Caso a caso, todo lo que las jugadoras han expuesto sobre sus quejas de la RFEF
Las futbolistas han hablado, de nuevo, de forma contundente sobre los motivos que las han llevado a la situación actual. La causa judicial entre Luis Rubiales y Jenni Hermoso, lo único en lo que mantienen cautela.

Irene Paredes y Alexia Putellas cumplieron con su palabra. El pasado jueves, en la rueda de prensa oficial antes del partido ante Suecia, las capitanas - ésta vez elegidas por el vestuario - hablaron claro. Fueron contundentes con las razones que habían llevado a las recientes campeonas del mundo a plantarse ante una Federación con una praxis más que cuestionable. Sin embargo, conscientes de que el tiempo no había sido suficiente, se comprometieron a hablar de nuevo ante los medios de comunicación para que, como han asegurado, "el mensaje llegase a la sociedad". Es para quien hablan, al fin y al cabo.
Acompañadas por Misa Rodríguez, Ona Batlle, Cata Coll y Athenea del Castillo, las líderes de esta Selección volvieron a comparecer ante los medios al terminar el entrenamiento en Sevilla. Lo hicieron en dos tandas de tres jugadoras, de forma simultánea pero individual, en medio de una situación caótica a pesar de los continuos esfuerzos de la jefa de prensa en funciones, Paloma Antoranz, porque aquello se notara lo menos posible. Sin espacio, sin micros, con el operario de la Ciudad Deportiva del Real Betis cortando el césped mientras hablaban las campeonas del mundo, y en unas circunstancias en las que los medios presentes, entre ellos Relevo, trataron de adaptarse para que el mensaje llegara lo más nítido posible, tal y como ellas lo estaban pronunciando.
Ellas lo tenían claro cuando fueron preguntadas en varias ocasiones por las razones. Para que no quedaran dudas a aquellos o aquellas que aún no sabían qué pedían. Y alzaron la voz una vez más detallando y explicando, sin prisas, lo que ha ocurrido recientemente, lo que pasa desde hace décadas, lo que se ha visto y lo que no se vio.
Los viajes poco profesionales de la Selección
Alexia Putellas respondió con varios ejemplos. Con voz serena y tono bajo, explicó algunas situaciones que reflejan lo que demandan y que las futbolistas tuvieron que vivir durante la Eurocopa 2022 y en concentraciones previas. Durante la clasificación para el torneo continental, ellas, por entonces a las órdenes de Jorge Vilda, tuvieron que coger un avión a las tres de la mañana para el entrenamiento del día previo al encuentro: "Era un desgaste cuando éramos capitanas porque teníamos que estar pendientes de que esos horarios fueran de deportistas de élite… Nosotras somos deportistas de élite y dependemos de muchas cosas: entrenamiento, comida, descanso... No creíamos que era coherente y normal levantarse a las tres de la madrugada y al día siguiente tener competir por estar en una Eurocopa. Ejemplos como ése se han sucedido durante mucho tiempo y de forma repetida", decía Putellas.
Otro ejemplo que la puso para tratar de disipar todo tipo de dudas fue lo que ocurrió en la Arnold Clark Cup. "Juegas contra equipos de alto nivel y en el fútbol los detalles pueden marcar la diferencia… Ellas viajaban en avión entre sedes y tú tenías que chuparte seis horas de autobús. Ya no partes de la misma forma. Al día siguiente jugabas contra Inglaterra, un equipo de mucho nivel y tú venías de estar 7-8 horas en un bus y ellas llegaban en avión… Estos son los ejemplos que puedo explicar de cambios que pedíamos. Creo que no puedo ser más clara para que la gente lo entienda", reivindicó.
Incluso antes, cuando España disputó su primer Mundial en 2015, el equipo - entonces a las órdenes de Ignacio Quereda - viajó a Canadá sin apenas preparación, directamente a competir y sin haber disputado ningún amistoso. Hace tan sólo ocho años, los que han tardado en convertirse en potencia global y ser campeonas del mundo a pesar de las dificultades que han ido encontrando en el camino.
