FÚTBOL FEMENINO

El fútbol femenino en España, doblemente profesional

Relevo charla con ocho futbolistas sobre las carreras académicas que han desarrollado en paralelo al fútbol.

Silvia Meseguer posa en 2018 como médica en la Comunidad de Madrid y durante un partido con el Sevilla en 2022. /AFE/GETTY
Silvia Meseguer posa en 2018 como médica en la Comunidad de Madrid y durante un partido con el Sevilla en 2022. AFE/GETTY
Cristina Bea

Cristina Bea

Ser futbolista y cursar estudios universitarios es la tónica habitual entre las jugadoras españolas, conscientes de que, a pesar del crecimiento y evolución del fútbol femenino, han de buscar una futura salida laboral para el momento en el que cuelguen las botas. "Bastante duro tiene que ser dejar el fútbol como para que encima te veas en un mar abierto, sin opciones o posibilidades de otras cosas", reflexiona Leire Baños, mediocentro del Levante, graduada en Educación Infantil, licenciada en Educación Primaria y estudiante de un Máster en Resolución de Conflictos.

"En según qué sitios, te permite ahorrar más o menos, poder comprarte una casa para el día de mañana, a lo mejor, pero sabes que cuando se te acabe el fútbol, tienes que tener algo en mente para el después", afirma Marta Torrejón, defensa del Barcelona, licenciada en Biología y con la carrera de Geografía e Historia en standby. Ellas son dos de las ocho futbolistas con las que ha charlado Relevo sobre sus carreras académicas en paralelo a las deportivas. Sobre las dos mochilas que preparan o han preparado a diario. Sobre cómo vislumbran su futuro, más allá de las botas y el fútbol. A ellas se suman Lara Mata (Villarreal), Silvia Meseguer (Sevilla), Paula Guerrero (Valencia), Garazi Murua (Athletic), Marta Cardona (Atlético de Madrid) y Gemma Gili (Real Sociedad).

Lara Mata, la futbolista que renunció a su plaza del MIR por jugar

"Un duelo entre la razón y el corazón". Así define Lara Mata, central y capitana del Villarreal Femenino, la disyuntiva que tuvo que afrontar el año pasado. La jugadora, licenciada en Medicina por la Universidad de Zaragoza (2012-2018), aprobó en marzo de 2021 el exigente examen del MIR (Médico Interno Residente) tras año y medio de estudio intensivo. Un mes después, el equipo groguet logró el ascenso a Primera División.

"Fue muy paralela la progresión tanto en un aspecto como en otro. Con el equipo, en ningún momento al inicio de la temporada pensamos en el ascenso. Nuestro objetivo fue ser profesionales: dar un paso de profesionalidad a nivel de trabajo. El propósito era intentar entrar para jugar la Copa de la Reina. Conforme fue avanzando la temporada, nos dimos cuenta de que cada vez iba siendo más viable. No queríamos obsesionarnos, queríamos competir y tener buenas sensaciones. Y eso hizo que poco a poco nos acercáramos al objetivo y que, al final, lo consiguiéramos", recuerda la jugadora zaragozana.

Lara Mata, durante la preparación del MIR.
Lara Mata, durante la preparación del MIR.

"Con el MIR fue igual. Al final lo pasé un poco… regular", corrige cuando empieza a decir bastante mal. "Siempre les digo a mis compañeras que prepararte una oposición es como una montaña rusa, y hacerlo a la vez que el fútbol a veces te genera un poco de ansiedad, no llegas a todo, te quieres comparar con la gente que no está en tu posición. Intenté trabajar día a día y la verdad es que, cuando hice el examen (en la Universidad de Farmacia de Valencia), en ningún momento pensé que iba a tener esos buenos resultados", confiesa Lara, que obtuvo el puesto 4.148 de las más de 13.000 personas que se presentaron a la prueba.

Fue entonces cuando la futbolista tuvo que afrontar la difícil decisión de elegir entre el fútbol o la Medicina, porque "fui a varios hospitales, hablé con residentes para plantearles mi duda, si conocían algún caso como el mío, si había antecedentes, pero me dijeron que era inviable. Recuerdo que hablé con un jefe de servicio y me dijo que el MIR te exige exclusividad laboral", reconoce sobre aquel angustioso impás.

