Bilbao Bhoys, una peña del Celtic hermanada con el Athletic y con doble motivo para asaltar Ibrox: "Estoy nervioso, sería una pesadilla"
Tony Gilfoyle, fundador de la única peña del Celtic en Bilbao, cuenta la historia de estos escoceses que vivirán el duelo ante su rival histórico junto a aficionados rojiblancos.

Hablar de Old Firm en Escocia son palabras mayores. El derby en mayúsculas. Uno de los duelos más importantes y con más carga social, política y religiosa de Europa: Celtic y Rangers. Dos maneras de vivir y de entender el fútbol. Por eso, en Bilbao estos días hay un grupo de aficionados escoceses que cuenta las horas como si fuesen aficionados rojiblancos de toda la vida. Incluso más. Una rivalidad que se lleva en las venas y que Tony Gilfoyle, escocés de Glasgow que aterrizó en Bilbao justo antes de la pandemia del Covid, describe bien: "Esto es, bien entendido, como una secta; es una manera de vivir".
Su pasión por el verde y blanco del Celtic es imposible de suplantar, pero Tony encontró en Bilbao otro lugar ideal del que enamorarse. "El día después de llegar hubo el derbi contra la Real en San Mamés y flipé con todo lo que vi en la ciudad. Desde este momento, soy también del Athletic", reconoce, antes de explicar que llegó a la capital vizcaína sin conocer a nadie, únicamente con una habitación alquilada y una oferta de "curro" que sigue disfrutando. Es profesor de inglés, aunque sobre todo es "el fundador, presidente, organizador, el jefe de redes sociales y, básicamente, todo" de la peña Bilbao Bhoys CSC.
"La historia de la peña es bastante sencilla: soy de Glasgow y soy de Celtic desde que nací, y cuando vine a Bilbao quería empezar a ver nuestros partidos con más gente como yo", resume. Empezó en el Pub irlandés Wicklow Arms, en pleno centro de la ciudad, pero después se 'mudaron' al Bar Negresco, en la Plaza Nueva, un lugar en el que se han establecido y en el que se han convertido en una referencia del Celtic en el norte de España. "Los dueños y los trabajadores son la hostia", dice riéndose y con naturalidad, agradecido por haberles permitido tener un espacio para colgar sus banderas y sus escudos, convertidos en un reclamo turístico: "Suele pasar gente de cualquier país para comer los pintxos y ver los partidos. Sin duda Plaza Nueva es el mejor sitio para ver partidos porque siempre hay ambiente, es céntrica, hay tranvías, metro... Estamos encantados".
Junto a Fiona, otra escocesa y aficionada del Celtic, han ido gestionando un lugar de unión que acoge a un grupo de británicos enamorados del club, pero también a vascos que simpatizan con un club hermanado con el conjunto vasco desde hace años. "Tenemos un grupo por WhatsApp donde charlamos sobre el Celtic y el Athletic. Los vascos que suelen pasar son socios de Athletic y comparten mis morales y mis principios: creemos en ayudar a quienes lo necesitan; los refugiados deben ser bienvenidos, apoyamos a Palestina, creemos en nuestra cultura, pero estamos abiertos a otras, como la de los Athleticzales. Tenemos mucho en común con nuestras colegas en Euskadi", define Tony orgulloso de una forma de entender el fútbol compartida.
"El Celtic y el Athletic son más que un balón y mucho más que hombres que ganan mucha pasta. Es una manera de vivir, forman parte de la comunidad. Desde que naces, eres del Celtic o del Athletic, no tienes elección. Y eso me enamoró también cuando vine aquí. En Glasgow es un poco diferente porque hay dos clubes grandes y hay diferentes zonas en la ciudad, pero es un sentimiento muy parecido. Mi padre me dijo que no había elección desde el primer día", explica Tony, que ha viajado con la ikurriña y el escudo rojiblanco varias veces a Celtic Park, pero también con los colores de su club natal por España. Incluido el Bernabéu.

El sentimiento de Tony es compartido en Bilbao, una ciudad en la que el Celtic siempre ha caído bien y al que se ha admirado desde la distancia. "Veo camisetas del Celtic todas las semanas", destaca, aunque ya sabía de esa conexión antes de establecerse en la ciudad. "Hubo un partido amistoso en 2011 en el viejo San Mamés en el que se intercambiaron bufandas y fue el comienzo de una amistad entre los dos clubes", cuenta, además de otro duelo que marcaría la conexión con Euskal Herria: "Siempre recuerdo una historia: cuando el Celtic jugó contra la Real Sociedad en 1982, en Celtic Park el club llegó a izar la Ikurriña dentro del estadio como muestra de solidaridad. Los aficionados estaban intrigados, no sabían muy bien qué significaba y les explicamos que representaba al equipo rival".
Es evidente que hay una conexión entre el Celtic y Euskal Herria, también por aspectos políticos, ya que el conjunto de Glasgow tiene raíces irlandesas. "El País Vasco y especialmente Bilbao comparte ese sentido de identidad y orgullo cultural. El Athletic Club es único; no hay otro club como él en el mundo". Y por eso, dice, siempre ha sido visto con orgullo y admiración desde este lado de la ciudad escocesa.
De hecho, la pasada temporada el Athletic viajó a Glasgow en pretemporada para medirse al Celtic en un encuentro amistoso que para Tony fue uno de los más especiales que recuerda. "Cuando me enteré, la verdad es que casi no dormí en toda la noche. Era la unión de mis dos equipos favoritos y en un partido especial -partido homenaje a James Forrest, un One Club Man-, pero también una oportunidad para mostrarle a todo Glasgow lo que significa el Athletic y quiénes son. Fue un sueño".
Un Old Firm a la vasca
Tony está viviendo la previa con tensión y no duda en reconocerlo. Para él es muy importante que los rojiblancos sean capaces de superar a su rival histórico por todo lo que supondría. "Estoy bastante nervioso", admite de primeras, aunque después intenta tranquilizarse: "No creo que el Rangers sea un equipo tan fuerte, no son un gran equipo", dice, buscando argumentos para calmar esas ansias de victoria. "El Athletic debería ganar por un par de goles, pero estoy nervioso por todo. Sinceramente, sería como una pesadilla".
Consciente de que más de 2.000 aficionados bilbaínos viajarán a su ciudad para la ida de los cuartos de final, Tony les recomienda acudir a los pubs del Celtic y les advierte de que no podrán en algunos bares que sean tradicionales del Rangers. "Recomendaría The Brazen Head -han realizado un cartel en euskera y con ofertas en cerveza para los vascos-, seguro que acogen muy bien a los aficionados del Athletic". También menciona The Tollbooth Bar o McChuill's en el Trongate, "del Celtic, muy obreros, cálidos y acogedores".
En el aspecto negativo, Tony está preocupado con el encuentro de vuelta, cuando llegarán a Bilbao varios miles de aficionados del Rangers. Una afición muy numerosa y en la que hay un grupo que "se comporta mal cuando viaja". "Sus posturas políticas no coinciden con el sentir general de Euskal Herria. Sus ideas pueden ser bastante extremas, podría ser una noche tensa e incluso peligrosa". Bilbao se volverá a blindar, intentando evitar que se repitan incidentes como en la última eliminatoria ante la Roma.