La Brasil de Endrick apaga en el 96' a una España de dos caras
Un penalti en el añadido dejó a La Roja sin una victoria de prestigio. Lamine dio una exhibición, Rodri marcó un doblete, Endrick se bautizó con gol y Vinicius pasó desapercibido.

El España-Brasil del Bernabéu apuntaba a tenerlo todo... y lo tuvo todo. Un penalti transformado por Paquetá en el 96' hizo añicos las ilusiones de La Roja, una Selección con dos caras y que tocó con las manos un triunfo de prestigio (3-3). Después de 40 minutos excelsos, coronados con goles de Rodri y Dani Olmo, un regalo de Unai Simón a Rodrygo antes del descanso metió en el partido a la Canarinha. Tras el paso por los vestuarios y la entrada de Endrick, la pentacampeona fue otra. El futuro crack madridista empató, Rodri volvió a poner en ventaja a la Selección desde los once metros en el 87'... y al final, con el coliseo blanco en pie para festejar la victoria, un derribo de Carvajal sobre Galeno aguó la fiesta.
De la Fuente sacará conclusiones de todo tipo después de un amistoso en el que su equipo mostró su mejor cara, con dos balas en los costados, y la menos buena, incapaz de detener a su rival en las transiciones en el tramo final. De entre todo lo positivo rescatará la actuación prodigiosa de Lamine Yamal, con la personalidad suficiente como para vulgarizar a Brasil en su estreno en Concha Espina con 16 años. El culé fue el mejor en un duelo marcado por los menores de edad. Endrick, con 17, se encargó de apagar a España y de presentarse en sociedad ante los ojos de Florentino. Cuatro días atrás ya había decidido el 0-1 de la Verdeamarela en Wembley.
Trajeado como de costumbre, el técnico riojano también vistió a España de gala. En su once estuvieron Rodri, superada la pérdida reciente de un familiar cercano; Morata, dejada atrás su indigestión; y Cucurella, un soldado recuperado para la causa que pareció la única pieza extraña. El resto, con Olmo de mediapunta y sin Cubarsí, apuntan a ser los que empiecen el 15-J en la Euro contra Croacia. Dorival Júnior colocó en las alas a Raphinha y Vinicius y dejó en punta a Rodrygo.
La Selección salió de inicio con respeto y sin miedo a una pentacampeona con bajas sensibles y que en la primera mitad pareció un equipo ramplón. Desde la defensa, con errores inadmisibles, hasta el ataque, sin el brillo habitual en sus estrellas. Entre todas ellas decepcionó el luchador Vinicius, el germen de este partido contra el racismo que nació por una carta de Rubiales a la CBF después del penoso Valencia-Real Madrid de Mestalla de mayo de 2023. Desde entonces han cambiado infinidad de cosas; por desgracia, no el racismo que sigue recibiendo en los campos de Primera y que llenó la grada de pancartas de apoyo. El Bernabéu (70.000 espectadores) se quedó cerca de colgar el 'No hay billetes'.
En lo futbolístico hubo poco de Vini y mucho de Nico Williams y Lamine, dos extremos brasileños nacidos en Pamplona y el Bajo Llobregat. Sus travesuras levantaron a un estadio pobre de alma desde el inicio y tradujeron en peligro el dominio de España, dueña del balón. El juego mejoró exponencialmente cuando se giró hacia los costados.