La falta de descanso
Evidentemente está relacionado con la razón anterior, pero esta semana ha estado más presente que nunca. "Nosotras somos deportistas de élite y dependemos de muchas cosas: entrenamiento, comida y descanso". ¿Qué descanso han tenido las jugadoras esta semana? ¿Por qué la RFEF decidió viajar hasta Oliva (Valencia) para concentrarse antes de un partido a Suecia, desde donde volaron a Sevilla para jugar el martes en Córdoba?
Esta planificación, en medio de la gran crisis del fútbol español, no deja indiferente a nadie. "Al final la casa de la Federación y de la Selección es Las Rozas. Nosotras no habíamos actuado ni habíamos hecho nada mal para que tengamos que estar fuera de ahí. Nos dijeron que era por seguridad y ya empiezas a pensar y dices… 'Seguridad, ¿por qué?'. No puedo responder, lo tendrá que responder quien tome este tipo de decisiones. Nosotras no sabíamos ni dónde era la concentración", decía Putellas.
Tanto es así que una de las grandes preocupaciones del vestuario después de estas semanas eran las temidas lesiones. Ya sabemos la relación directa que hay con la ausencia de descanso, el estrés y la ansiedad con problemas físicos de gravedad.
El nutricionista se estrenó en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda
En todas las ocasiones en las que un futbolista profesional ha sido preguntado sobre la figura del nutricionista, ha asegurado que es clave en su rendimiento, tal y como le dijo Dani Carvajal hace unos días a Jorge Valdano. Sin embargo, la Selección femenina española no ha tenido un profesional de nutrición en su staff hasta hace algo más de un mes. Justo en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda. Fue cuando se incorporó Gonzalo Garea que, junto con Luis Nieto Rodríguez, el chef de la Selección, trabajaban mano a mano para que las jugadoras tuvieran una dieta ajustada a sus necesidades, en función de los entrenamientos físicos, de recuperación y los días de partido.
Más fisioterapeutas y personal de comunicación
Las jugadoras tan sólo reclamaron en aquellas reuniones con Luis Rubiales que desembocaron en el conflicto de 'Las 15+3' "un proyecto profesional para sacar el mejor rendimiento". Así lo dejaron después en evidencia en un comunicado.
Para esta cita mundialista, el equipo de fisioterapeutas se ha visto ampliado de dos a tres profesionales, tantos como, por ejemplo, los encargados de material. A Darío Vaquero, Juan José de los Reyes y Víctor Fernando Miguel del Potro, los fisios, se les sumó también para los tratamientos un podólogo. Hasta ahora, el equipo de 23 jugadoras funcionaba únicamente con dos fisios y no tenían servicio de nutrición o podología.
También la RFEF consideró que en Australia el equipo de comunicación debía de contar con un redactor más. A Patricia Pérez, jefa de prensa de la Selección, se unió Beatriz Gas y, también en esta ocasión, Saúl Ramos. Con ambos redactores trabajó un operador de cámara y un fotógrafo de la RFEF.
Estructura idéntica a la masculina
Más allá de la falta de confianza en los responsables actuales del fútbol femenino de la RFEF, Ana Álvarez y Rafa del Amo - quien hace un año llegó a pronunciar, a pesar de lo explicado este domingo por Alexia Putellas, lo siguiente: "Protestan por algo que a día de hoy no sabemos", - las jugadoras reclaman una reestructuración del área de fútbol femenino. Piden profesionales que puedan trabajar con previsión y conocimiento sobre lo que una Selección campeona del mundo necesita.
Las futbolistas plantean un organigrama con una estructura idéntica a la del masculino, con dirección deportiva, coordinación de las categorías inferiores y seleccionadora. Así, tal y como explicaron el jueves pasado, no volverá a suceder aquello de tener que recurrir al presidente porque el entrenador, director deportivo y responsable de categorías inferiores eran todos la misma persona: Jorge Vilda.