"Lo pasé bastante mal. La Medicina siempre me ha gustado y siempre he sabido que quería dedicarme a ese mundo, desde que era muy pequeña lo tenía súper claro. Recuerdo que iba a Primaria y le decía a mi padre: 'Yo quiero saber cómo funciona el cuerpo, por qué pasan las cosas'. Me parecía súper interesante y quería ayudar a las personas. Pero es verdad que mi pasión y mi vida es el fútbol. Es mi prioridad vital y lo ha sido siempre. En el momento en el que me planteo que a lo mejor lo podía dejar, bufff, lo pasé bastante mal, porque nada en mi vida me va a llenar como lo hace el fútbol. Y es duro decirlo, cuesta asimilarlo, porque al final es algo que se acaba, y cuando se acabe… Es muy difícil explicar lo que te transmite y te aporta el fútbol", trata de explicar la jugadora grogueta.

Lara recuerda así el momento de la decisión final: "Mi madre y mi familia, mi pareja, mis amigos me dijeron que me apoyarían tomara la decisión que tomara. Sentir ese apoyo, ese soporte es lo que me dio fuerzas a hacer realmente lo que sabía que iba a hacer desde el primer momento, pero tenía un poco de dudas. Mi pareja me dijo que el fútbol tiene fecha de caducidad y la Medicina es para siempre. Eso fue lo que decantó todo, porque es verdad. Y yo sentía que me iba a arrepentir, era tener el pastel ahí y no darle un bocado, no probarlo…".

Y continúa tajante: "Era una tentación tan grande tener lo que siempre había querido, ese nivel de profesionalización, después de haberlo conseguido y haberlo luchado tanto. El problema era que me surgían las dudas de 'si dejo de estudiar, ¿luego voy a poder volver a sacármelo?', porque lo he pasado muy mal, volver a pasar por ese trabajo… Es como tirar un poco el trabajo a la basura. Pero yo venía de un descenso en el Zaragoza, firmé por un proyecto de ascenso y lo conseguimos. Entonces, quedarte con esa espinita, sabía que no me lo iba a perdonar en la vida".

Y jugar en Primera fue su decisión final y el principio de un nuevo reto, volver a prepararse la oposición y aprobar el MIR. "Hice el MIR en marzo, hasta septiembre descansé. Ya que rechazaba la plaza, no iba a rechazarla sólo para el año siguiente meterme, con todo el esfuerzo que conlleva, no me veía capaz y, aparte, tampoco quería, quería disfrutar de LaLiga. En enero de 2022 no me presenté.

Lara Mata, con el Villarreal.  INSTAGRAM LARA MATA
Lara Mata, con el Villarreal. INSTAGRAM LARA MATA

Ahora tengo el examen otra vez el 21 de enero", cuenta Lara, que confiesa no haber visto ningún partido del Mundial: "Dedico todo mi tiempo a entrenar y a estudiar. Le dedico al estudio todas las horas que tengo. Me levanto a las seis de la mañana, estudio hasta las 7.15-7.20h, desayuno, de 8 a 8.30h. vuelvo a meterle un rato, hasta que me tengo que ir a entrenar y, cuando vuelvo, como, y sobre las 15h. me pongo hasta las 22-22.30h. Desayuno viendo vídeos, como viendo vídeos, mi momentos el día libre es la cena. Ceno viendo algo y ya a dormir otra vez".

La Obstetricia y la Pediatría son las especialidades que más le gustan a la central zaragozana, pero dependerá de la nota que saque en el examen, que confía aprobar por segunda vez. Cuando le pregunto si esta vez será la definitiva y acabará dejando el fútbol si aprueba, la futbolista responde rauda: "Pues en realidad no me estoy centrando en ello, porque si alguna vez me ha pasado eso por la cabeza, ese día me deprimo, me pongo a llorar, no me aprovecha para el estudio y no me aporta nada positivo. Tampoco me quiero poner en esa tesitura porque no sé qué va a pasar, no sé si me va a salir un buen examen o un mal examen. Imagínate que me pongo en esa tesitura antes de tiempo, es un quebradero de cabeza, lo paso mal y luego saco mala nota y tengo que repetirlo. No habría servido para nada pensarlo. Pueden pasar tantas cosas, que nunca se sabe".

De momento, lo único cierto es que Lara defiende por segunda campaña los colores del Submarino, la primera en la máxima categoría del fútbol femenino español, donde un examen y una decisión posterior decidirá cuánto tiempo continúa jugando antes de enfundarse la bata blanca.

Silvia Meseguer renunció a la Selección por la Medicina

Quien también aúna en su trayectoria fútbol, Medicina y renuncias es Silvia Meseguer, futbolista del Sevilla FC Femenino. "Cuando empecé a jugar a fútbol no teníamos todos los medios que tenemos ahora, ni mucho menos era profesional. Yo he podido ver la evolución y ese cambio. Entonces, estaba claro que tenía que estudiar para la vida que había después del fútbol. La gente joven ahora ya está viviendo una situación profesional, ya tienen referentes femeninos y ya conocen el fútbol femenino. Yo cuando empecé no sabía que había chicas jugando al fútbol", confiesa Silvia.

