persuadir a su familia, una vez que Julen Guerrero lo había cocinado a fuego lento en la base. Y su antecesor ha sido el padre deportivo de la mayoría de estrellas de este sigloy el que apostó por el seleccionador al ficharlo para la casa en 2013. Normal que más de uno estos días le haya pedido que abandone su retiro en Albacete y vuelva.

Nadie quiere entrar en polémicas. Pero, la verdad, todos tienen su espinita clavada. Alguno no ha sido ni siquiera invitado para un España-Inglaterra apasionante como sí lo han sido decenas de periodistas con el espíritu crítico en remojo. Otro dice que sí le han dado un toque, a título individual y nunca como organismo, para acudir a algún palco privado -no al de honor- pero que es mejor estar en la sombra mientras se dilucidan diversas investigaciones. A algún otro le gustaría que se hubieran acordado más de él y le insistieran en su viaje a Berlín, pero como no ha sido así en la realidad se refugia en que está totalmente centrado en sus numerosas ocupaciones. Y un par de ellos más ni se han planteado postularse o ir. Su sitio ahora es estar con la familia y la Federación la conjugan desde hace tiempo con dolor y en pasado.

Al César lo que es del César

Luis Rubiales, a nivel deportivo, tuvo tanta importancia en el caos del Mundial de Catar como en la resurrección de este equipo con De la Fuente. Más allá de su apuesta en el banquillo, por delante de todas las que le ofrecieron con insistencia (Marcelino, Iraola, Caparrós, Míchel y Paco Jémez), se volcó en regenerar la plantilla a todos los niveles. Y para eso puso todo los recursos disponibles en convencer a los nacionalizados, apoyó los nuevos planes que proponía el entrenador (desde el dibujo a las normas en las concentraciones) y delegó, que no es poco, en el equipo deportivo de trabajo. El problema es que los turbios asuntos extradeportivos mancharon esta gestión, como el hecho de cuadriplicar el presupuesto.

José Francisco Molina fue muy importante en la Eurocopa de 2021 una vez que se hizo con las riendas de la Ciudad del Fútbol después de sustituir a Fernando Hierro. Y sobre todo a la hora de gestionar la crisis propiciada en Rusia, con la abrupta salida de Lopetegui, y luego los vaivenes con Luis Enrique y Robert Moreno. La Selección dio sensación de volver a tener la fortaleza de antaño. Y, sin embargo, el autoritarismo del asturiano fue desgastando las relaciones personales y, lo peor de todo, haciendo que esas tensiones calaran en el césped y dejara víctimas por el camino. Con la eliminación tan temprana en el Mundial 2022, Molina pagó los platos rotos, pero ahí quedan unas semifinales de la Eurocopa, dos Final Four de la Liga de Naciones y una pila de internacionales a los que mimó para que sean hoy referentes: Unai, Laporte, Rodri, Pedri, Fabián, Olmo, Oyarzabal, Ferran y Morata. Con los que no había hecho buenas migas Molina era con los veteranos: Ramos, Busquets y De Gea. La gestión con la crisis del portero y el Caso Turbe fue dantesca. Y los pesos pesados le echaban en cara demasiada frialdad en el trato. Aun así, tuvo su importancia.

Albert Luque, que sigue investigado por el Caso Rubiales, tuvo más incidencia aún en esta Selección. Desde diciembre de 2022 asumió el cargo de Molina. Antes era adjunto a la presidencia, pero su relación con el vestuario ya venía siendo excepcional. El catalán se puso al servicio de De la Fuente desde el primer día, al que apoyó cuando el nombramiento no era tan bien visto, le arropó cuando cayó en Escocia y algunos se lo querían cargar, hizo fuerza para que se renovara unilateralmente el contrato hasta el final de la Euro y se puso a remar para darle todo lo que, con sensatez, pedía. De hecho la propuesta de la dirección era que Julen Guerrero le acompaña como segundo y aceptaron su apuesta por Pablo Amo. El técnico fue muy incisivo con Le Normand, por ejemplo, y Luque iba en la misma línea. También fueron de la mano, aunque cada uno tenga su opinión, a la hora de gestionar la relación con Sergio Ramos y a la hora de catapultar a las categorías inferiores hasta el punto de poblar la Absoluta con savia nueva. El papel en la Nations League ganado en 2023 fue sobresaliente, como la fase de clasificación para la Eurocopa. Luque, aunque no esté ahora en Alemania, fue quien ideó todo la concentración en la Selva Negra que ha maravillado a los internacionales. Y ahí está su papel para convencer a Lamine Yamal de jugar con España y no con Marruecos, algo que no consiguió cerrar con Brahim. En este caso también porque a De la Fuente no le gustaba tanto.

