El Betis dice adiós ante el United: Europa exige más fe e ilusión

El Betis volvió a despedirse de Europa en los octavos de final. Demasiado Manchester United para los heliopolitanos, que volvieron de Old Trafford con una goleada a cuestas y que tampoco en el Benito Villamarín pudieron imponerse a los de Erik Ten Hag (0-1). Marcus Rashford, esa gran estrella del United, sentenció la eliminatoria con un derechazo antes de irse a la ducha. Aunque las opciones de una remontada siempre estuvieron lejos. Desde la misma alineación inicial de Manuel Pellegrini, que si en la previa apuntó a la inteligencia para manejar el partido, a la hora de la verdad reservó de nuevo a Sergio Canales y Borja Iglesias. Ni el consuelo de despedirse con un triunfo le quedó al equipo bético, que al menos sí se llevó el aplauso de despedida de los suyos.

Para llegar lejos en Europa se exige, además de buenas futbolistas, fe e ilusión. La grada del Benito Villamarín sí tuvo de estas dos últimas cosas, pero pronto se comenzó a dar cuenta de que su equipo disparaba con balas de fogueo. Ni el rey Juan Miguel tuvo esa inspiración que quizá le hubiera dado algo de emoción a la eliminatoria, con tres ocasiones erradas en el primer tiempo. Otro año será, aunque sólo comprando billetes te puede tocar la lotería. Y el Betis esta vez no se presentó con los suficientes después de que el sorteo le deparase al gran 'coco' de la competición.

Tuvo más fe la afición del Betis que el propio Manuel Pellegrini, al que el Mallorca y la cuarta plaza liguera ocuparon parte de sus pensamientos. Ese ambiente generado desde la grada bien pudo cambiar la eliminatoria. Juanmi, con tres ocasiones ante De Gea, tuvo en sus botas ese gol que hubiera disparado la ilusión del Benito Villamarín. Incluso tras encajar el 0-1, la afició entonó su "Betis, Betis" para honrar al esfuerzo de sus jugadores durante la competición.

"Sí, se puede", coreó la grada durante ese arranque con el que el Betis trató de meterse en la eliminatoria. Presión ambiental de día importante, por más que la diferencia de goles convirtiera en una utopía esa posibilidad de remontada ante un gigante como el United. ¿Qué sería el fútbol sin la ilusión de la gente? Y en el Betis se ha recobrado desde la llegada de Manuel Pellegrini, al que no se le discuten ni esas alineaciones a medias para decir adiós a la Europa League.

Casi a medio gas, el delantero inglés exhibió ese potencial que siempre ha tenido en sus botas. Pegado a la banda izquierda o por dentro, Marcus Rashford jugó como quiso. Acelerando y recortando. Parando y regateando. Ese talento con velocidad y contral pone en jaque a cualquier defensa y también lo consiguió con la verdiblanca. Y de un derechazo suyo, justo después de haber enviado a las nubes una ocasión incluso más clara, llegó la sentencia.

Ten Hag tampoco dio demasiadas concesiones. Alguna rotación en la defensa, pero los principales jugadores al césped. Ni los apercibidos, Bruno Fernandes y Casemiro, descansaron. El técnico del United no se fiaba de lo que podía surgir en el Villamarín en una tarde-noche de frenesí y dispuso a sus mejores futbolistas con la misión de tener la pelota y buscar a Rashford. Un plan ideal cuando se dispone con un jugador de esas cualidades.

Tras su mal partido en Mánchester, Abner salió con ganas de reivindicarse. Más activo que otros días hasta que el brasileño se echó la mano al abductor de la pierna izquierda. Intentó seguir sobre el terreno de juego, pero Pellegrini, que no quiere perder efectivos, rápidamente llamó a Miranda para sustituirlo. "Tranquilo, Abner, eres joven y aún tienes muchos partidos por delante", le escribiría al lateral, que se fue con la cabeza baja hacia el banquillo.

Fichado en enero tras la salida de Álex Moreno, el joven brasileño todavía no ha dado ese nivel que se espera de él. El Betis pagó 5 millones de euros por el 50% de sus derechos, en una operación con vistas al futuro. "Necesita adaptación", reconocen en Heliópolis, donde se pide paciencia y calma con las actuaciones del lateral izquierdo. Y es que Moreno dejó el listón muy alto, sobre todo en los dos años y medio a las órdenes de Pellegrini.

Proclamarse campeón del mundo le ha sentado bien al central argentino, que ha regresado con una jerarquía desconocida en verdiblanco. Es cierto que se siente más cómodo jugando cerca de su portería, pero Pezzella acumula ya una serie de encuentros en los que se ha convertido en el mejor defensa del equipo. Ante el ausente Luiz Felipe, el argentino ha cogido los galones de una zaga que en esta temporada está teniendo un mejor funcionamiento.

Esta vez acompañado por Édgar, Pezzella se mantuvo firme pese a las acometidas del United, que lo intentaba por bajo, con Rashford o Pellistri, o por alto, con el gigante Weghorst. Otro buen partido del central bético que, eso sí, tampoco pudo evitar otra derrota.

Como ocurriera en la ida, Pellegrini dio su sitio en el once de la Europa League a Joaquín. Y aunque el ritmo de los ingleses a veces sobrepasaba al capitán, cuando la pelota caía en sus dominios, el tiempo se detenía. Temple y arte para amagar y salir. E incluso un disparo desde la frontal que se marchó fuera por poco y que hizo levantarse a la grada de Heliópolis. Los béticos se rindieron una vez más a su capitán, que sumó su 101 en competiciones europeas. Casi nada.

Casi a la hora de partido, el capitán puso fin a su partido. Camino de sus 42 años, la exigencia física del United ya lo obligaba a marcharse al banquillo. Pero para su recuerdo quedará esta eliminatoria con la que lo ha premiado Pellegrini, ese entrenador que lleva al portuense con mano izquierda. ¿Sería su último partido en Europa? Bueno, el penúltimo y...