"Sentirme más profesional fue a partir del segundo o tercer año en el Atlético de Madrid, que mejoraron mucho las condiciones, pero los años anteriores jugaba al fútbol porque me gustaba mucho y me gusta competir, pero tampoco era una profesión que me permitiese luego tener una vida, vivir más allá de ello. Siempre lo he compaginado con los estudios", explica la jugadora de Alcañiz, que cursó Medicina en ocho años a caballo entre Barcelona y Madrid, en sus etapas en el Espanyol (2008-2013) y el Atlético (2013-2022), en la Universidad Autónoma de Barcelona y la Universidad Autónoma de Madrid.

"Cuando estaba en sexto curso sí prioricé la Medicina, que es cuando dejé la Selección", recuerda la más de 60 veces internacional con la selección española, donde debutó en 2008 y participó en el Mundial de Canadá 2015, las Eurocopas de Suecia 2013 y Países Bajos de 2017 y el Mundial de Francia 2019. "He tenido épocas de decir "no puedo con Medicina" y de "no puedo con el fútbol" pero, al final, siempre te pilla en épocas en que el fútbol no va tan bien, o que han sido los exámenes y no han ido como esperabas. Pero ahí dices "no voy a tomar una decisión cuando el momento no es bueno, ahí es muy fácil equivocarte. En general, siempre he sabido que si podía compaginar las dos cosas iba a ir a por ello", explica Silvia.

"Como antes normalmente se entrenaba por la tarde, en aquel momento estaba en el Espanyol y entrenábamos a las nueve de la noche, era fácil porque las clases y las prácticas siempre eran por la mañana. En los viajes con la Selección siempre te perdías una o dos semanas y tenías que andar recuperando apuntes y prácticas. Cuando cambiaron las condiciones a más profesionales en el Atleti, que entrenábamos por la mañana, era un poco más complicado, pero como entrenábamos a las 12h., me permitía poder hacer las prácticas que eran de 9 a 11.30-12h. Igual me escapaba un pelín antes para llegar, porque el hospital estaba justo al lado del campo, el Puerta de Hierro, en Majadahonda. Te acostumbras a ese nivel de estrés, de ir rápido a todos los sitios para poder llegar a todo, y sobre todo, tener mucha organización. 

Fue tras el Mundial de Francia de 2019, en el que fue la más veterana de la selección española, cuando abandonó el combinado nacional. "En ese momento estaba ya tan agobiada por acabar la carrera… Me llamaron y me dijeron: "O haces las prácticas o no acabas la carrera", así que la decisión no fue difícil tomarla, la tenía clarísima.

Después de llevar seis o siete años estudiando no iba a tirarlo todo por ir a la Selección. Al final es mi futuro", reflexiona la jugadora del conjunto hispalense, que ahora afronta un nuevo reto: "Estoy en la academia y ya he presentado el TFG, sobre el ligamento cruzado en el fútbol femenino. Tengo que presentarlo oral y prepararme para presentarme al MIR en 2024", cuenta Silvia, que ha estudiado a futbolistas que se habían roto el cruzado y a otras que no para ver si había factores de riesgo que influyesen. Ella está en el primer bando. En noviembre de 2013 sufrió una rotura parcial del ligamento cruzado anterior y rotura de menisco externo de su rodilla izquierda, un año que la futbolista confiesa que perdió también académicamente.

Silvia Meseguer posa con la equipación del Sevilla tras anunciarse su fichaje.  SEVILLA
Silvia Meseguer posa con la equipación del Sevilla tras anunciarse su fichaje. SEVILLA

Ahora, la mediocentro turolense apura también el fútbol de equipo, porque no ve "viable" poder compaginar la preparación para la prueba del MIR con su carrera futbolística. "Creo que ya no voy a seguir, independientemente de lo que pase con el TFG. Pero nunca puedo decir porque luego pasa lo que pasa (estuvo cerca de colgar las botas la campaña pasada con el mismo fin). Aunque mi idea es dejarlo y centrarme en estudiar bien el MIR, porque al final depende de eso la plaza y la especialidad que pueda elegir".

