EUROCOPA | ESCOCIA - HUNGRÍA

El Vardy húngaro emigró a Austria para compaginar el fútbol con la vendimia y la reparación de puertas

Barnabás Varga no tuvo un camino común hacia la élite. Debutó en la primera de su país con 26 años y en la selección, con 28. Ya ha marcado en esta Eurocopa.

Varga celebra con Szoboszlai el gol anotado contra Suiza./AFP
Varga celebra con Szoboszlai el gol anotado contra Suiza. AFP
Jordi Cardero

Jordi Cardero

"No fue el típico camino a la élite", dicen en Hungría sobre Barnabás Varga. No lo fue porque a la edad en que las grandes promesas comienzan a sacar la cabeza, el delantero se buscaba la vida con cualquier trabajo para llegar a fin de mes. Todavía siendo menor de edad, emigró a Austria para jugar entre la quinta y la sexta división. Era hora de comenzar a proyectar una nueva vida, la que ya no contempla el fútbol como forma de vida, pero sí como pasatiempo.

Uno de los problemas que arrastró Varga es que, como le sucedió a Fermín en su paso por La Masia, comenzó a desarrollarse físicamente más tarde que sus compañeros. Hasta pasados los 20 no alcanzó su peso y altura actual. "En aquel momento no me preocupaba tanto si llegaría a ser futbolista profesional o no", reconoció tiempo después. "Se puede llegar desde cualquier lugar, aunque lo cierto es que a partir de la quinta división hay un camino un poco más accidentado…", aseguraba, con conocimiento de causa.

Entrenando dos días por semana y con la tranquilidad de poder ir al campo en bicicleta, como el resto de sus compañeros, Barnabás ocupaba su tiempo con trabajos a tiempo parcial. Compaginaba el balón con la vendimia, seleccionando las uvas que estaban bien. También reparando puertas de garaje. "No sé si realmente pensó en dejar el fútbol, pero la verdad es que ni se planteaba llegar a ser profesional", cuenta un periodista húngaro cercano al delantero.

Varga jugó con equipos amateurs desde que era adolescente. Muy poco a poco, fue escalando categorías. "Me encantaba jugar al fútbol en Eberau, o Monyorókerek, fue una época maravillosa de mi vida", explicaba. "Gracias a Dios llegaron los goles y al poco tiempo Mattersburg se fijó en mí. Para ello teníamos que ganar la quinta división y subir a la cuarta, incluso la llegamos a ganar", recuerda. La oferta del club le permitió sacudirse algo de barro. Comenzó en su filial y las lesiones en el primer equipo le dieron la oportunidad de probarse. En su debut, asistencia. Su carrera ya no dejaría de crecer.

"El primer equipo del Mattersburg estaba en la primera división, el filial en la tercera y, a los 24 años, yo sentía que estaba entre los dos. Siempre traté de ver mi situación de manera realista y entonces no lo hice de manera diferente. Consideré que ya había superado Mattersburg II, pero no me consideraba lo suficientemente preparado para la primera división, por lo que era obvio que ficharía por un segunda división", explicó. Después de probar la segunda austríaca, regresó a Hungría.

Fichó por el Paksi en verano de 2022. Lo eligieron como sustituto de Martin Ádám, uno de los nombres propios de esta Eurocopa. "Ya verás, Barni, lucharás por ser máximo goleador de la liga y por ir con la selección", le motivó Zsolt Haraszti, el director deportivo del club. Debutó en la primera división de su país con 26 años. Explotó tarde, como Jamie Vardy, que disputó su primer encuentro en la Premier League con 25.

Solo una temporada después, tras anotar 29 goles y repartir dos asistencias, ficharía por el Ferencvaros. Ya había debutado con la selección, a los 28. Y en su primera temporada en la capital, 29 tantos y 12 asistencias. Con la edad de Szoboszlai, el gran referente de la Selección de fútbol de Hungría, Barnabás se batía por campos regionales austríacos sin plantearse si podría llegar a la élite. Cerca de los 30, debutó con gol en una Eurocopa. Es parte de la esperanza de su país para luchar por un puesto en los octavos de final.