MANCHESTER UNITED - REAL SOCIEDAD

Mikel González, un currante que llevaba mal la fama y llegó a jugar en Old Trafford con la Real Sociedad: "Ama, ¿por qué me saluda ahora este tío y ayer no?"

El ex de la Real Sociedad hace memoria de aquella Champions League 14/15 y guarda recuerdos amargos por el rendimiento deportivo del equipo.

Mikel González junto a Patrice Evra en el partido de champions League jugado en Old Trafford. /AFP
Mikel González junto a Patrice Evra en el partido de champions League jugado en Old Trafford. AFP
José Luis Lorenzo

José Luis Lorenzo

Mikel González ha vuelto a casa. Dos años después de colgar las botas en Chipre con 37 años, el ex de la Real Sociedad disfruta de la vida en su Arrasate natal haciendo sus pinitos como entrenador y estudiando la carrera de psicología. Atiende muy amablemente la llamada de Relevo para repasar su trayectoria deportiva marcada por los once años que pasó en el primer equipo blanquiazul, en los que le tocó vivir la cara y la cruz del fútbol con el descenso de la Real en su primer año con los 'mayores' y el ascenso tres años después. "Más que alegría fue tranquilidad", reconoce sobre la vuelta del equipo txuri urdin a la elite. Luego le tocó disfrutar de una Champions League "merecida" y que le dio la oportunidad de jugar en uno de los estadios más emblemáticos del fútbol continental como es Old Trafford, lugar donde la Real regresa este jueves con el objetivo de clasificarse para los octavos de final de la Europa League.

Su carrera ha sido la de un "currante del fútbol" en la que tuvo que ir asimilando, poco a poco, lo que supone ser un futbolista de la Real Sociedad. "Ama, este tío, ¿por qué me saluda ahora y ayer no?'". Era algo que no entendía. Echa la vista atrás y reconoce que "ha disfrutado" de una profesión que le ha dado amigos para toda la vida como es el caso de Jon Ansotegi, ex de la Real Sociedad y que ahora forma parte del staff técnico de Imanol Alguacil.

¿En qué estás metido ahora, Mikel?

Hace casi dos años que dejé el fútbol y volví en septiembre del año pasado a casa, a Mondragón. Vivo en el pueblo y he empezado con el equipo de aquí, con el Cadete de Honor y estoy sacando el título UEFA en Zubieta. Hace cuatro años empecé a estudiar un grado. Tampoco es el objetivo sacar la carrera, pero estoy contento, voy sacando la carrera de psicología poco a poco. Y en eso paso el día, con la familia y con los amigos, probando en el ámbito de entrenador también, sacando algunas asignaturas y en eso me entretengo la verdad.

Lo de estudiar psicología te pega...

(Risas) Nunca he sido un buen estudiante. No me considero un buen estudiante, repetidor de Bachiller y saqué Selectividad pelado, pero la verdad es que me apetecía. Me daban la opción de poder estudiar a distancia y me lancé. Estando en Chipre cogí cinco asignaturas al año y lo fui haciendo. No creo que sea brillante organizándome, todo lo contrario, pero lo voy sacando y me va gustando. Te tiene activo, es una carrera que abarca bastantes cosas y bueno, la verdad que estoy a gusto.

"No me considero un buen estudiante, repetidor de Bachiller y saqué Selectividad pelado. No creo que sea brillante organizándome, todo lo contrario, pero la carrera de psicología me tiene activo"

Mikel González

¿Qué es lo que te atrae de la psicología?

Pues no lo sé, la verdad. Toca muchas ramas, ya sea el funcionamiento del cerebro, luego pasa también por análisis de datos psicométricos... No sé qué me atrae, pero estoy activo y me tiene enchufado. No te podría decir una cosa que me atraiga en especial. Tampoco es una ambición mía o es una meta ser psicólogo, para nada. Incluso probablemente no termine la carrera, pero el proceso lo estoy disfrutando. Cuesta, eh. Es bastante tostón también, pero está guay.

Un excompañero tuyo como De la Bella también está estudiando la carrera de psicología...

Lo sé. Me lo dijo el año pasado y creo que compartimos algún profesor.