Y prosigue: "Las que tengo descartadas son las quirúrgicas, no me gusta la cirugía. En las prácticas me gustaron mucho Medicina Intensiva, Anestesia. Cardio me gusta, pero es muy difícil de conseguir, porque depende de la nota que saques y son notas muy altas", detalla Silvia, que durante la pandemia habló "con algún doctor que conocía para ver si podía ayudar de alguna manera, aunque no tuviese la carrera, porque la situación estaba tan saturada que para estar en casa sin hacer nada, pues si podía echar una mano, mejor".

Finalmente, no actuó como doctora durante la crisis sanitaria y la bata sólo la ha llevado en prácticas. "De momento, me siento más cómoda con las botas. Cuando te pones la bata tienes mucha responsabilidad y se va a necesitar mucha experiencia hasta el día que esté tranquila", confiesa la 'Mesi' del Sevilla.

Marta Torrejón: «Poder dedicarte únicamente al fútbol es un lujo»

La renuncia de Meseguer de la Selección coincidió en el tiempo con la de Marta Torrejón, en agosto de 2019. En ese momento, Torrejón era capitana y la jugadora que más partidos había disputado con la Selección (90). La futbolista del F.C. Barcelona y la sevillista compartieron adiós a La Roja y, antes, aulas en la ciudad condal. Las dos militaban entonces en el Espanyol. "Acabé Bachiller, hice Selectividad y con 18 años entré en Biología en la Autónoma de Barcelona. Es gracioso, porque empecé con Silvia Meseguer. El primer curso lo hicimos juntas. En Segundo, ella ya se pasó a Medicina aquí en Barcelona y luego se fue a Madrid", recuerda la ganadora de cinco Ligas, cuatro Copas de la Reina y una Champions, entre otros títulos.

"No era consciente de que iba a tener la suerte de poder vivir este momento tan dulce que estamos viviendo, de poder dedicarme única y profesionalmente a lo que más me gusta. Es una suerte. No me arrepiento para nada de esa época, y la verdad es que eran días intensos, de clases de 9 a 13h., de prácticas de 13 a 19h., de coger el coche e ir a entrenar y llegar a casa a las 23h., y volver a empezar. No he sido la única en esa situación. Tenía compañeras que no estudiaban, sino que trabajaban, y era el doble de duro. La disfruté muchísimo también, pero poder dedicarte únicamente al fútbol es un lujo", reconoce la central y lateral derecho del Barça, consciente de la realidad del fútbol femenino a pesar del gran salto experimentado en los últimos años, incluso meses.

"Puedes vivir el ahora. En según qué sitios, te permite ahorrar más o menos, poder comprarte igual una casa para el día de mañana, a lo mejor, pero sabes que cuando se te acabe el fútbol tienes que tener algo en mente para el después. Pero seguimos trabajando, espero que con unos cuantos años más, todavía esté mejor y llegue el día, aunque costará mucho llegar al nivel del masculino, estamos hablando a nivel económico, de poder estar ahí, de poder soñar que si haces las cosas bien, a lo mejor puedas vivir de esto", visualiza la futbolista, que enumera los pasos a seguir en esa evolución: "Yo te puedo decir lo que podemos hacer nosotras, que es seguir trabajando, dando buen fútbol a la gente para que cada vez se nos siga más, para que los sponsors también apuesten por este producto, que se nos visibilice más y seguir haciendo las cosas como las estamos haciendo, porque por lo menos está funcionando", apostilla la de Mataró.

Marta Torrejón, en el anuncio de su renovación con el Barça hasta 2024.  FC BARCELONA
Marta Torrejón, en el anuncio de su renovación con el Barça hasta 2024. FC BARCELONA

A sus 32 años, Marta piensa en su futuro personal también una vez acaba su carrera deportiva. "Veremos qué opciones se me presentan. Si tengo algo a nivel deportivo que me ilusiona, lo podría coger, o retomar mis estudios en Geografía e Historia y combinarlo con algún trabajo que encuentre de laboratorio o así. Sí es verdad que de Biología donde más me gustaría estar es en las clases. Tengo en mente, cuando acabe, sacarme el máster de profesora, que para eso necesito el B1 de inglés. Aprovechar para sacármelo ahora e incrementar mi nivel de inglés, que siempre viene bien, y ya se verá, ya se verá", reflexiona con entusiasmo la futbolista, que reconoce que empezó su segunda carrera hace cuatro años en la UNED, cursó Primero y en los últimos dos ya no se ha matriculado.

"Al profesionalizarse el fútbol femenino, sobre todo aquí en Can Barça, el nivel de exigencia era y es muy elevado. Dedicas muchas horas y compaginarlo ahora mismo, lo veo en mis compañeras que lo están haciendo, con tantas competiciones, con tantos partidos y entrenamientos, es bastante complicado. Al final, pienso que lo mío no estuvo tan mal porque lo pude compaginar a nivel de horarios", rememora Marta.

