La televisión alemana no lo supera: responde a la victoria de España ante Francia con lágrimas contra Cucurella

Dortmund (Alemania).- A cinco horas en tren de Múnich, donde llegaban incluso los ecos de la victoria de la Selección española sobre Francia en las semifinales de la Eurocopa, el partido se pudo seguir en la cadena de televisión alemana ZDB, que está dedicando horas y horas de programación al torneo. Fue, como ya es un hábito en la Región del Ruhr por desgracia de los espectadores, una tarde noche pasada por agua, de truenos y relámpagos, también de goles. Y de lágrimas alemanas, aunque no jugarán. Las Fan Zone ubicadas en la ciudad de Essen y de Dortmund permanecieron cerradas a la espera del Inglaterra-Países Bajos de este miércoles (21:00).

Fue acabar el partido, recrearse en la celebración española y traducir al alemán a los protagonistas, como Dani Olmo, Lamine Yamal y Cucurella, y pasar al programa de Markus Lanz. A él, acudieron cinco tertulianos. Dos periodistas, el presentador y dos expertos arbitrales. Y, de fondo, la famosa fotografía de Cucurella tocando el balón con la mano en el partido de cuartos de final entre España y Alemania. Una jugada polémica en la que, finalmente, el colegiado Anthony Taylor, tras la consulta al VAR, decidió no señalar.

Durante más de 20 minutos, se debatió largo y tendido sobre una jugada que sigue dando que hablar en Alemania, como se pudo ver en el encuentro de España y Francia cuando el lateral izquierdo español fue silbado por los espectadores alemanes cada vez que tocaba el balón. Entre las muchas imágenes y opiniones, utilizaron la del penalti pitado a favor de Alemania ante Dinamarca en octavos de final, cuando Andersen tocó el balón con la mano en un centro en una posición más elevada que la de Cucurella.

Los expertos participaron y debatieron sobre un tema que sigue siendo el más hablado en la prensa y en los medios, con la Eurocopa como foco y sin acabar de entender por qué los árbitros no penalizaron la acción. El programa de Markus Lanz aborda diferentes asuntos de actualidad y entrevistas, pero decidieron que para después de este encuentro de semifinales había que recuperar la mano de Cucurella, que sucedió cuatro días atrás.

En el programa, según los comentarios de los espectadores en X, Reinhold Beckmann defendió que no era penalti, mientras que otros apuntaban que los silbidos a Cucurella no habían sido por esa mano considerada de "balonmano", sino por sus "atrevidas declaraciones". "Si Alemania hubiese ganado no se estaría hablando de eso, son cosas que pasan, son decisiones. Nos podíamos haber quejado de que a Kroos le podían haber sacado tarjeta y habría sido expulsado", dijo el catalán.

La tertulia giró en torno a la posición del cuerpo y de la mano, pues la mayoría de los tertulianos no la consideró natural, por lo que la acción debió ser punible. La UEFA ya habló y dijo que estaba bien arbitrado. Y España jugará este domingo la final en Berlín ante el ganador del Inglaterra-Países Bajos. Alemania, de momento, sigue con un debate que le acompañará hasta el final del torneo.

Por su parte, otra parte de la prensa alemana se sitúa en el bando contrario de la opinión. El medio escrito Kickerfue explícito y contundente en contra de los aficionados germanos que se dirigieron a Cucurella en cada ocasión que tocaba la pelota. "Es una reacción vergonzosa, tonta y contraria a la idea del juego limpio", escriben.

Así lo aclara y sentencia la redacción alemana: "No es culpa del lateral izquierdo de llamativos rizos, sino de una interpretación completamente equivocada de una regla de la mano que ha sido demasiado complicada en los últimos años". Además, tildaron de "indigno de un anfitrión" pitar en cada ocasión a un jugador "que deja el corazón durante 90 minutos de juego". Zanjan el tema lanzando una petición: "Sería un gesto de espíritu deportivo que la afición se comporte de manera neutral el domingo".

Quien también se posicionó a favor del defensa de Alella fue la televisión TNV. "Algunos seguidores de la Mannschaft se revelaron como malos perdedores y también malos anfitriones. No tiene sentido pitar a Cucurella".