EUROCOPA | ALEMANIA 2 - DINAMARCA 0

Lo que no se vio de la tormenta que detuvo 25 minutos el Alemania-Dinamarca: "Sabíamos que pasaría, pero no cuándo"

Aficionados cantando, bailando, otros pidiendo cerveza, cascadas cayendo del tejado... y una charla entre el técnico danés y un árbitro.

Aficionados se protegen en medio de la tormenta eléctrica que provocó la suspensión en Dortmund del Alemania-Dinamarca. /GETTY
Aficionados se protegen en medio de la tormenta eléctrica que provocó la suspensión en Dortmund del Alemania-Dinamarca. GETTY
Guillermo González
Alberto Martínez

Guillermo González y Alberto Martínez

Dortmund (Alemania).- "¿Has visto esas nubes? Pinta mal". Un periodista alemán se refiere así a nosotros cuando el cielo empieza a oscurecerse en el BVB Dortmund Stadion. El vendaval alemán de los de Nagelsmann quedó ensombrecido por una tormenta que paró el partido frente a Dinamarca, en los primeros octavos de final de la Eurocopa. Media hora que da mucho para contar.

El colegiado inglés, Michael Oliver, se percató de los rayos que asomaban en lo alto del estadio. Eso ya era un indicativo de que no iba a ser un simple calabobos. Los monitores laterales indicaban que el partido se iba a parar por "las condiciones climáticas". Ya lo avisaba el entrenador danés, Kasper Hjulmand, cuando hablaba con el cuarto árbitro sobre la situación. Señalaba al cielo y hacia gestos de que todo aquello no tenía buena pinta. Como para no pensarlo.

Empezó a granizar en Westfalen, provocando que la parte más baja de las gradas se vaciara de inmediato. La mayoría, sobre todo en los fondos, se refugió en las partes más altas donde el techo sí les protegía. ¿Lo que más impresionó de todo esto? El muro amarillo apretado en su zona superior, casi vacío, y el fondo norte impasible, correspondiente a la afición danesa. Estarían acostumbrados a esto, suponemos.

El techo del imponente Signal Iduna Park llegó a rebosar, como ocurrió en el partido entre Turquía y Portugal. Las esquinas de un lateral empezaron a soltar agua en forma de cascada, cayendo hacia los asientos ya vacíos de los aficionados que se habían refugiado. En muy poco tiempo, la lluvia empezó a rachear. Nadie se salvaba de la tormenta. Ni siquiera los periodistas que solemos presumir de lo bien cubiertos que estamos. Todos empezaron a esconder sus portátiles debajo de la mesa.

Pero al mal tiempo, buena cara. Pasabas por los pasillos del Signal Iduna Park y la gente aprovechaba para comprarse una cerveza o algo de comida. De repente, se oyen cánticos en el estadio. Los pocos que estaban apretados en el muro amarillo, se ponen a cantar. Como si estuvieran haciendo un rito hacia la lluvia. Al otro lado, dos daneses empiezan a bailar debajo de una de esas cascadas en una imagen que ya es una de las más virales de la Eurocopa. Lo dicho. Aquello era parte de la fiesta. Y nada se la iba a aguar.

El aviso de la prensa alemana, la medio sorpresa de los voluntarios

La prensa alemana había anunciado durante la semana que se esperaba una tormenta eléctrica para la noche de Dortmund. La UEFA y la organización lo sabían, no les pilló por sorpresa, pero no todo era tan sencillo. "Sabíamos que esto podía pasar, pero no cuándo ni con qué intensidad", comentó uno de los voluntarios a Relevo, mientras caían el agua pero no la fiesta.

Y puede que funcionara porque cinco minutos después, dejó de caer agua. Se cerró el grifo y el estadio empezó a llenarse de nuevo. Michael Oliver asomó la cabeza, para estar seguro de que ya no había rayos en el horizonte.