Paula Guerrero: «Me imaginaría sin estudiar, pero no sin jugar al fútbol»

"He tenido que hacer malabares, porque mi carrera tiene años alternos de teoría por la mañana y prácticas de laboratorio por la tarde, y al revés, dependiendo del curso. A veces no podía ir a las clases teóricas, las clases de laboratorio, como son obligatorias, alguna vez he tenido que pedir algún permiso. Te vas apañando, vas tirando. Quizá sí me imaginaría en algún momento sin estudiar, pero no me imagino sin jugar a fútbol", explica Paula Guerrero sobre su organización para compaginar su carrera futbolística, que desde desempeña desde 2019 en el Valencia Féminas C.F., y sus actuales estudios de 4º de Bioquímica y Ciencias Biomédicas en la Universitat de València.  

"Es mi segunda carrera. En 2014/2015 empecé en Valencia Biología Molecular y Celular. En Segundo, me ofrecieron una beca deportiva y decidí irme a Estados Unidos, a Indiana. Si no hubiera tenido la oportunidad de jugar a fútbol mientras estudiaba, no me habría ido. Sabía que el fútbol no me lo iba a dejar. Pude transferir créditos y en dos años y medio, graduarme. Jugaba en el Levante antes de marcharme y fue irme y de repente abrieron el Ciutat para jugar las chicas y dije: 'Jolín'. Me entró una envidia… Y se abrió Mestalla también, recuerdo, y empezó a dar un cambio que pensé que iba a ser difícil volver, pero al final lo conseguí", confiesa la mediocentro valenciana.

En su ida y vuelta a Estados Unidos advirtió más cambios en el fútbol femenino: "Cuando volví, todos los equipos estaban entrenando por la mañana, que eso es algo que antes no sucedía en casi ningún equipo, y también el entrenar los fines de semana. Yo me fui y aquí en España todavía se entrenaba cuatro días a la semana, el sábado no se entrenaba y ya ibas el domingo directamente al partido. Y, claro, vuelves y entrenas prácticamente toda la semana, sólo tienes un día libre, y la preparación de cara a los partidos y los entrenamientos en general han cambiado mucho la metodología, a mejor", aplaude la futbolista, que resopla cuando hablamos de las renuncias que le ha granjeado su doble carrera profesional.

Paula Guerrero, jugadora del Valencia.
Paula Guerrero, jugadora del Valencia.

"Son tantos años perdiéndote cosas durante las Navidades, cumpleaños, bodas, hasta mi propia graduación del instituto me perdí, viajes de fin de curso… Si además le pones el plus de que estás estudiando, son cosas 24x7. Al final te acostumbras y la gente de alrededor, también", explica resignada Paula.

"Las generaciones que estamos jugando ahora jóvenes tenemos muy claro que necesitamos una segunda salida para cuando se acabe nuestra carrera futbolística, porque de momento no se puede vivir prolongadamente una vez te dejes el fútbol con los ingresos que ahora mismo tenemos. Tenemos claro que tenemos que prepararnos y salir a un mundo laboral que nos vamos a dar cuenta de que va a ser duro, porque la gente empieza de normal en el mundo laboral cuando acaba la carrera, y nosotras vamos a empezar con treinta y pico años, que luego va a ser otra cosa que ya veremos qué tal", piensa la mediocentro che.

En febrero de este 2022, se rompió el ligamento cruzado anterior y menisco externo de la rodilla derecha, un tiempo en el que "aunque la lesión también conlleva tiempo de recuperación, asistes a los entrenamientos, vas a la ciudad deportiva, pero la carga mental es menor y los fines de semana los tienes libre porque el equipo viaja fuera. Me ayudó para el tema del estudio", asegura una positiva Paula, que destaca que "el perfil de deportista y a la vez estudiante nos da ventajas en temas de organización, de buscar soluciones en menor tiempo que tus compañeros porque estás acostumbrada a organizarte el día tan apretado. Tienes aptitudes que otros estudiantes con más tiempo quizá no tienen, y eso creo que también es una ventaja a la hora de entrar en el mundo laboral. Te aporta disciplina. Has de ser muy disciplinado para llegar a las dos cosas". 