Lo que sí te llama la atención es lo de ser entrenador...

Pero también quería probarme, quería verme en un campo de fútbol, en la otra parte, con todos los miedos e inseguridades. Me veo muy verde, pero también está guay porque te pone en situación. Cosas que das por hechas las tienes que analizar y las tienes que explicar. El curso de entrenador me está ayudando mucho porque te pone en situación, compartes con mucha gente que lleva muchos años ahí y sabe por dónde va o ves cómo hace las cosas. No lo sé, es probar. No te puedo decir de ninguna de esas cosas que vaya a ir por ahí, pero quiero probar, quiero verme ahí y quiero formarme.

¿Cuánto de necesario para alguien 'casero' como Mikel González era volver a Arrasate?

Cuando jugaba a la Real, yo vivía en Arrasate. Iba y venía todos los días, excepto dos años que viví en Donosti y jamás diría que iba a salir de Arrasate, pero justo terminé en la Real y fui a Zaragoza, una ciudad grande y estuve súper bien también. Hice año y medio en Zaragoza y me llegó la opción de irme a Chipre. He sido bastante antiplaya toda mi vida, islas... Fuimos, probamos y he estado cinco años. He estado súper a gusto en esos dos sitios, tanto en Zaragoza como en Chipre. He vuelto a casa, a Arrasate, un entorno que conocemos y muy bien también. Tampoco voy planificando mucho las cosas, pero creo que me adapto bastante bien. A ver, no es vivir el día a día. Tienes una familia, tienes una pareja y claro que piensas y planificas. Creo que me adapto bien. Es lo que te digo, me fui a Chipre, en principio, para dos años y estuvimos cinco. He disfrutado jugando al fútbol, he disfrutado de la vida familiar, que, al final, era una ciudad muy pequeña y muy familiar. Y ahora aquí en casa he empezado a entrenar con el Mondragón, sigo con la carrera y he cogido más asignaturas y también estoy disfrutando.

Cuando estabas en la Real Sociedad, yo era de los que pensaba que no ibas a prolongar tanto tu carrera como lo has hecho...

Yo tampoco. Estuve un año en Zaragoza, nos metimos en playoff y creo que hicimos una buena temporada, pero yo no hice un buen año a nivel personal. No fue un año bueno, no sé por qué, quizá que llegué sin pretemporada. Pero bueno, no estuve bien. Me llegó la opción de ir a Chipre y aquella, para nada, es una mala liga. Claro que no la puedes comparar con la Liga española, el ritmo es menor y creo que eso me ayudó también para alargar. Eso y que nos adaptamos bien al club y al país, pero yo creo que lo más significativo, a nivel futbolístico, es que el ritmo es menor. Yo, por ejemplo, nunca me he considerado un titán en lo físico o un portento y creo que me vino muy bien que el ritmo fuese menor. Creo que por ahí pudo estar la clave. Confiaron en mí, me dieron esa tranquilidad y esa seguridad necesaria. Y, finalmente, me dieron una opción a seguir los dos últimos años que, igual vine jugando menos, pero también me valió y conseguimos cosas importante. Jugamos la Europa League y estuvo muy bonito.

Cuando llegó la oferta del Chipre, ¿qué se te pasó por la cabeza?

Me monté en el avión y no sabía exactamente dónde estaba. Quiero decir, me sorprendió lo lejos que estaba, pero había mucha gente de la Liga española que llevaban muchos años ahí. Eso quiere decir que, en ese club exactamente, dentro de la inestabilidad que puede tener el fútbol en general, o el fútbol chipriota en particular, era un club bastante estable, que había gente que llevaba muchos años ahí, y eso ya te llama la atención. Eso es por algo. Empiezas a investigar, a hablar con gente y hay muy poca gente que me habló mal de la isla. Ander Murillo era el director deportivo y Andoni Iraola, el entrenador. Conocía, más o menos, a los dos o tenías buenos informes de los dos y eso me dio tranquilidad para ir. Y así fue.

¿Te entraron muchas dudas?

