LIGA TURCA

El Fenerbahçe votará abandonar la Liga turca tras la batalla campal contra los ultras

Los radicales del Trabzonspor invadieron el terreno de juego y atacaron a los futbolistas, que les enfrentaron.

La invasión de los ultras del Trabzonspor./AFP
La invasión de los ultras del Trabzonspor. AFP
Jonás Pérez

Jonás Pérez

El escándalo ocurrido durante y tras el partido entre Trabzonspor y Fenerbahçe de este domingo en la Liga turca podría tener gravísimas consecuencias sobre el destino de la competición. Según ha informado el gigante otomano a través de un comunicado, el próximo martes 2 de abril el Consejo de Administración votará, con necesidad de mayoría absoluta, la posibilidad de abandonar el campeonato liguero por lo acaecido con los ultras rivales.

El club marca un período de reflexión hasta el 2 de abril, momento en el que se procederá con una votación a las 17:00 en el estadio del Fenerbahçe. Si no se obtiene la mayoría requerida, se repetirá esa misma votación, sin necesidad de tal mayoría, el 9 de diciembre de 2024. Es la decisión que han acordado tras un escándalo de índole mayor que dio la vuelta al mundo y que provocó las imágenes de la vergüenza, con los futbolistas teniendo que hacer frente a puñetazos a los radicales.

Las imágenes dejaron a Batshuayi improvisando patadas voladoras para defenderse, e incluso a jugadores golpeando, empujando y dando patadas a los ultras para evitar problemas mayores. Pudieron retirarse corriendo, pero las flaquezas de la seguridad les llevaron a enfrentar de lleno el conflicto, poniéndose en riesgo. Los radicales incluso portaron palos para golpear a sus adversarios. Algo que comenzó por la celebración a pie de césped de una victoria importantísima del Fenerbahçe para mantener candente la pelea por la liga.

Queda por ver si de la amenaza al hecho hay una distancia salvable. Pero que el Fenerbahçe vaya a votar oficialmente el marcharse de la Liga turca es un paso más que invita a la reflexión. Este domingo no solo se codeó con la vergüenza por la escena final. A lo largo del encuentro, la frecuencia en el lanzamiento de objetos provocó que impactaran con impunidad en tres futbolistas y el juez de línea. Dos tuvieron que ser atendidos.

Ni siquiera eso fue suficiente para que el árbitro decidiese suspender el partido. Solo parones primero de dos minutos y después de tres para acabar diciendo por megafonía que parasen de lanzar objetos, como el profesor que avisa a los alumnos que guarden silencio sin la más mínima autoridad. Codeándose con la desgracia, los ultras acabaron saltando al campo y, afortunadamente, no hubo que lamentar desgracias de índole mayor. El Fenerbahçe parece haber dicho basta a esta infernal frecuencia y votará abandonar el campeonato.