Garazi Murua defenderá su TFG sobre las reformas laborales

Las dos cosas las combina a la perfección Garazi Murua, defensa del Athletic Club que asegura ir "con dos mochilas a todas partes". "En una van las botas, el neceser y, cuando vas de viaje, la ropa y las espinilleras, y en otra mochila, el portátil, los apuntes, el estuche y todo lo que necesitas para estudiar o hacer las tareas que te toque hacer. Hay momentos de mucho estrés, pero sabes que tomándotelo con calma y con paciencia, yendo poco a poco, tiempo hay. Es tener claro que lo quieres hacer y tener constancia", razona.

Garazi Murua.
Garazi Murua.

La futbolista de Getxo sabe de lo que habla, por partida doble. Finalizó en 2017 su grado de Economía y ahora ultima sus estudios de Derecho; los dos, en la Universidad del País Vasco. "Estoy haciendo el trabajo fin de grado que defenderé en enero, sobre las reformas laborales de 2012 y 2021, y terminaré el grado. Tendré la segunda mitad de la temporada un poco más tranquila", reconoce aliviada la jugadora, para la que equilibrio es la palabra que define lo que le suponen ambos ámbitos: "Es una satisfacción ver que puedes hacer las dos cosas, que vas sacando todos los exámenes y que vas cumpliendo temporadas en Primera división. Además, para mí una de las cosas que me aportan ambas cosas es que son un equilibrio el uno del otro. Cuando estás lesionada o cuando las cosas van mal, estudiar es una forma de mantenerte distraída y, a la vez, el fútbol te permite desconectar de tus otros quehaceres, de estudiar o lo que sea. Tienes que ser eficiente en los pocos ratos libres que tienes. El tiempo que no estás jugando al fútbol, estás estudiando".

Preparando su futuro para una vez cuelgue las botas. "Con el nivel de salarios que tienen en el fútbol masculino, entiendo que no necesiten estudiar o pueden posponer la decisión de estudiar una vez terminen de jugar a fútbol, pero en el fútbol femenino la carrera es corta, el nivel de salarios es bajo y tu nivel de ahorro que puedas tener una vez finalice tu carrera deportiva va a ser pequeño. También vas preparando la transición para que sea más sencilla, porque cuando dejas el fútbol te encuentras en una transición difícil y cuanto más preparada estés, más fácil y más llevadero y en mejores condiciones afrontarás la siguiente etapa", comenta Garazi sobre una futura etapa en la que le gustaría dedicarse a algo "que combinara ambas cosas, el Derecho y la Economía, pero a partir de ahí ya no sé si será ligado al deporte o no. El tiempo dirá".

Marta Cardona trabajó de comercial de Casa Viva

Lo que dice la delantera del Atlético de Madrid Marta Cardona es que todo el mundo debería estudiar Derecho, disciplina que comparte con la futbolista del Athletic. "Me parece algo que tendría que estar hoy en día desde el colegio hasta que estés estudiando. La gente lo asocia a leyes, pero el Derecho te enseña también de la vida, estudia mucho a las personas, y eso me ayudó bastante a conocerme un poquito a mí misma y a conocer a la gente o de tratarla, o del mensaje que quieren transmitir. Este cuatrimestre estoy con técnicas de negociación y técnicas de expresión y es una de las asignaturas que más me están gustando", reconoce la delantera del Atlético de Madrid, de 27 años.

También aplica sus aprendizajes en su día a día en el verde y tiene claro que cuando termine su carrera futbolística "no me gustaría ser directora deportiva, entrenadora, preparadora física, representante… Ahora mismo no me veo. Estoy tocando el Derecho Penal y el Mercantil y me está gustando mucho, aunque para ser abogada penalista tendría que cambiar mi forma de ser. Es lo que dicen muchas veces: "Abogado, corazón frío", y de primeras cuando se me conoce puede parecer que soy de corazón frío, pero quien me conoce sabe que no, que es al revés", asegura la delantera colchonera, que resta importancia al hecho de compaginar la carrera futbolística y la académica que cursa online en la Universidad Oberta de Catalunya, donde antes estudió Marketing. 

"La gente normal que tiene jornadas continuas o partidas trabaja el doble que nosotras. Nosotras somos privilegiadas, con un horario de trabajo sólo por las mañanas y tenemos las tardes prácticamente libres, a no ser que tengamos doble sesión, pero te puedes centrar en los estudios. No tenemos que colgarnos una medalla por eso", afirma la futbolista, aunque sí asegura sentirse una privilegiada por estar viviendo el actual momento del fútbol femenino en España. "Está dando unos saltos cualitativos que, como todo va tan deprisa, no te puedes parar a pensar en todas las condiciones que tenemos ahora y antes no teníamos. Yo me siento una privilegiada porque he vivido la transición del fútbol femenino y me acuerdo con 18 o 19 años que, madre mía, era inimaginable", reflexiona Marta.

