La Selección aprende en la Selva Negra y del primer rival alemán del Real Madrid que hay vida más allá de la herejía del tiqui-taca
El Pforzheim, leyenda de la zona donde trabaja España, fue criticado en su día por practicar un fútbol que siempre estuvo bajo la lupa pese a sus éxitos y que De la Fuente ha sabido actualizar.

Donaueschingen (Alemania).- Si algo ha demostrado la Selección en esta Eurocopa es que hay vida más allá del tiqui-taca por el que España ha sido reconocido en los últimos tiempos en el mundo entero. De la Fuente ha sabido actualizar la versión tan bien ejecutada en el cuatrienio glorioso desde 2008 a 2012, apostando en la actualidad por menos posesión, extremos y más verticalidad. Y puede que le hayan inspirado, sin saberlo, los aires de la Selva Negra donde se concentra.
El FC Pforzheim, leyenda de la zona que curiosamente fue el primer rival alemán del Real Madrid -que además rindió visita a la capital de España-, tuvo que reinventarse en su día, sorteando las críticas que se cebaron con su estilo. Su juego sufrió una gran censura hace ya cien años por practicar un fútbol que siempre ha estado bajo la lupa pese a sus éxitos. La Roja, al menos, ha rectificado a tiempo, y a su manera, para seguir ganando con otra interpretación del modelo.
El FC Pforzheim, al que muchos mantienen presente por estas tierras, fue creado el 5 de mayo de 1986 en el estado teutón de Baden-Wurtemberg, a hora y media de distancia del lugar donde España se entrena a diario (Aasen), y fue uno de los equipos fundadores de la Asociación Alemana de Fútbol en 1900. Aunque recientemente ha tenido que fusionarse para poder sobrevivir, entonces era un referente en el país, llegando a ganar en 1906 el campeonato de Alemania Meridional al vencer en la final del Karlsruher FV y disputar la final nacional -que perdió- frente al Leipzig en Nuremberg.
Gracias a ese nivel, logró cerrar en 1922 tres partidos amistosos ante el Real Madrid, en esa obsesión que siempre ha perseguido al club blanco de fidelizar a los aficionados del mundo entero. El hecho de que el FC Pforzheim hubiera logrado victorias sonadas en su tierra y que hubiera ganado recientemente el campeonato nacional que disputaba, le permitió poder viajar a Madrid para disputar esos bolos pactados que finalmente fueron dos. El equipo, reforzado con los mejores jugadores de su torneo, aterrizó en diciembre en Madrid tras haber hecho escala en Cataluña, donde también se midió al Europa. Y ahí es donde su inmaculada reputación comenzó a ser dañada. El estilo era una herejía.

Su juego, según las crónicas de las época consultadas y las referencias de periódicos legendarios como Marca o ABC, era bastante diferente al que defendían el resto de equipos. Tocaban demasiado la pelota y, sin embargo, eso no les valía para llegar con frecuencia a la portería. La Selección de Luis Enrique en el Mundial de Catar no fue el único equipo que ha desesperado a lo largo de la historia. Y pese a la dureza de la prensa de la época, decidió no cambiar sus formas ni su filosofía. En el primer encuentro disputado ante el Real Madrid, el 14 de diciembre de 1922, perdió 3-2 pero dio muy buena impresión.
Y para el segundo, el del día 17, los aficionados que se dieron cita en el viejo campo de O'Donnell, se encontraron con una agradable e inolvidable sorpresa. Aprovechando que el duelo no era oficial, Alberto Machimbarrena, alias Machim, regresó a los campos cuatro años y medio después de su retirada ante el Racing de Madrid. Su misión, meses antes de morir de tuberculosis, era suplir la importante baja de Monjardín, bigoleador en el primero partido, ya que había sido reclutado por la Selección e iba a proceder a su debut.
Pero ni los detalles alrededor del partido lograron espantar las ácidas críticas hacia el FC Pforzheim. La más contundente llego del diario Madrid-Sport: "La impresión que nos ha causado en este partido el once extranjero ha sido verdaderamente muy penosa. Sólo por los respetos debidos al forastero nos callaremos y no diremos todo cuanto se nos ocurre de lo que hemos visto". Aunque como recuerda Marca, el árbitro no fue mucho mejor valorado. "Claro, que peor parado salía el árbitro, el señor Corona: nosotros quisiéramos saber por qué algunos señores tienen la osadía de empuñar un pito y salir al campo a arbitrar un partido (...). El arbitraje del domingo fue una verdadera desdicha...".
El FC Pforzheim, después, fue víctima de los diferentes ajustes que el fútbol alemán vivió a cuenta de las dos Guerras Mundiales y, sobre todo, de la instauración del III Reich de Adolf Hitler. Pero su capítulo más duro, aunque sanador, lo vivió en junio de 2010 cuando se fusionó a su máximo rival, el VFR Pforzheim, para crear el CFR Pforzheim. Ahora juega sus encuentros como local en el Stadion im Brötzinger. Y en la zona donde España se entrena estos días el club es una institución. La Selección quizás no conozca su historia. Pero es curioso, y reconfortante, saber que hay vida más allá de defenderse con balón.

Los datos hablan por sí solos. La Selección ha pasado de un 62,8% de posesión en 2016 y un 71,5% en 2020 a un 58,4% en 2024. El cambio se nota en el número de pases por minuto: de 6,8 en 2016 a 7,4 en 2020 y 5,5 en esta Eurocopa. España da menos pases por posesión que en 2020, y no es porque pierda más balones o porque tenga menos acierto en la entrega. Otros datos que indican que hay cosas que han cambiado en el juego de la Selección en su estilo. España tiene un promedio de 1,67 contraataques por partido que terminan con remate. En la anterior Eurocopa el dato era de 0,33 (2020). Y también tira más a portería desde fuera del área: 8,33 veces por partido. En la anterior Eurocopa fueron 5,33 y en 2016, 6,5. Así, España es la segunda selección con más regates intentados por partido (24), sólo por detrás de Portugal (27,8). En la Eurocopa 2020 fue la 15 de 24 con 14 regates intentados por encuentro.
Si algo hizo mal en su día el FC Pforzheim fue no renovarse a tiempo. De todo se sale. Hasta del tiqui-taca.