Yo tengo muchas dudas siempre, yo soy muy inseguro, en todo, pero sí que es cierto que una vez que ya salí a Zaragoza, rompí un poco con el rollo de ese entorno tan cercano que tienes aquí. Conocí gente nueva, un vestuario nuevo, salí de mi entorno de amigos, familia. El Zaragoza, al verano siguiente, me dijo que si conseguía algo fuera o si buscaba algo, que lo valorara. Ya, desde el momento que me dicen eso, mi cabeza ya está pensando porque si no voy a tener esa confianza dentro, que es una de las razones por las que fui, busqué otra alternativa y enseguida me llamó Ander y fuimos ahí. No me costó tanto porque ya veníamos de hacer las maletas para ir a Zaragoza, pero bueno. Chipre es muy mediterráneo. Sí que sales lejos, pero la cultura es bastante parecida, hay mucha gente que está en tu misma situación, es un país que hay mucho movimiento, hay gente de todos los lados del mundo y dan facilidad para ese tipo de circunstancias.

¿Qué puedes decir de Andoni Iralola? ¿Te esperabas esta trayectoria de entrenador?

Una trayectoria tan ascendente, prácticamente sin ningún pico para abajo, pues siempre sorprende. Pero no sé, yo a Andoni le conocía antes de jugador, de haber coincidido contra él, en alguna concentración en la selección de Euskadi, pero cuando estuve con él como entrenador estuvo seis meses. En enero le destituyeron, pero entramos a Europa League, ganamos la Supercopa y le destituyeron. Me sorprendió lo claro que tenía todo. No sé ahora si habrá cambiado. No he visto sus partidos últimamente y no puedo hacer un análisis. Pero cuando fue entrenador en el Mirandés y en el Rayo seguía, prácticamente, el mismo esquema y esa forma de presionar de tanta intensidad. Eso lo mantenía. Me parecía que tenía las cosas muy claras para ser su primera experiencia como entrenador en el ámbito profesional y me sorprendió a bien claro. Tengo buenos recuerdos de Andoni y buenas palabras hacia él.

Llevas dos años retirado. Echas la vista atrás en el tiempo y ¿qué piensas?

Lo he disfrutado mucho. Lo suelo comentar con los amigos. Yo, hasta los 18 años, no sabía o no me di cuenta que podía ser futbolista profesional. No lo tenía en cuenta aunque pasé por todas las categorías de la Real, desde infantil hasta Juvenil, UPV, Sanse y primer equipo, pero yo creo que hasta llegar al Sanse no te das cuenta, yo por lo menos, en mi mente de 18-19 años, de que podía llegar a vivir del fútbol o a trabajar del fútbol. Una vez conseguido, lo he disfrutado, lo he trabajado y es una muy buena experiencia que me he llevado. Lo he disfrutado un montón.

Mikel González habla de todo el trabajo que hay detrás para llegar al futbol profesional. Relevo

¿Te consideras un currante del fútbol?

Es que yo no entiendo la vida de otra manera. No lo sé, pero imagino que en el periodismo será igual. Para jugar hay mogollón de competencia, para estar años ahí tienes que estar muy fino. Claro que me lo he currado, claro que te lo trabajas. Tienes que trabajártelo, si no, no hay otra manera de jugar a un deporte profesional.

¿Qué ha significado jugar tantos años en la Real Sociedad? ¿Era su sueño de niño?

A ver. Desde mi casa no me inculcaron esa cultura. Yo no iba al campo, no veíamos los partidos en casa, pero, poco a poco, cuando yo entré en las categorías inferiores, creo que nos hicimos más realzales todos, o sea, verticalmente, desde mi aitite hasta los primos. ¿Qué significa eso? Luego te das cuenta. Vives en tu casa y no desconectas. ¿Por qué? Vienes a casa y tus colegas son de la Real. Todos son de la Real, todo tu entorno es de la Real y al final, cuando sales, cuando lo ves como desde otro punto de vista, ahí te das cuenta de lo que es jugar en la Real. En el momento, claro que te das cuenta por todo lo que te preguntan, te siguen, te miran, pero ha estado guay jugar.

Alguien tan introvertido como Mikel González, ¿cómo ha llevado que le conocieran, que le pararan por la calle...?