Marta Cardona, jugadora del Atlético.
Marta Cardona, jugadora del Atlético.

A esa edad, la futbolista aún residía en su Zaragoza natal, donde dio sus primeros pasos en el fútbol, antes de jugar en el Levante, Real Sociedad, Real Madrid y Atlético de Madrid. Allí, llegó a hacer triplete. "Necesitaba el dinerito en casa y me puse a estudiar, a trabajar e iba a entrenar, lo compaginaba todo con 18, 19 y 20 años. Trabajaba en Casa Viva, una franquicia de vajillas y cosas de casa. Era comercial", recuerda la futbolista.

"Entonces no me imaginaba que íbamos a tener cada vez mejores condiciones, que íbamos a tener cada vez más visibilidad y que se iba a invertir en esto, porque es una inversión y hay que apoyar todos desde nuestro pequeño granito de arena para que vaya al alza, que estoy segura de que se conseguirá. En Inglaterra se están haciendo las cosas muy bien y tenemos que seguir en la misma línea. En España aún estamos atrasadas. Hay siete u ocho equipos que somos unas privilegiadas -repite- en las condiciones, sobre todo en las infraestructuras, pero es verdad que los otros equipos no lo son y no puede haber tanta diferencia. Eso hay que nivelarlo, porque dice mucho de si quieres apostar o no por el fútbol femenino y, sobre todo, por la salud de las futbolistas, en el campo y en las instalaciones", recalca firme y contundente la jugadora atlética.

Leire Baños, dos títulos académicos y un sueño: «Ser profesora»

Leire Baños también se muestra firme y sincera cuando habla de su trayectoria personal y profesional, tanto en el fútbol como en la vertiente académica, en la que a pesar de haber cursado un grado superior de Educación Infantil en Irún y tener la licenciatura de Educación Primaria en San Sebastián, en la UPV, se define como alguien a quien "no se le daban muy bien los estudios". "Desde pequeña me gustaban los niños y lo tenía como muy claro, pero ni yo misma pensaba que iba a acabar estudiando la carrera. La educación obligatoria no es lo más interesante del mundo para nadie. Al final yo siempre digo que si te motiva y te ilusiona lo que estás aprendiendo, se lleva mucho mejor", razona la centrocampista irundarra del Levante Femenino, de 26 años.

Diez atrás inició firmó por la Real desde el Oiartzun KE. "Tenía 16 años y aún estaba en 2º de Bachiller. Ese año lo pasé bastante mal, porque iba al instituto, comía en casa y me iba directa a entrenar, y hasta la noche no volvía. Se me hizo duro, pero en el grado superior es como que volví a tener esa motivación por seguir aprendiendo y, obviamente, tenía claro que el fútbol no sabía cuándo se iba a acabar, si realmente se iba a dar el paso que se necesitaba… Bastante duro tiene que ser dejar el fútbol como para que encima te veas en un mar abierto, sin opciones o posibilidades de otras cosas. Tenía claro que tenía que seguir formándome y tener cosas", afirma Leire, con un pensamiento similar en la actualidad respecto a su futuro tras colgar las botas: "Tengo claro que cuando se acabe el fútbol no tengo ninguna experiencia laboral. Entonces, por lo menos, seguir estudiando y formándome, el currículo hay que seguir formándolo, y a partir de ahí ya se verá".

Leire Baños, en un partido del Levante en la Liga F.  LEVANTE
Leire Baños, en un partido del Levante en la Liga F. LEVANTE

Una formación que la ha llevado a cursar actualmente un Máster en Resolución de Conflictos en la Universidad Católica de Valencia. "Me llamó la atención, porque creo que hoy en día es un tema necesario. Al final, estamos en una sociedad en la que veo que últimamente hay muchos conflictos, los niños cada vez están más espabilados y me pareció interesante. En febrero empiezo las prácticas, en el colegio La Salle de Paterna (Valencia)", explica la jugadora, que también aplica al terreno futbolístico sus aprendizajes académicos. "Al final todo es cuestión de empatía, de controlarse", asegura Leire, que tiene claro cómo querría que fuera su futuro una vez finalice su carrera deportiva. "Me encantaría ser profesora. Me estoy formando para llegar lo más preparada posible y la verdad es que cuando hago las prácticas, me siento como si llevase toda la vida ahí. Ojalá en algún momento pueda ejercer". 

