Mandi e Ilias se plantan ante Israel y Pacheta no se queda 'Sorloth'
Ambos, de religión musulmana, no respetaron el minuto de silencio por los israelíes fallecidos en la guerra. Sobre el césped, los groguets consiguieron una victoria agónica con remontada.
![Solo hubo nueve jugadores del Villarreal en el minuto de silencio./EFE/EPA/CHARA SAVVIDES](http://s3.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202311/09/media/cortadas/maccabi-haifa-villarreal-minuto-silencio-RPmYqNRquhI4RNDZ8eEtRoJ-1200x648@Relevo.jpg)
La exigencia con la que llegaba el Villarreal a Larnaka, tenía tintes de encuentro que marca una fase de la temporada. Al posible ultimátum en el banquillo, se sumó la obligación de ganar y un aroma a partido de época de restricciones. La ausencia de público en las gradas no transmitía que fuera una cita crucial, pero lo era por dos motivos: para decidir gran parte de la continuidad del Submarino en Europa y la de Pacheta. Antes, un minuto de silencio por las víctimas mortales israelíes que dejó el conflicto entre Israel y Hamás. Algo a lo que Aïssa Mandi e Ilias Akhomach, de religión musulmana, se opusieron, no posando junto al resto de sus compañeros y quedándose en el túnel de vestuarios en señal de protesta.
El técnico burgalés sabe que su energía ha transmitido mucho ímpetu, pero los resultados mandan y Marcelino, entre tanto ruido, se deja querer. Mucho control, pero poca profundidad en el inicio de un partido, que arrancó con un ritmo propio de un entrenamiento a puerta cerrada. De vez en cuando, Brereton Díaz decidía sacar su colmillo para intentar asustar sin éxito. La impresión se la llevó el conjunto groguet cuando empezó a darse contra un muro llamado Kaiuf, que protegía la portería. El portero del Maccabi Haifa sacó dos manos milagrosas ante dos disparos del delantero chileno, que fueron el preludio de la función que tenía preparada.
El Maccabi se lo empezó a creer motivado por un Villarreal, que hace aguas atrás y al que con muy poco, se le genera un mundo. En un balón parado llegó el golpe de los locales, con un gol que parecía en claro fuera de juego, pero que tras una revisión tediosa, acabó con los huesos del Villarreal en la lona y por detrás en el marcador. Lo celebró Seck y el Submarino no tardó en reaccionar.
A la jugada siguiente, llegó el momento llamativo del partido. Brereton Díaz, uno de los más activos del Villarreal en el primer tiempo, fue derribado en el área. Sorloth se disponía a lanzar la pena máxima, pero su disparo lo detuvo Kaiuf, siguiendo con su estado de gracia. El VAR reaccionó y llamó al colegiado alertando de que Simic, central de los locales, había invadido el área y se debía repetir el penalti. Esta vez se atrevía Trigueros a intentar anotarle un gol al imbatible guardameta del Maccabi Haifa, pero tampoco tuvo éxito.
Tras el descanso, el Villarreal arriesgó y dominó todavía más, poniendo todo para intentar lograr el empate. El cuadro israelí vivió de la inspiración de un Kaiuf, que hoy aparecerá en los sueños de más de uno. Pacheta desenfundó la artillería y mandó al césped a Baena, Parejo y Yeremy de una tacada y luego a Capoue. El conjunto groguet se jugaba muchas papeletas en el grupo y el técnico burgalés otras tantas para que su continuidad no se interrumpiera antes de lo previsto.
Al final, la calidad se empezó a imponer. Y las piernas. El Maccabi Haifa llevaba más de un mes sin disputar un partido oficial por las circunstancias y el lunes fue el primer entrenamiento del equipo, todos juntos, desde entonces. El paso de los minutos hizo que ni su salvador bajo palos pudiera detener a un Villarreal más fluido y Álex Baena definió con frescura y calidad con el interior para hacer el empate en el 82'. En ese momento, el peor enemigo de los de Pacheta era el tiempo, porque el dominio era aplastante.
![Sørloth celebra su gol. REUTERS/Yiannis Kourtoglou](http://s2.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202311/09/media/cortadas/sorloth-villarreal-U84202646208bJD-624x385@Relevo.jpg?cw=780&ch=481)
Mientras Pacheta ya se veía con otra derrota y al club llamando a Marcelino de urgencia para sentarse en el Metropolitano, apareció la salvación. Sorloth esta vez sí acertó a recoger un rechace de Kaiuf y mandar el balón a la red para culminar la remontada del Submarino Amarillo. Con esto, el Villarreal salva un partido incómodo, ante un rival atípico, que estuvo a punto de terminar con la paciencia depositada en el técnico burgalés. De momento, salva el match ball y los groguets se afianzan en Europa.