Para mí, lo más chocante, y siempre le digo y comento con la ama. Es que tú de un día a otro pasas a ser anónimo a no serlo. Y a todos nos pasa igual, a mí me tocó con 18 años, con una mente no madura. Incluso ahora no me considero muy maduro, pero ahí, era un inmaduro absoluto. Yo me acuerdo de repente ir a casa donde la ama y decirle: 'Ama, este tío, ¿por qué me saluda ahora y ayer no?'. Eso no lo entendía. O ir a un concierto y que ayer lo pudiera ver tranquilo, pero al día siguiente tener que irme a casa llorando de... '¿Por qué no puedo ver el concierto tranquilo?', me preguntaba. Luego te das cuenta, lo entiendes, aprendes, lo asumes y lo disfrutas. Hay mogollón de gente que he conocido gracias a ella, gente maravillosa que he conocido gracias a ello, pero tienes que aprender a vivir con ello y está guay, es un lujo total pero en mentes no desarrolladas todavía es un boom.

Mikel González recuerda cómo llevó convertirse en alguien conocido. Relevo

¿Te costó adaptarse a eso?

No, pero al principio sí que fue chocante. En casa tampoco tenían herramientas para ayudar. Para ellos también fue un boom. Está guay, pero es un proceso de asimilación.

Hablando de la Real Sociedad, te tocó vivir las dos caras de una moneda. Viviste una época muy complicada, con el descenso incluido, y luego revertieron la situación con el ascenso...

Mi primer año en el primer equipo, bajamos. Para un tío de 19 años dices: 'Guay, ¿qué pasa?'. Institucionalmente hubo... ¿qué te voy a contar? Tres años en Segunda y subimos. Y luego, la verdad, que también todo sucedió de una manera muy rápida. El primer año nos salvamos, el segundo, más fácil, y al tercero llegamos a la Champions. Fueron años en los que hubo de todo. Fueron años volátiles.

A pesar de tu juventud, eras un hombre importante dentro del vestuario, ¿cómo viviste todo lo que pasó?

Venía de vivir, de aficionado, el subcampeonato de la Real Sociedad. Yo estaba en juveniles y cuatro años después estábamos en Segunda. ¿Cómo se vivió? No lo sé. Eran todo dudas, también por parte del club. Yo, en un año, creo que tuve hasta tres presidentes. Eso no se lo puedes explicar a un jugador de la plantilla de ahora. Jokin lleva desde 2009, 15 años. Yo creo que eso es muy significativo, pero lo vives como lo tienes que vivir, tampoco tienes mucho margen para elegir. Tienes que jugar, prepararte para el partido y tampoco le das tantas vuelta. Hombre, era complicado vivir con el runrún. Pero es que tampoco... y me explico. El primer año estuvimos luchando hasta el final para subir, que perdimos en Gasteiz. Hubo momentos muy bonitos. El segundo año sí que fue un año difícil porque nos quedamos desenganchados muy rápido. Fue más triste. La gente no venía tanto al campo, pero el tercer año fue el que subimos fue un año muy guapo desde principio hasta el final. Quiero decir que, si te pones a pensar, tampoco fue un periodo muy malo. Bajas y parece que el club no es estable, que puede hasta desaparecer, pero momentos malos a lo largo del tiempo tampoco fueron tantos. Dentro de esos tres años hubo momentos muy bonitos.

"Con el ascenso, más que alegría sentí tranquilidad. Yo por lo menos era como que respiré tranquilo porque me sentía responsable, quieras o no, de ese año que descendimos"

Mikel González

 

¿Lo más bonito que ha vivido fue eso, el ascenso de la Real?

Sí, sin duda. Mi mejor experiencia. Sin ninguna duda.

¿Cómo lo recuerdas?

Todo el año lo estuvimos haciendo bien. Anoeta estaba enganchada, tuvimos muchos recibimientos. 'Aurten Bai', eslóganes, banderas, gente enchufada, gente que no iba al campo, se convirtió en asidua. Se respiraba algo especial. En Cádiz también fue muy bonito, con toda la afición que fue y luego la semana contra el Celta, que si ganábamos, subíamos. Lo viví como que nos quitábamos un peso. Más que alegría, era tranquilidad. Yo por lo menos era como que respiré tranquilo porque me sentía responsable, quieras o no, de ese año que desciendes. Fue tranquilidad.