Gemma Gili, la arquitecta de la Real que sueña con diseñar un estadio

"Mi padre es arquitecto. De hecho, estudió en la misma universidad que luego estudié yo. Nos enseñaba planos. A veces, terminaba un edificio y nos decía a mi hermana y a mí de ir a verlo. En casa siempre he vivido eso desde pequeña y me di cuenta de que me gustaba, si no, no hubiese hecho todo el esfuerzo que hice después. Es algo que lo vas viviendo desde pequeña y dices: "Me gusta, me gusta, me gusta, y al final, lo haces".

De esta manera explica la mediocentro de la Real Sociedad Gemma Gili sus siete años de Arquitectura en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona entre 2012 y 2019, etapa estudiantil que coincide con sus siete temporadas en el Barcelona tras su marcha del Valencia, donde debutó en 2008.

Precisamente, en Can Barça vivió una de las experiencias profesionales en el mundo de la arquitectura que más le han marcado hasta la fecha, diseñar los banquillos del Estadi Johan Cruyff. "Eso fue un regalo que me hicieron. Yo quería salir de la carrera lo mejor preparada posible, que los créditos optativos me sirvieran de algo. Entonces, quise hacer prácticas, y entré en el proyecto Espai Barça. Me ayudaron mucho con la flexibilidad de horarios. Estando con el proyecto del Johan Cruyff, inicialmente había unos banquillos y de repente quisieron cambiar a otro tipo, con dos filas. Me dijeron que si quería hacerlo yo. Estaba que no me lo podía creer. Es una tontería, pero a mí me hacía ilusión también como dejar un poco esa huella en el Johan. Siempre digo que fue un regalo que me hicieron y que me lo llevaré para siempre", relata sonriente la futbolista de Castellón al otro lado del teléfono.

Gemma Gili, en el Real Arena.  REAL SOCIEDAD
Gemma Gili, en el Real Arena. REAL SOCIEDAD

La centrocampista habla de flexibilidad y la valora, porque sabe que otras veces no disfrutó de ella a la hora de compaginar estudios y fútbol, y esgrime una queja. "Yo no decía que me ayudasen en la Universidad a entender mi situación, pero al menos que tampoco me perjudicase. A la larga he echado en falta que se entendiese un poco mejor mi situación, cambiarme alguna entrega o ser un poco más flexibles, eso sí que lo hubiera agradecido. Es verdad que algunos exámenes nos los cambiaban, dependía del profesor, de si te querían ayudar o no, pero algún entrenamiento me he tenido que perder por hacer algún examen que no me querían cambiar", explica la jugadora de Castellón.

Como la experiencia que vivió el día previo a la final de la Champions League en Budapest frente al Olympique de Lyon en 2019. "Era una de las últimas asignaturas que me quedaban de la carrera, 'Dibujo a ordenador' y, jo, es que me acuerdo perfectamente, 100%. Si no hacía ese trabajo no podía acabar la carrera, y la verdad es que piensas: "Estoy en una ciudad para vivir una experiencia única, con tu familia, y yo podía salir un poco, pero tuve que estar en la habitación haciendo el trabajo, porque si no, no llegaba. Igual mis compañeras estaban jugando, desconectando o yo qué sé, intentando disfrutar un poco más. Son momentos en los que te sientes un poco incomprendida, porque me hubiese gustado que la situación fuese otra, pero bueno, al final hay que hacerlo, lo haces y ya está", explica Gemma, que al final de esa campaña firmó por la Real Sociedad, donde continúa desarrollando su doble profesión.

"Hice la carrera, luego el máster y justo cuando lo acabé me fui a San Sebastián. No quería desvincularme del mundo de la arquitectura, porque sabía que luego me iba a costar más, y tuve suerte porque, a través de la Real, estoy haciendo prácticas en el Estudio de Arquitectura Izaskun Larzabal, que hace las obras para la Real. Voy todas las tardes, de 15:30 a 19:30 horas hacemos cosas para la Real, en Zubieta, en Anoeta o incluso cosas que no tienen nada que ver con el fútbol, que eso también me gusta: viviendas, tiendas, restaurantes", explica la jugadora realista, al tiempo que reconoce que los proyectos ligados al deporte son los que más disfruta.

"Ojalá diseñara un estudio de fútbol. Yo creo que en el mundo de la arquitectura es bueno conocer lo que estás diseñando, porque así puedes hacerlo mejor, y eso es un punto a favor que igual otros arquitectos no tienen. No lo descartaría, porque es algo que me haría ilusión seguro", se reafirma la futbolista y arquitecta, que asegura tener en su carrete del teléfono decenas de fotos de detalles de estadios que le llaman la atención cuando va a jugar "por si acaso el día de mañana lo necesito para alguna idea. Me gusta, me gusta tenerlo".