Lamine, en el minuto cinco, avisó primero con un tiro arriba a centro de Cucurella. Tardó otros cinco en dejar boquiabierto a Chamartín: gambeteó hacia fuera, salió por dentro, amagó a Beraldo e incitó a João Gomes a cometer la torpeza de meterle el pie en el área. El brasileño le derribó y le regaló el 1-0 a Rodri, que convirtió el penalti fuerte y por el centro. Su celebración, con los índices al cielo, le emocionó a él y a los demás. Morata tuvo el detallazo de cederle el lanzamiento y el brazalete.
El gol reflejó en el marcador la superioridad casi arrolladora de La Roja, que repitió llegadas con disparos de Williams y Yamal y tras un regalo de Guimarães que a punto estuvo de aprovechar Olmo. A este último, utilizado en el Leipzig como extremo, De la Fuente le ve mejor de 10. Su actuación volvió a darle la razón al seleccionador. Se movió con libertad, despistó a la zaga rival con sus movimientos y en el 36', después de una jugada de fantasía en la que burló a Beraldo con un caño, colocó el merecido 2-0 con un disparo con la zurda. Brasil no encontraba reacción ni la manera de tapar el jogo bonito de los de De la Fuente.
Lo único que le dio un hilo de vida a la Canarinha al descanso fue un error grosero de Unai Simón, que se equivocó al tratar de darle un pase a Fabián y se lo entregó a Rodrygo. El madridista, con clase, alojó la pelota en la red de vaselina en el 40'. Fue el segundo remate de Brasil en toda la primera mitad y el único con verdadero peligro. Justo antes de enfilar el camino a los vestuarios, Rodri rozó su doblete con una volea que desvió Bento, portero de emergencia ante las bajas de Alisson y Ederson.
Endrick cambia el guion
Dorival, se imagina, le echó una buena regañina a los suyos en el entreacto y reaccionó con cuatro cambios de una tacada: Couto, André, Pereira y Endrick por Danilo, Guimarães, Gomes y Raphinha. Todos los focos apuntaron entonces al futuro diamante blanco, debutante en la que será su casa a partir de junio. Florentino se frota las manos desde hace tiempo, pero esta vez le brillaron los ojos.

El todavía futbolista de Palmeiras, de 17 años y físico sobrenatural, se ubicó como delantero centro y amenazó constantemente con sus arrancadas a Le Normand y Laporte, que vieron redoblados los lugares a los que atender. Después de un par de carreras al espacio, Endrick eligió el 50' para bautizarse ante los ojos de España y el Madrid: enganchó un balón llovido del cielo con la izquierda y dejó sin respuesta a Unai Simón. Le bastaron cinco minutos para marcar su primer gol en el Bernabéu. En un España-Brasil. Y venía de darle la victoria a la Canarinha en Wembley. Un elegido.
La Selección se partió desde entonces y dejó espacios en los contragolpes, el pecado que jamás se debe cometer ante Brasil. Unai apareció en modo salvador para evitar el 2-3 de Rodrygo y España tardó en despertar hasta cerca del minuto 70. Ahí lo intentó Olmo, con un tiro que se estrelló en el meta, y revivió De la Fuente, que realizó sus primeras modificaciones en el 81' con la entrada de Oyarzabal ¡y Cubarsí!
El arreón tuvo efecto: en el 87', tras un pase mágico de Yamal con el exterior, Fabrício Bruno desplazó con el codo a Carvajal y el portugués António Nobre señaló el punto de penal. Lo materializó Rodri, que ya había escrito su epopeya particular, y lo eclipsó Carvajal, que tiró a Galeno en el área contraria en el 95' y le dio una última bala a Brasil. No la desaprovechó la pentacampeona, que deja deberes deportivos a España a dos meses y medio de la Eurocopa. Tras el 3-3 se armó la mundial, con los dos banquillos enfrentados y roces en el campo y en Twitter entre Vinicius y Laporte. Eso, y los pitos a Morata que hicieron sentir "vergüenza" a De la Fuente, afearon una noche que pintaba a ser para mayores y terminaron decidiendo los más jóvenes.
Ficha técnica:
España: Unai Simón; Carvajal, Le Normand (Cubarsí, min. 81), Laporte, Cucurella; Rodri, Fabián; Lamine Yamal (Jesús Navas, min. 92), Dani Olmo, Nico Williams (Sancet, min. 89); y Morata (Oyarzabal, min. 81).
Brasil: Bento; Danilo (Yan Couto, min. 46), Fabrício Bruno, Beraldo, Wendell; Guimarães (André, min. 46), Paquetá, João Gomes (Andreas Pereira, min. 46); Raphinha (Endrick, min. 46), Rodrygo (Galeno, min. 82) y Vinicius (Douglas Luiz, min. 71).
Árbitro: António Nobre (Portugal). Amonestó con tarjeta amarilla a Le Normand, Laporte, Carvajal; Guimarães, Paquetá, Endrick, Andreas Pereira y Beraldo.
Goles: 1-0 Rodri, de penalti (min. 12). 2-0 Dani Olmo (min. 36). 2-1 Rodrygo (min. 40). 2-2 Endrick (min. 50). 3-2 Rodri, de penalti (min. 87). 3-3 Paquetá, de penalti (min. 96).
Incidencias: Partido amistoso disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante unos 70.000 espectadores. La organización del encuentro se enmarcó bajo el lema 'Una misma piel', el grito de la RFEF y la CBF en la lucha contra el racismo.