Ese año salió, el del descenso, salió todo mal desde el principio, ¿no?

Sí. Creo que no ganamos el primer partido hasta la jornada 14 o así y aún así, no bajamos hasta la última jornada. Fue agónico. Sí, llegamos con pocas opciones, pero hasta Mestalla, aunque era muy difícil, se podía dar. Veníamos de perder en Iruña, empatamos contra el Racing en casa, el día que fallamos el penalti... Fue bastante agónico, pero llegamos hasta el final con vida y eso que no ganamos el primer partido hasta la jornada 14 contra el Nástic, un 3-2 en un partido de locos.

En ese ascenso, su primer gol con la Real frente al Villarreal B fue clave...

Me lo han recordado y para mí estaría guay decir que mi gol contra el Villarreal fue medio ascenso. Claro que fue importante porque venían también persiguiéndonos. Pero bueno, sí, venga, vamos a decirlo, sí.

Zurutuza y Prieto felicitan a Mikel González tras su gol al Villarreal B.  DV
Zurutuza y Prieto felicitan a Mikel González tras su gol al Villarreal B. DV

Pero es que la Real sufrió como muy pocos partidos ese año...

Sí, sí, joder. Yo fui lateral derecho, me acuerdo, y jugaba Jefferson Montero. No sabía ni por dónde estaba. Me hizo por todos lados. Pero sí, quedaban cuatro jornadas para el final. Fue la semana antes del partido de Cádiz.

Esa victoria, la conseguida ante el Villarreal B, fue una de las que más se ha celebrado en la historia de Anoeta...

Estuvo guay. Yo no sabía ni cómo celebrar el gol.

"Ante el Villarreal B fui lateral derecho, me acuerdo, y jugaba Jefferson Montero. No sabía ni por dónde estaba. Me hizo por todos lados. Yo no sabía ni cómo celebrar ese gol. Estuvo guay"

Mikel González

¿Has vivido más momentos bonitos que difíciles a lo largo de tu carrera?

Sí, sin duda. Fíjate. Yo casi tengo peor recuerdo del año que no se sube en Gasteiz. Ese momento, esa semana y esas horas de después. Tengo mal recuerdo y luego, que estás jugando, que estás bien y te lesionas. Como cuando se me cayó una portería y sufrí una fractura del arco posterior de la séptima vértebra cervical. Quieres y no le das la vuelta al cuerpo. Esa impotencia, a nivel personal, es peor. Pero como recuerdo a nivel futbolístico, yo te diría lo de Gasteiz, que tengo peor recuerdo que lo de Mestalla. Lo de la portería sucedió justo en la pretemporada en la que íbamos a jugar Champions. No he tenido lesiones de rodilla, pero esa impotencia de querer y no poder es una putada.

¿Qué significó jugar una competición como la Champions League para alguien que a los 18 años no sabía si iba a ser futbolista profesional?

Fue todo muy rápido y fue la hostia. Al final es cierto que veníamos de hacer buena previa, pero... Cuando no ganas, aunque juegues Champions, no es agradable. Ir a cualquier campo con la flechita para abajo o con cero puntos, en cualquier liguilla, ya sea de Champions, es una putada. Poco se disfruta. Aunque luego con el tiempo sí dices: 'Joder, pues sí, claro que sí estuve ahí, jugamos y competimos' Y luego, como en mi caso, vas a Chipre y lo primero que ven igual es que has jugado la Champions. Es una buena carta de presentación. A nivel personal, lo disfrutamos Jugamos en buenos campos. Nos merecimos jugar Champions porque veníamos de hacer un año muy bueno. Y fue bonito.

González habla de lo que supuso jugar la Champions League. Relevo

Igual el recuerdo no es tan positivo por el rendimiento deportivo, ¿no?

Claro, es cierto. Y es así. Tú mismo sabes que estás jugando una competición contra equipos mucho mejores que tú a nivel de presupuesto, a nivel de trayectoria, a nivel de plantillas, pero a nadie le gusta perder o sacar un punto de la liguilla como sacamos. A nadie. O cuando vas al Bernabéu y te meten cuatro, pues no...

