REAL SOCIEDAD -MIDTJYLLAND

Nació en Noruega, con nacionalidad danesa y francesa, regresa ante la Real Sociedad a sus orígenes vascos: "Jugaba con ikurriñas en la muñequera"

Mikel Gogorza, junto a su familia, vivirán un día "muy especial" hoy con el reencuentro con sus seres queridos casi cinco años después.

Mikel Gogorza, en un lance del partido de ida, con Take Kubo de fondo. /FC Midtjylland
Mikel Gogorza, en un lance del partido de ida, con Take Kubo de fondo. FC Midtjylland
José Luis Lorenzo

José Luis Lorenzo

Mikel Johan Gogorza Krüger-Johnsen (Bergen, 2006) esperaba ansioso el sorteo de dieciseisavos de final de la Europa League. También su aita Aritz, bayonés de nacimiento, pero de Errenteria de corazón. Se quedaron con las ganas en la fase de grupos de que su equipo, el Midtjylland, se emparejara bien con el Athletic bien con la Real Sociedad. Unos meses después, el simple hecho de que existiera una posibilidad de que tocara el conjunto blanquiazul, a pesar de que ambos profesan su predilección por el Athletic, era un motivo de orgullo y felicidad para la familia Gogorza-Krüger Johnsen. Y el dichoso bombo quiso que tanto Mikel como su progenitor Aritz vieran cumplidos sus sueños. En Donostia se encontrarán con sus seres queridos.

Aritz no regresa a casa desde la pandemia, por lo que el encuentro será más emotivo si cabe. "Estoy entre ilusionado y emocionado. Si es que va a estar toda la familia... Mi mujer, mi hija y yo llegamos al mediodía al aeropuerto de Bilbao y desde allí, en autobús a Donosti. Ya he quedado con mis madres y mi hermana a las cinco para tomar un pote. También van a ir primos con pancartas para animar a Mikel. Va a ser muy especial", asegura Aritz Gogorza, el aita de Mikel. "Queríamos la Real. Es como que el sueño sigue... Va a ser especial para todos. También para Mikel. Él ha estado de vacaciones allí. Ha tenido camisetas de la Real, del Athletic, de la Euskal Selekzioa... Conoce nuestra cultura, nuestro idioma. No lo habla, pero sabe que es diferente", asegura el padre de la criatura, al que, como no, le gustaría "algún día" jugar en un equipo euskaldun de LaLiga. Y aquí el Athletic Club ocupa un lugar preferente.

Aritz Gogorza reflexiona sobre lo que supone ver a su hijo en la liga danesa. Relevo

Su predilección por el Athletic la ha hereado de su padre. "A mí me gusta el Athletic. 'Aita bezela', me decía, pero a él también le gusta la Real Sociedad. Cuando él era txiki el Athletic jugó una final de la Europa League y eso le marcó. Además, tiene jugadores jóvenes como Nico Williamns, que juega en la misma posición. Pero, pese a todo, le tiene mucho cariño a la Real", quiere dejar claro Aritz. "Él sabe de dónde son sus raíces, aunque sea danés le tiene un cariño grande a Euskal Herria", enfatiza el aita, uno de los artífices de que su hijo tenga ese cariño por su tierra. "Cuando era pequeño jugaba con ikurriñas como muñequera", recuerda orgulloso, esbozando una amplia sonrisa.

Mikel, con la ikurriña como muñequera, en un partido.  Relevo
Mikel, con la ikurriña como muñequera, en un partido. Relevo

A pesar de tener la nacionalidad danesa y francesa, Mikel Gogorza, el futbolista del Midtjylland, nació en Bergen, Noruega. María, su madre, es bióloga marina y por motivos laborales se tuvo que desplazar hasta la ciudad noruega para trabajar en el instituto oceanográfico. Pero la habitual residencia, desde 1998, de los progenitores del Mikel ha sido Copenhague, donde el protagonista de esta historia comenzó a dar sus primeros pasos futbolísticos. "Le introducimos el balón en la cuna", reconoce Aritz, cuya vida siempre ha estado relacionada con el fútbol. También hizo sus pinitos con el balón en el Aviron Bayonnais. "Mikel empezó muy temprano. A los tres años ya lo inscribimos en un club porque aquí se puede jugar en clubes cuando tienes 3-4 años y destacaba desde entonces. Enseguida lo pusieron a jugar con niños mayores y seguía destacando. Siempre ha jugado en una categoría superior a su edad", explica Aritz.