Francis Hernández también tuvo su parte de responsabilidad en un logro que ahora se ha confirmado como determinante. El granadino, en la lupa por ser íntimo de Rubiales, dirige las categorías inferiores de la Selección desde 2019, momento en el que el expresidente quiso quitarse de encima todo lo que oliera a Villar. Pese a que en los cinco último años la cantera no ha logrado esos títulos que antes se levantaban con frecuencia, también se han hecho cosas muy a tener en cuenta. Francis, por ejemplo, acudió a reuniones clave con De la Fuente y lleva mimando a Lamine Yamal desde 2020, convencido del futuro que atesora. Así, apremiado por el interés de otras selecciones (Guinea Ecuatorial, por su madre, y sobre todo Marruecos, por su padre) reforzó a Luque para convencer en Barcelona al futbolista y su familia. Es más, De la Fuente no las tenía todas consigo y prefería que pasara por la Sub-21, pero Luque le persuadió para acelerar todos los plazos. Francis no tocaba nada más en la Absoluta, pero trabaja para que sus gestiones cristalicen en reforzar a la plantilla. Ahora irá a París con la olímpica de Santi Denia y logró nacionalizar para la Sub-21 a dos jugadores que, a su juicio, darán que hablar pronto al igual que Cubarsí: Matheo Joseph (Leeds) y Huijsen (Roma).

De ese trato con los futbolistas, Ginés Meléndez sabe más que nadie. Alejado de la Federación desde 2019, cuando la casa le rindió un homenaje en toda regla que escondía de manera sutil un desplazamiento precipitado, ha sido el mayor impulsor de la cantera de España y de la formación de entrenadores. Ginés llevó a De la Fuente a Las Rozas en 2013 una vez que Fernando Morientes renunció al cargo. Le propusieron otras alternativas, pero el albaceteño lo tenía claro. A partir de ahí, le fue dando cancha como profesor en los diferentes cursos federativos y compartía con él metodología a diario. Ginés entrenó a la maravillosa generación del 92, entre otras muchas, y tuvo en sus manos a un alto porcentaje de internacionales que ahora se reparten los MVP y que optan hasta al Balón de Oro.Su análisis del 1x1 de los 26 convocados para Relevo antes de que empezar la Eurocopa habla por si solo. Más allá de aportar detalles que únicamente él sabe, con un estilo que fue copiado en toda Eurocopa, clavó el pronóstico de lo que iba a ocurrir y está pasando.

Curiosamente Villar, que también tuvo su parte fundamental de importancia en la Federación en los éxitos deportivos pasados y en los que ahora se arrastran, sí está invitado por la Federación a acudir a la final ante Inglaterra. El expresidente, ya retirado, no podrá acudir al tener una boda en Sevilla y no estará junto al Rey, Pedro Sánchez, Javier Tebas y un Pedro Rocha exultante a la espera de que el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) se pronuncie en los próximos días sobre su posible inhabilitación. Pero ellos se sentarán arriba en el palco, con su juego de tronos habitual para ver quién sale en la foto y quién se esconde. La Selección, los que están a pie de campo y de corto, no les reconocerán más allá de por ser personajes populares. Los que han sido claves para ellos en su relación con la RFEF estarán en casa apoyando.