Bruno Fernandes y el colegiado Benoit Bastien terminan con el sueño europeo de la Real Sociedad

La imagen de Patrick Dorgu, a falta de cinco minutos para el final, diciéndole a Benoit Bastien, el colegiado del partido, que no era penalti una acción en la que el trencilla, por cuarta vez había señalado el punto fatídico, debe dejar en evidencia a un árbitro que hizo todo lo posible para acabar con el sueño europeo de la Real Sociedad. El 'Teatro de los Sueños' acabó convirtiéndose en una pesadilla para un equipo que, ni mucho menos, se mereció un castigo semejante. Fue valiente y le jugó de tú a tú al Manchester United hasta que le dejaron. Se adelantó, incluso, en el marcador, alimentando el sueño de una gesta, que, finalmente, resultó imposible.

Un día después de toda la polémica generada por el penalti de Julián Álvarez, que no subió al marcador por el doble golpeo del argentino, otra pena máxima ha marcado el desarrollo de un duelo europeo. Que a estas alturas de la película, una eliminatoria del prestigio como la que se ha jugado en Old Trafford, comience a decidirse por un penalti que no es, llama poderosamente la atención. Hace unos años atrás podía suceder, más jugando en campos de los equipos grandes. Los ejemplos se podrían contar por cientos. Pero en pleno siglo XXI, con todos los avances tecnológicos que hay y con una herramienta llegada para evitar acciones como la de hoy, es incomprensible que un colegiado se saque de la chistera una pena máxima inexistente y que nadie le corrija. Y eso es lo que ha sucedido hoy sobre el verde de Old Trafford, donde la Real ha dicho adiós a esta edición de la Europa League.

Benoit Bastien, el encargado de impartir justicia, decidió que Aritz Elustondo cometió pena máxima sobre Dorgu al poco de iniciarse la segunda mitad. Tardó unos segundos en señalar el punto fatídico desde la caída al suelo del danés, pero transcurrido un pequeño espacio de tiempo, el francés dictó sentencia. Tenía ganas. Las protestas de los jugadores realistas no se hicieron esperar. El más indignado, el protagonista de la acción, un Aritz Elustondo que, con el dedo índice al aire, decía que no. Pero la decisión estaba tomada. Ni el VAR le llamó para revisar la acción. Bruno Fernandes no perdonó.

La eliminatoria terminó por ponerse muy cuesta arriba casi a renglón seguido porque Benoit Bastien tampoco dudó ni un ápice para expulsar con roja directa a Jon Mikel Aramburu, que, como quien dice, acababa de entrar en el terreno de juego. Con Dorgu otra vez de por medio, el internacional venezolano tropezó con el danés, que acabó por el suelo. Era el último hombre. A la calle. Eso sí, este es un aspecto que se lo tendría que hacer mirar el equipo que entrena Imanol Alguacil, que en tres de los últimos partidos que ha jugado, se ha quedado con un hombre menos. Ocurrió con Zubeldia en el Villamarín, con Aritz Elustondo en Montjuic y hoy con Aramburu en Old Trafford.

La puesta en escena de la Real Sociedad no pudo ser más ilusionante. Valiente, con las ideas muy claras, queriendo mostrar en un campo tan emblemático como Old Trafford que iba muy en serio en esta competición, intentando disipar las muchas dudas que el equipo está dejando por el camino en sus últimas comparecencias. Fruto de esta puesta en escena tan señorial llegó el premio. Hubo que esperar a que Benoit Bastien viera la acción varias veces en el monitor del VAR, pero la jugada no admitía dudas. De Ligt se llevó por delante al más listo de la clase como es Mikel Oyarzabal. El capitán le ganó la partida al central neerlandes y no falló desde los once metros, aumentando, de esta manera, su leyenda en Europa con su décimo gol en su cuenta personal.

Pero ya saben eso que la alegría dura poco en la casa del pobre y eso es lo que le pasó al equipo blanquiazul. Tan solo cinco minutos después, el Manchester United, también desde los once metros, empataba el partido y, por ende, la eliminatoria. En esta ocasión fue Zubeldia el que derribó a Hojlund. El colegiado francés no dudó tanto y señaló el punto fatídico. Tampoco Bruno Fernandes falló, engañando por completo a Remiro.

El gol local envalentonó al Manchester United que se fue hacia arriba comandado por un Hojlund desatado, muy diferente al delantero que se vio en el Reale Arena. Estuvo a punto, de hecho, de poner el 2-1 con una delicatessen, pero su taconazo, tras un centro de Zirkzee, se topó con el palo ante la desesperación del danés. Pero la Real no daba su brazo a torcer. Es cierto que sufría con las acometidas de los Red Devils, pero el equipo de Imanol Alguacil tampoco se quedaba atrás, sobre todo con un Take Kubo, cuyas arrancadas provocaban el temor en la grada de Old Trafford. Un temor que desapareció por completo en una segunda parte que convirtió el sueño de la Real Sociedad en una pesadilla. Bruno Fernandes se erigió en el protagonista de un equipo que se agarra a la Europa League como a un clavo ardiendo. Es su único medio para jugar en Europa la temporada que viene. Su máxima estrella lo sabe y frente a la Real se marcó un 'hat-trick' para la historia.

El luso fue el faro que alumbró el camino de un Manchester United, que también encontró en el árbitro de la contienda una ayuda inestimable. Benoit Bastien, con sus decisiones, terminó por desquiciar a un equipo, el txuri urdin, que se vio obligado a decir adiós antes de lo deseado a la Europa League. El sueño de jugar la final en San Mamés se ha desvanecido de golpe y porrazo. De la manera más cruel posible. Porque la Real se lo creyó más que nunca, pero le cortaron las alas cuando estaba a punto de emprender un vuelo que tenía visos de llegar a buen destino.