"Cuando le ves a tu hijo jugando en la televisión, nos miramos María y yo y nos preguntamos: '¿Es nuestro chaval este?' Aunque te ibas ya preparando porque iba entrenando con el primer equipo, es especial"

Aritz Gogorza

Y siempre metiendo goles. "Se le veía algo pero nunca se sabe si vas a ser jugador de fútbol profesional porque es muy difícil", resume Aritz. El primer equipo fue el Boldklubben 1903, pero el nivel que mostraba hizo que su padre buscara otro tipo de clubs con más renombre. BSV, Lyngby BK y FC København fueron los tres equipos en los que militó antes de dar el salto al Midtjylland. "Mikel estaba jugando en el Copenhague, pero no estaba satisfecho con el club o cómo se llevaban las cosas. Yo conocía a alguien que trabajaba para el Midtjylland, Peter Johanesson, un entrenador de remates. Yo le llevaba hasta allí para entrenar. Entrenaba con un cañón que enviaba balones y él hacía remates. Después de 200 o 300 remates en dos horas, nos volvíamos para casa", rememora. "Él me dijo: 'Mira, si no estás contento en Copenhague, ¿por qué no te vienes al Midtjylland? Y así fue. Cuando Mikel era sub-15 se mudó al Midtjylland", explica.

Mikel, con la bufanda del Touring junto a dos amigos de la infancia de su padre, Asier y Aitor.  Relevo
Mikel, con la bufanda del Touring junto a dos amigos de la infancia de su padre, Asier y Aitor. Relevo

No quiere hablar de orgullo cuando habla de lo que supone para la familia ver a Mikel jugando en la Primera División danesa. "Es una ilusión porque son muchas horas de trabajo. La gente no sabe, se cree que porque tienes talento, juegas. Pero es mucho trabajo, es mucho sufrimiento. Y cuando llegas ahí a la cima, es una satisfacción. Sí, es una satisfacción porque ves que cuando trabajas puedes conseguir las cosas", valora un padre para quien sigue siendo "algo surrealista" ver a su hijo por televisión. "Cuando le ves a tu hijo jugando en la televisión, nos miramos María y yo y nos preguntamos: '¿Es nuestro chaval este? Aunque te ibas ya preparando porque iba entrenando con el primer equipo, es especial. Cuando jugaron aquí vinieron dos amigos de Errenteria y me decían: 'Mira, está jugando contra Kubo, ¡qué pasada!'. Es como que estás viendo una película y a veces te preguntas: '¿Qué pasa? ¿Esto es real?' Eso es lo que tenemos. Cada día es una sorpresa. Mucha ilusión, muy contentos, felicidad, pero es curro, trabajo, estrés. Cada fin de semana a ver si vas convocado o no. Hay mucho detrás también", sostiene.

Aritz Gogorza ha ijnculcado desde pequeño la cultura de Euskadi en su hijo Mikel. Relevo

Como padre, que no agente, que es, le ha tocado tener conversaciones con su hijo para que tuviera los pies en el suelo, aunque desde muy joven le han intentado inculcar los valores adecuados: "Siempre, ya desde pequeño, le intentamos transmitir un mensaje claro: 'Mira, no hay que subirse porque el camino es muy largo' Lo lleva muy bien también. Ha tenido que pelear mucho, pero siempre con los pies en el suelo. Aquí solo hay una garantía para el éxito, y esta no es otyra que el trabajo. Solo así puedes conseguir algo. Es lo único, ser humilde y siempre trabajar para el equipo. Aunque sea un individualista, que le guste el dribbling, que le guste meter goles, siempre trabajar para el equipo. Entonces intentamos inculcarles esos valores que son trabajo, humildad y hacia adelante", puntualiza.