La Federación Catalana de Fútbol es una comisaría
Desde 2018, la Guardia Civil y lo Mossos han registrado o acudido a la sede por tres investigaciones: caso 'Soule', Negreira y las elecciones.

Uno de los lemas de campaña del excandidato Juanjo Isern, quien perdió las elecciones ante el actual presidente, Joan Soteras, fue el siguiente: "Sacaremos a la Federación Catalana de Fútbol de los tribunales". Aunque en momentos de zozobra electoral los mensajes se exageran, en este caso era más bien una ajustada definición de los últimos seis años de gobierno en los que la entrada de las autoridades policiales a la sede de la calle Sicilia han sido una constante.
El último episodio se produjo el pasado martes, cuando los Mossos d'Esquadra, a causa de una denuncia proveniente de un juzgado de Sabadell por irregularidades en las elecciones de febrero de 2023, se pasaron 11 horas registrando las oficinas. Se quedó el conserje, y los empleados no pudieron acceder a las dependencias. Y la autoridad hizo su trabajo para recabar información sobre las supuestas infracciones que proclamaron presidente a Joan Soteras. El propio organismo lanzó un comunicado en el que se comprometió a colaborar en cualquier investigación.
Mientras el caso Negreira ha desviado la atención mediática hacia el FC Barcelona, la FCF se ha convertido en el epicentro de los escándalos con tres casos que aún se siguen investigando y en donde dejan en mal lugar una institución que vive en el delirio permanente, siempre bajo sospecha por las reyertas entre directivos, sus facciones y sus guerras intestinas. El presupuesto del año 2022 fue de 26,7 millones.

Primer registro, en 2018, por el caso 'Soule' de Villar y Subies
El caso 'Soule' afecta a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y a la Catalana, y fue el que tumbó al sempiterno presidente Ángel María Villar y a su homólogo Andreu Subies, que ejercía de vicepresidente en Las Rozas. La investigación se centra en el desvío de fondos para beneficiar a las Territoriales y poder asegurarse la reelección. En ese 2018, la Guardia Civil acudió a las dependencias de la calle Sicilia y entró en los despachos a clonar los discos duros, tal y como dictaba la orden judicial. No solo acudieron a la sede central, sino que también se llevaron información de otras subsedes en distintas delegaciones.
Al Gobierno de Subies, que dejó el cargo en manos de Soteras y después se convirtió en su enemigo y opositor en la sombra, se le achacan los pagos que se hicieron sobre su mandato a reformas sospechosas. Tres empresas vinculadas a Josep Contreras (Tastavins SL, Radamanto SL y Trejan 2015 SL), el directivo del Barcelona ya fallecido implicado en el caso Negreira, recibieron pagos de 9.936.144,87 de parte de la Federació Catalana de Futbol con motivo de la realización de 11 obras entre 2012 y 2018. La normativa dicta que los directivos de federaciones no pueden facturar a través de sus empresas, y se constató que siete comenzaron cuando Josep Contreras formaba parte de la junta y facturó 7.559.776 euros.
En el domicilio de Contreras se encontraron documentos, según lo publicado cuando trascendió la investigación en 2018, como el titulado 'Cuadro resumen de obras', donde se leía que la reforma de tres sedes ascendía a 1.415.042,58 euros pero el coste para su empresa (Tastavins) sería de 600.269,51 euros. También se investiga que como contraprestación la empresa costeó reformas en las viviendas particulares y los negocios de restauración del expresidente Andreu Subies en la localidad tarraconense de Cambrils.
Villar presidió la RFEF desde 1988 hasta 2017, cuando fue detenido y pasó 12 días en prisión.
— Relevo (@relevo) June 18, 2023
Seis años después es otro y aún espera (investigado) la resolución del 'Caso Soule'.
"Nos pudimos equivocar, pero no somos delincuentes"
✍ @AlfredoMatillaG https://t.co/je6pHEJ1LA
Contreras liga el caso 'Soule' con el Negreira: la FCF también pagó
Precisamente Contreras, el chófer de Ángel María Villar cuando visitaba Barcelona y quien fuera el que se reunía con Enríquez Negreira y su hijo, liga el Caso Soule con el de Negreira. En esta circunstancia, la Guardia Civil no ha acudido a la sede de la calle Sicilia a hacer registros, sino a entregar requerimientos. Y en más de una ocasión, según relatan algunos empleados. Una vez Negreira rompió sus acuerdos con el Barcelona, bajo el mandado de Josep Maria Bartomeu, llamó a la puerta de la Catalana y le facturó hasta 12 veces por el mismo "asesoramiento técnico", con Subies y luego Soteras de presidente.
.@FCF_CAT: ara mana el jutge
— FutbolCatalunya.com (@FutbolCatalunya) March 5, 2024
Ara, i sempre, tot queda en mans del jutge d'Instrucció número 2 de Sabadell ja que s'investiguen diversos delictes de falsedat en document públic i privat i administració deslleial de la Catalanahttps://t.co/AVpCXJk4GZ#futbolcat pic.twitter.com/NsZ07yPne2
Elecciones repetidas por irregularidades... y aún en el aire
El tercer litigio, que desembocó en la última intervención de los Mossos, atañe específicamente al proceso electoral catalán. Mientras en cada elecciones se produce el clásico juego para conseguir apoyos (cada presidente de club un voto), el sistema electoral da pie a situaciones irregulares. En 2022 la victoria de Soteras acabó en los tribunales y con la nulidad de 175 papeletas que obligaron a repetir los comicios: actas notariales falsificadas o votos de directivos que no debían ejercer ese derecho porque no estaban autorizados fueron algunos casos.
El escándalo se saldó con otras elecciones hace un año que de nuevo ganó Soteras, aunque ahora de nuevo se pone en duda al estar el caso en los juzgados por otras denuncias de particulares pese a que el Tribunal Català de l'Esport no lo invalidó en esta ocasión en la primera instancia.
El 31 de diciembre de 2023 se produjo otro momento surrealista que aviva la pesquisas de lo que hay en juego y se quiere esconder. Hubo un robo con butrón y desactivación de alarmas, por parte de "un grupo de delincuentes", según el comunicado de la FCF, en la sede de la calle Sicilia, donde se hicieron con documentos importantes de la Operación Soule. "Está todo relacionado", explica un empleado.
La poltrona de la FCF es muy golosa, por el poder, el dinero y las relaciones que se establecen. La sede de la calle Sicilia se ha convertido en una comisaría. Y, seguramente, el episodio del martes no será el último con la guerra abierta que hay con la Generalitat, que ya ha pedido en más de una ocasión la dimisión del presidente, el que la patata caliente sigue en sus manos.