A la Roma de Mourinho le duele más las lesiones de Dybala y Abraham que la derrota

De Kuip esperaba por un inicio de eliminatoria caliente. El primer encuentro de cuartos de final de la Europa League enfrentaba al Feyenoord y la Roma, la primera y última final de la Conference League, jugada la temporada pasada en Tirana.

Pero este encuentro se empezó a jugar hace unas semanas, cuando en Italia se empezó a pedir que no viajen los aficionados del club de Róterdam a la capital italiana debido a los disturbios ocasionados hace varias temporadas en una eliminatoria entre ambos equipos. Ante esa situación, decisión salomónica: ningún equipo podría llevar aficionados a sus partidos como visitante, lo mismo que ocurrió en octavos de final de Champions entre Nápoles y Eintracht.

En lo deportivo, muchas bajas en el Feyenoord comparando aquella final jugada en Tirana. Solo Bijlow, Geertruida y Kokçu repitieron en el XI. En la Roma, por el contario, hubo menos cambios de una temporada a otra.

Pero volviendo al partido, pocos minutos pudo disfrutar la Roma de Paulo Dybala. Tras las palabras del director deportivo del club Tiago Pinto, que dijo que tenían que disfrutarlo más y que no iba a hablar del futuro del argentino porque no conocía el suyo. 25 minutos duró el cordobés en el campo tras volverse a lesionar. Los gestos del campeón del mundo eran de dolor en el abductor de la pierna derecha, pero todo indica que no es de gravedad, aunque la baja fue muy sensible para los de Mourinho.

Durante el primer tiempo, nadie quería perder el control del encuentro, aunque el que más se acercó al gol fue el equipo visitante. La Roma lo intentaba y se encontraba con un penalti a favor, bastante polémico, que Pellegrini tiró al palo. Mourinho se lamentaba en el banquillo y las tablas permanecían en el marcador.

Pero el fútbol es así, cuando menos te lo esperas... pum. Y el Feyenoord en en el segundo tiempo entró mejor y Wieffer, tras un gran centro de Idrissi, marcó desde fuera del área con una gran volea el primer gol del partido. La Roma que se caracteriza por su buen hacer defensivo no fue contundente, Wijnaldum no llegó a cerrar y Rui Patricio se estiró pero no alcanzó el balón.

Para más inri, minutos después, Tammy Abraham, otra de las figuras de los romanistas, se lesionó tras un golpe en el hombro. Sin Dybala, Abraham y Pellegrini (por decisión técnica), el equipo italiano no solo perdía en el terreno de juego, si no que también sufría por lo que se venía.

A los italianos no les salía nada y el cabezazo de Ibañez que podía ser el empate terminaba pegando en el larguero tras un rechazo de Idrissi. La tecnología de la línea de gol le decía al español Sánchez Martínez que eso no era gol.

Los últimos 15 minutos de encuentro, fueron un quiero y no puedo por parte de los visitantes para empatar el partido. A la Roma le falta calidad, y más sin Dybala en el terreno de juego. La entrada de Belotti fue testimonial y el equipo nunca le pudo encontrar para tener un remate limpio.

El Olímpico de Roma decidirá todo dentro de siete días. El coliseo romano volverá a vivir un lleno absoluto para intentar aupar a su equipo a las semifinales, aunque lo más duro de hoy para los italianos quizá haya sido las lesiones de Dybala y Abraham más que el gol de Wieffer.