"Al entrar dije: 'Qué vestuario más txiki' Jugando, lo disfrutas y dices: 'No volveré, seguramente ni en Champions y tampoco me fichará un equipo'"

Mikel González

La Real vuelve a Old Trafford. ¿Qué significó para ese vestuario jugar en campo con tanto renombre como ese?

Tengo más recuerdo del vestuario, que era más pequeñito. Al entrar dije: 'Qué vestuario más txiki'. Llegas ahí con todo lo que es. La gente que vino desde Gipuzkoa. Se desplazó mucha gente. Era uno de esos partidos esperados durante mucho tiempo. Empezamos perdiendo desde el minuto uno perdiendo. No recuerdo que tuviéramos ninguna ocasión así clara, pero lo disfrutas. Jugando, lo disfrutas y dices, no volveré, seguramente ni a Champions y probablemente yo, por lo menos en mi perspectiva, no me iba a fichar un equipo tampoco.

Mikel González junto a Jon Ansotegi, en el centro de la foto, en una imagen de la pretemporada en Austria.  RS
Mikel González junto a Jon Ansotegi, en el centro de la foto, en una imagen de la pretemporada en Austria. RS

El hecho de jugar en la Real Sociedad con su grupo de amigos como Jon Ansotegi o Mikel Labaka, entre otros, ¿lo haría más especial no?

Todo lo que hagas, yo me imagino, en tu ámbito laboral, con gente con la que compartes afinidades, es mucho mejor. Muchos veníamos jugando juntos desde el filial prácticamente, pero con Labaka, Xabi Prieto o Mikel Aranburu, llevábamos muchos años y creas vínculos muy importantes, amigos. Es lo más importante. Con la mayoría de la gente que estuve tengo trato muy cercano, aunque no nos hablemos constantemente y probablemente sea mi culpa, desde aquí mi culpa, pero los siento muy cerca y eso está guay. El sentir cerca a una persona es lo más importante y con muchos lo siento y ya digo que igual no he hablado en meses. Con 'Anso', por ejemplo, estuve diez años de compañero en la habitación y competíamos por el puesto. Explícale a otra persona que es mi mejor amigo, duermo con el. Muchos años estuvimos jugando juntos, pero otros, si no jugaba yo, lo hacía él, y viceversa. Esa relación no la puede romper nadie. Con eso te lo digo todo. Es el mejor amigo que me ha dado el fútbol. Él y Eñaut Zubikarai.

Que tanto Labaka como Ansotegvi estén dentro de esta Real tan exitosa lo hace aún más especial?

Sí, claro. Es otro motivo por lo que sigues a la Real. Cuando estaba en Chipre, veía a la Real, pero también al Zaragoza. Ahí también se crearon vínculos bonitos. De la Real estoy viendo los partidos porque juega que flipas, me llama mucho la atención cómo juega y es bonito verla jugar. Aunque las plantillas en dos o tres años cambian tanto... Vino la Real a Chipre a jugar Europa League en mi último año allí y fui al hotel y no conocía a muchos.

Mikel González, en su época en el Real Zaragoza.  Zaragoza FC
Mikel González, en su época en el Real Zaragoza. Zaragoza FC

Se ha perdido la relación con los futbolistas. Ya no es tan fluida como la de antes...

Yo ahora estoy fuera y no te podría hacer una radiografía de eso. Cuando estaba en la Real es una barrera. Al final es jodido. El respeto siempre tiene que estar ahí, pero es normal que no me guste cuando hago algo mal que me lo recalquen, pero es el trabajo del periodista. Al final había un vinculo porque nos veíamos la cara todos los días. Tenía que hacer entrevistas y tú, por ejemplo, me las tenías que hacer a mí.

¿Cómo era tu relación con la prensa?

Lo he vivido de una manera natural, pero claro que te has llevado tus enfados. Yo no sé la gente, pero yo, al principio, leía todo. No había redes sociales. Luego, leía todo lo mío, cualquier entrevista que me hacía y al final: 'Buffff', no leía nada. Creo que me habéis respetado mucho. Yo, a vosotros, también. Creo que hemos tenido una relación sana.