Bryan Gil, el olvidado en Londres que vivirá su primera final europea: "Fue como Reyes, nunca se adaptó allí..."

Isabel Pacheco

Publicado31 de mayo de 2023, 5:56 h

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"Son pocos minutos, pero disfrútalos. Serán los primeros de muchos". Aquellas palabras de Pablo Machín en la banda del Sánchez Pizjuán iban dirigidas a un jovencísimo Bryan Gil aquella tarde del 6 de enero de 2019. Con sólo 17 años y cuando la mayoría de adolescentes de su edad disfrutaban juntos a familiares y amigos del Día de Reyes, el barbateño debutó con la camiseta del Sevilla. "Era el tiempo de descuento. Empatábamos a uno contra el Atlético de Madrid. Podría haber sacado a otro futbolista para perder tiempo, pero Bryan se lo merecía más que nadie. Fue un reconocimiento", recuerda Machín en una conversación con Relevo.

Cuatro años más tarde de aquella predicción y tras vivir en Londres la cara más amarga del fútbol, aquel chico tímido de media melena que tenía que salirse antes del colegio y comerse un bocadillo en el coche para llegar a tiempo desde Barbate a la Ciudad Deportiva del Sevilla, disputará esta noche frente a la Roma de Mourinho (21:00) la primera final con el equipo de su vida. Ese donde ha recuperado la ilusión y donde ha vuelto a sentirse futbolista.

"Cuando el Sevilla se presenta como una opción, tanto mi entorno, como mi agente, como yo sabíamos que en mi cabeza no había otra alternativa que venir aquí. Siento mucha alegría, mucha ilusión de volver a mi casa, al club que hizo que esté donde esté". Era 31 de enero de 2023 y Bryan Gil era presentado como nuevo jugador del Sevilla. Tras abandonar el club en 2021 y poner rumbo al Tottenham, el extremo volvía a la que fue su casa en forma de cesión. Sin la confianza del por entonces técnico de los Spurs, Antonio Conte, el andaluz, que hasta enero había disputado 310 minutos entre todas las competiciones, nunca encontró su sitio en la capital inglesa. 

"Me recuerda mucho al caso de José Antonio Reyes. No se adaptó nunca a Londres y eso que en el Arsenal era un espectáculo. A Bryan le ha pasado lo mismo. Él donde se siente a gusto y donde está su zona de confort es en Andalucía y sobre todo en Sevilla", cuenta Pablo Blanco, director de cantera del Sevilla. "Él se siente más cómodo en su hábitat, que es LaLiga española. En Inglaterra no se pudo adaptar todo lo rápido que hubiera querido, pero como se suele decir, no hay mal que por bien no venga. Seguro que si a Bryan le dicen que una mala adaptación en el fútbol inglés le serviría para volver a su Sevilla y vivir lo que está viviendo, lo habría firmado", asegura Machín.

Porque de atravesar un auténtico calvario en Londres ("No tiene motivación para ir a entrenarse, no es feliz y no entiende por qué no le dejan salir", aseguraron hace unos meses a Relevo desde su entorno) a ver cumplido su mayor sueño de la infancia: jugar una final europea con el Sevilla.

La historia de amor de Bryan Gil con el Sevilla empezó a construirse en 2012. Con sólo 11 años, y cuando pertenecía a la Escuela Municipal de Fútbol de Barbate, el por entonces entrenador de las categorías inferiores del club hispalense, Ernesto Chao, se quedó alucinado con un pequeño de melenita que hacía diabluras sobre el verde. "Me acuerdo que Ernesto me dijo: 'Oye, hay un chico que tiene una pinta muy parecida a José Antonio Reyes. Zurdo, extremo izquierda, pelo largo, canijo'... Le dije: 'Pues si tiene esas características, hablad con quien sea y traedlo a la Ciudad Deportiva", recuerda Pablo Blanco.

Y así fue. Viajes a Sevilla durante cuatro días a la semana, no fue hasta la edad de cadete cuando la entidad facilitó a Bryan el acceso a la residencia, donde incluso recibió una atención especial. Debido a su ligereza de peso, se convirtió en el único canterano que participaba en los almuerzos del primer equipo con la idea de mejorar su físico.

"Era un chico muy bueno. Hablaba muy poco, pero siempre tuvo un comportamiento ejemplar. Ahora está más suelto. Es más cercano y esa carita que tiene estilo Beatles no la puede perder", bromea entre risas Blanco. Sin hacer ruido y centrado exclusivamente en el fútbol, fue ascendiendo peldaños hasta conseguir debutar con el primer equipo aquel 6 de enero de 2019 de la mano de Pablo Machín.

"En cuanto le vimos en los entrenamientos nos encantó. Ya no sólo por su calidad futbolística, sino también por su calidad humana. Era muy tímido, prácticamente no le salían mucho las palabras, pero ni falta que hacía. Sus palabras eran con el balón en el verde y ahí perdía toda esa timidez", cuenta el técnico.

Impresionado por esa forma de regatear y ese descaro que demostraba cada vez que entraba en contacto con el balón ("es algo innato que se tiene o no se tiene"), Bryan tenía que superar ahora una de las grandes pruebas de Machín.

"Hay una situación en la que yo me fijo mucho y que es un termómetro para saber si el futbolista es realmente bueno o no: que los jugadores profesionales le acojan bien. Que le traten con cariño y que no les importe darle el balón. Bryan era el típico que recibía muchos balones de los compañeros porque cuando él lo tenía pasaban cosas. Eso es significativo y te da la tranquilidad de decir 'si continúa así, puede llegar alto", apunta un Machín que ahora está sin equipo. "Salvando las distancias, por las características que tenía, lo comparábamos un poco con José Antonio Reyes".

Los resultados deportivos hicieron que los caminos de Bryan y Machín se separaran antes de lo esperado y sólo dos meses después de aquel debut en Primera. El soriano, destituido como técnico del Sevilla, aún recuerda cómo fue ese primer reencuentro con el extremo tras su salida del Sánchez Pizjuán.

"Cuando él estaba cedido en el Éibar y yo entrenando al Alavés coincidimos en un partido en Mendizorroza. Después del encuentro estuvimos hablando y nos mostró el cariño que nos tenía. Se le veía un jugador que, pese a estar destacando en Primera División, tenía los pies en el suelo. Él me dijo: 'Tranquilo, míster. Sé que me queda mucho. A ver si puedo seguir con esta proyección".

El canterano que hace 11 años se fotografío junto a su ídolo, Jesús Navas, durante una comida de Navidad, está a un partido de conseguir su primer título como futbolista profesional. "Él puede ser una pieza importante si somos capaces de conseguir esta séptima Europa League", apunta Pablo Blanco. Porque como escribió el de Barbate en esa foto con Navas en su cuenta de Instagram, "Los sueños están para cumplirlos". Y Bryan, que tendrá que volver a Londres a final de temporada, quiere hacerlo con su primera Europa League debajo del brazo.

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