ATHLETIC CLUB 2- RANGERS 0

San Mamés, el Athletic y una ciudad entregada vuelan rumbo a la historia

Los rojiblancos superan al Rangers con un vendaval de fútbol y pasión para volver a una semifinales continentales 13 años después.

Sancet celebra su gol de penalti./Athletic Club
Sancet celebra su gol de penalti. Athletic Club
Patxo De la Rica

Patxo De la Rica

Fútbol, en letras mayúsculas. Por días como este jueves San Mamés se llama La Catedral. Porque cuando este estadio entra en acción, nadie puede parar la simbiosis que se genera entre sus futbolistas y su gente. Porque son uno. Porque todos unidos van superando rivales como si fuese sencillo, pasando rondas como si estuviesen acostumbrados y plantándose en una semifinal de la Europa League como si no fuese un hecho histórico. Por tercera vez, el Athletic Club, un club con 126 años de historia, está entre los cuatro mejores de la Europa League tras ganar con goles de Sancet y Nico Williams al Glasgow Rangers. Una noche impresionante la vivida nuevamente en Bilbao. Una temporada inolvidable, pase lo que pase.

Porque este grupo de jugadores no solo hizo campeón al Athletic 40 años después, sino que les está haciendo soñar con lo más bonito que hay en un club como este. Y eso no es otra cosa que demostrar a todos que se puede competir con una filosofía única. Es una forma de afrontar y sentir la vida llevada a un terreno de juego. Es conducir en dirección contraria y ganar la carrera. Es el Athletic queriendo reinar en Europa.

Y, por eso, Bilbao se colapsó. Una ciudad completamente entregada a su equipo durante toda la jornada. Desde el aperitivo y desde el Casco Viejo hasta Sagrado Corazón. Todo eran camisetas rojiblancas, disfrutando de la previa pero queriendo que el reloj corriese más rápido para que llegase la hora. Lo que se vivió en la Plaza Moyua con miles y miles de aficionados echados a la calle solo para despedir a sus jugadores, recordó a todos la importancia del partido. El Athletic solo había conseguido clasificarse dos veces a unas semifinales de la Europa League en toda su historia y tenían todos los ingredientes para soñar con una tercera vez. Y las calles sintieron más que nunca esa necesidad de esta afición por volver a mostrarse al mundo.

Otra vez. Bilbao olía a pólvora como en la inolvidable noche de Roma. No se podía caminar. El camino hasta San Mamés era una procesión, disfrutando de una religión llamada Athletic Club. Si naces en Bilbao, serás adepto a ella. Y vivirás noches tan únicas como esta en la que los rojiblancos se han impuesto al Glasgow Rangers para seguir poniendo piedras al monumento que están construyendo en esta inolvidable temporada. Parecía un sueño imposible hace unos meses, cuando los más optimistas creían en ser finalistas por el simple hecho de que la final fuese en esta ciudad. 

Hoy está a solo un paso. Y aunque sea el más complicado, este grupo de jugadores y todos los que les apoyan se han ganado que nadie dude. Cómo hacerlo si esta camiseta es capaz de transformar a un jugador que no valía para el Alavés en un delantero imperial en Europa. Maroan Sannadi ha escrito su nombre con letras de oro con una primera parte primorosa, cargada de potencia, físico e inteligencia. Forzó todo. Hasta el penalti que transformó Oihan Sancet en el último segundo del primer acto. Como ante la Roma.

Lekue abraza a Maroan, gran protagonista de la primera mitad. Athletic Club
Lekue abraza a Maroan, gran protagonista de la primera mitad. Athletic Club

Iñaki Williams no pudo estar de inicio y Valverde apostó por la opción más lógica. Berenguer ocupó la banda derecha y dejó todo lo demás como estaba previsto, con los mismos que intentaron sin suerte asaltar Glasgow hace una semana. El plan iba a ser idéntico, con un Athletic protagonista, imponiendo el ritmo, marcando la presión altísima y embotellando a un conjunto escocés que solo pudo respirar en los primeros minutos. Después solo le quedó defender el área y aferrarse a una acción suelta de Cerny o el potente Dessers, porque los bilbaínos robaban rápido y estaban cada vez más asentados en campo contrario.

Y si, además, los magos están entonados, este equipo es casi imparable. Nico y Sancet construyeron la primera acción peligrosa y todo San Mamés respiró al ver que tenían su día. El menor de los hermanos fue un dolor de cabeza para Ridvan primero y Tavernier después, redondeado con su cuarto gol en esta competición. Oihan, qué decir de Oihan. Este equipo juega a lo que él quiera y cuando él quiera. Es así. Lo reconocen sus compañeros y todo al que se le pregunte en el club. Pudo marcar dos veces, la segunda con un error impropio en el área, pero le llegó el gol -su decimoséptimo- a la tercera. Un penalti nuevamente, demostrando que es el gran lanzador de este equipo con un 100% de eficacia en los cuatro que ha ejecutado este curso.

San Mamés ya era incontrolable. Un éxtasis absoluto. Faltaban 45 minutos, pero nadie podía contener la euforia. Era tiempo de calmar ánimos y jugar con cabeza, mientras los aficionados y jugadores escoceses protestaban por un posible penalti de Vivian sobre Dessers mediado el primer tiempo. El Txingurri no cambió nada en el entretiempo y se centró en dar continuidad a la gran presentación de los suyos. No había motivos para dudar de nadie.

Sin miedo a perder

Los rojiblancos siguieron dominando y asfixiando al Rangers, empujados por su gente. Una superioridad impresionante, como han demostrado en toda la competición con cualquiera de los rivales que ha pisado este estadio: Az Alkmaar, Slavia de Praga, Elfsborg, Viktoria Plzen, Roma y Rangers. Cinco rivales que se fueron derrotados y aplastados por una apisonadora llamada Athletic Club que esperó seis años para volver a jugar en Europa y parece que fue cargando fuerzas para mostrarlo de golpe. Es el destino, dirán algunos, por aquello de que la final se disputará el 21 de mayo en San Mamés.

Y eso lo sabe bien este vestuario, que se aferró al sueño desde muy pronto aunque públicamente se quitasen presión. Lo exteriorizó el capitán, Óscar de Marcos, que fue un pulmón en el carril derecho como siempre y, además, le regaló una genial asistencia a Nico Williams que la estrella le agradeció. Porque le respeta y le quiere como pocos. Porque su sueño, el de ganar esta Europa League para poner el broche a una carrera de leyenda, es ya el de toda una ciudad. Por él y por todos. Disfruta, Bilbao.

Ficha técnica

  • ATHLETIC CLUB : Agirrezabala; De Marcos, Vivian, Yeray Álvarez, Lekue; Galarreta (Prados, min.74), Jauregizar; Berenguer (Vesga, min.87), Sancet (Unai Gómez, min.82), Nico Williams (Djaló, min.87); y Sannadi (Guruzeta, min.74).
  • RANGERS FC : Kelly; Tavernier, Souttar, Balogun (Igamane, min.50); Yilmaz (Barron, min.23), Raskin, Hagi (Nsiala, min.46), Jefté; Barron; Cerny (Danilo Pereira, min.84), Diomande (Bajrami, min.84); y Dessers.
  • -- GOLES . 1-0, minuto 45+4. Sancet, de penalti; 2-0, minuto 80. Nico Williams.
  • -- ÁRBITRO : Irfan Peljto (BIH). Amonestó a Sancet (min.51), por el Athletic Club, y a Dessers (min.19), Balogun (min.32), Tabernier (min.77), por el Rangers FC.
  • -- ESTADIO : San Mamés.