El día que el fútbol escocés despidió a Luis Rubiales al grito de "calvo, cab***, ¿cuál es el marcador?"

Cuatro partidos jugó Luis Rubiales en el fútbol escocés: los cuatro últimos de su carrera deportiva antes de colgar las botas con 32 años. Lo que ha venido después de ese momento ha dibujado su trayectoria fuera de los terrenos de juego, llegando a ser Presidente de la Federación Española de Fútbol, y actualmente en juicio acusado en el caso del beso a Jenni Hermoso, pero lo que sucedió antes tuvo un brevísimo episodio en Escocia, en el Hamilton Academical, con una anécdota para el recuerdo en su último partido como futbolista profesional.

Tras jugar en el Alicante, en 2009, Rubiales firmó una temporada en el club escocés. Un nuevo país, una última aventura después de etapas en el Levante, Xerez, Lleida o Mallorca. Pero duró poco: tres partidos de liga y uno de copa.

Las tres primeras jornadas de la 2009/10 dejaron tres derrotas en el casillero del Hamilton Academical, donde Luis Rubiales jugó como defensa: 3-0 ante el Kilmarnock, 0-3 contra el Aberdeen y otra goleada más, el 29 de agosto, por 4-1 ante todo un Rangers. Aquella tarde en Ibrox Park, en uno de los grandes estadios del fútbol escocés, Rubiales dijo adiós al fútbol profesional. A pesar de la derrota, dio la asistencia del gol y su equipo le nombró "mejor jugador del partido".

Pero el choque no fue fácil. Y el motivo es que el exfutbolista español no eligió a su mejor rival: se enzarzó con el capitán local, Davie Weir, que tenía a toda la hinchada del Rangers alentándolo durante el partido. Así que el último cántico que Rubiales escuchó en un campo de fútbol fue el que Ibrox Park le dedicó en aquel partido y que se burlaba del resultado: "Calvo, cabrón, ¿cuál es el marcador?".

"Yo nunca había tenido problemas con la afición rival, pero entramos en un desafío sin palabras que fue divertido. La verdad es que me lo pasé muy bien", reconoció años después en una entrevista en Marca.

Al acabar el partido, entró en el vestuario y dijo que se retiraba. "Pensaban que era un poco extraño", reconoció en una entrevista en The Guardian, ya que tenía contrato para todo el curso, pero la llamada de la Asociación de Futbolistas Españoles le hizo poner punto y final a su carrera para empezar otra distinta, en los despachos.