OPINIÓN

No seré yo quien firme que el Real Madrid está KO, pero sí que es todo menos un equipo de fútbol

Mbappe, ante el Arsenal. /EFE
Mbappe, ante el Arsenal. EFE

El resultado ya es inamovible y nadie lo puede remediar, pero casi peor, mucho peor, que el 3-0 fue el rendimiento, la imagen, del equipo sobre todo en la segunda mitad. Entrenador, incrédulo, congelado, en la banda por lo que estaba viendo. Futbolistas petrificados que perseguían el balón con la mirada incapaces de, ni siquiera, presionar para intentar recuperarlo y, por lo menos, acabar el partido en el área contraria. Lo único que nos faltó por ver fue la efigie de Florentino Pérez en el palco presidencial. Me imagino que el presidente acumulaba la rabia y la indignación de técnico y jugadores.

La experiencia profesional y la propia historia del club, pasada y reciente, no me permite escribir en este artículo que los blancos están ya eliminados y fuera de la Champions, pero sí asegurar que, pase lo que pase el miércoles en el Bernabéu, este Real Madrid no es un equipo de fútbol. Y cada día que pasa, menos. Es una banda de muy buenos jugadores que no tienen la capacidad de pensar en colectivo. Las 11 derrotas que lleva en los 51 partidos disputados; los 12 goles en los últimos cuatro encuentros y mil detalles más, tácticos, técnicos y físicos, certifican que es un conjunto sin alma, que lo mismo que puede ganar a cualquiera, puede perder con cualquiera. Se llamen Valencia en la Liga o Arsenal en la Champions.

Ancelotti: "No hemos tenido la reacción que deberíamos". RMTV

La primera parte, con los dos equipos tanteándose con cierta desidia no exenta de temor, no fue digna de una eliminatoria de cuartos de final entre los dos segundos clasificados de la Premier y la Liga. Ambos, tras los primeros escarceos, jugaban andando, al pie. Los de Ancelotti destacaban por su concentración defensiva en las acciones a balón parado, algo poco común en lo que va de curso. Sin embargo, los de arriba no aparecían, salvo una llegada de Vini y otra Kylian. Y no llegaban porque el centro del campo no fue capaz de generar juego. Ni era la primera vez, ni será la última. Tampoco por las bandas, con Valverde y Alaba muy fijos en su marca a Martinelli y Saka, el Madrid buscaba la profundidad.

La segunda parte fue una tumba común. Bien es verdad que los dos primeros tantos llegaron en acciones individuales a balón parado, pero no menos cierto es que entre el primero y el segundo, el Arsenal tuvo cuatro ocasiones de gol salvadas en la raya por Courtois (dos), Alaba y Bellingham. Los de Ancelotti ya no estaban en el Emirates. Los despropósitos se precipitaron. Los cambios nada solucionaron y ninguno de los jugadores llamados a liderar el equipo aparecieron cuando más lo necesitaba sus compañeros. Ni Vini, ni Mbappé, ni Bellingham... Ni siquiera Valverde que ya ocupaba el centro del campo.

El gol de Merino, golazo, terminó de hundir a los de gris, más grises según avanzaban los minutos. Los últimos 20 minutos del Madrid fueron patéticos. Sin ningún poder de reacción, sin respuestas, estáticos, con la cabeza perdida en el desastre. La expulsión de Camavinga por alejar un balón es el resumen del estado mental del conato de equipo. Futbolísticamente no hay ninguna base para pensar que al Arsenal se le pueden escapar las semifinales, pero a los que piensen que el Madrid ya está eliminado, les recomendaría que no olviden el pasado. Ya no hablamos de fútbol, de 11 contra 11, de tácticas, de juego. Hablamos de otros valores que los blancos no han demostrado haber perdido, como los puramente futbolísticos.