En 2018, cuando llegaron a la RFEF Luis Rubiales y su Guardia de Corps, se plantearon unos cambios para que las jugadoras tuvieran la visibilidad que merecían. Ni siquiera salió del grupo de futbolistas, sino de algunos gestores de la Federación que consideraron oportunas ciertas mejoras. Una de ellas fue la de serigrafiar en sus camisetas el nombre de cada una, tal y como aparece en la Selección masculina. Una medida de marketing para potenciar la venta de las elásticas, tener más contentos a los patrocinadores y que las jugadoras fueran reconocidas en la transmisión de los partidos. Pero el secretario general de la RFEF, Andreu Camps, interlocutor directo con las jugadoras, descartó esa posibilidad por el alto coste que, según él, tenía hacerlo. Más allá de sus razones presupuestarias, finalmente en la RFEF decidieron llevarlo a cabo y algunas fuentes consultadas por Relevo aún recuerdan la cara de alegría e ilusión de las jugadoras cuando entraron en el vestuario y vieron sus nombre en las camisetas de cada una de ellas. Es curioso que algo tan básico y evidente, fuera tan difícil de conseguir.
El asunto determinante: el acoso a Jenni Hermoso
El 20 de agosto tras ganar el Mundial, el entonces presidente de la RFEF, Luis Rubiales, cogió con ambas manos la cabeza de Jenni Hermoso y decidió besarla en los labios durante la entrega de medallas. Este asunto, como ya avanzó Alexia tras ver el vídeo en el bus entre gritos y celebraciones por lo conseguido, era suficientemente grave como para no frivolizar. A partir de ese momento, todo cambió.
Sin embargo, durante los días posteriores hasta la Asamblea del 25 de agosto no ocurrió absolutamente nada en la RFEF. Sólo el departamento de Integridad, con declaraciones de sólo algunos trabajadores y según pudo conocer Relevo, alguna denunciada por presiones ante la misma área de Compliance de la RFEF, elaboró un informe favorable al presidente.
¿Para qué sirve entonces el departamento de Integridad de una Federación como la de fútbol? Pero más allá de eso, en la RFEF hay un Observatorio de Igualdad - formado por Laura del Río, Thais Enríquez y Lydia Valentín - dependiente de ese departamento de Integridad, que tampoco hizo nada. Tan sólo tratar de mediar cuando la situación, justo antes de la convocatoria de Montse Tomé, ya era insostenible.
Otro asunto fue el de María Dolores Martínez Madrona, delegada de Protección de Protocolo de Violencia Sexual de la RFEF, quien a través de un comunicado que aún recoge la web oficial, quiso aclarar algunos puntos de la nota informativa presentada por la RFEF tras la Asamblea. Aquella en la que tildaban a Jenni Hermoso de "abducida" y que después, cuando se dieron cuenta de que incumplía la orden de FIFA de no contactar con la jugadora ni su entorno, decidieron eliminar.
Las presiones posteriores a Jenni Hermoso
Ha sido unánime durante las entrevistas que han concedido las seis jugadoras a los medios de comunicación. Aunque no pueden avanzar, tal vez como les gustaría, más detalles sobre lo ocurrido porque "hay abierta una causa judicial", las jugadoras han insistido en que ha sido inadmisible lo que ocurrió durante la entrega de medallas, pero también los días posteriores. "Tuvimos reuniones, explicamos lo que sentíamos sobre lo que todo el mundo vio, pero también sobre lo que no se vio. A partir de ahí dijimos 'tenéis la información'. Ahora la RFEF tendrá que ver qué debe de hacer", decían tajantes.
Las jugadoras se refieren a las presiones que adelantó Relevo tanto de Luis Rubiales como de Jorge Vilda para convencer a la jugadora y su entorno de que suavizara en un comunicado conjunto lo ocurrido, y que tuvieron lugar en el avión de vuelta a Madrid tras ganar el Mundial. Tampoco olvidan el comunicado con palabras de Jenni Hermoso que la Federación distribuyó a los medios sin que ella las hubiera pronunciado o escrito.
Además, según publicó hace unos días El Partidazo de COPE, Luis Rubiales habría enviado a Albert Luque y Rubén Rivera, miembros de la RFEF, viajar a Ibiza para presionar a Jenni Hermoso cuando se encontraba celebrando el título con algunas de sus compañeras en la isla. Una situación desagradable que no hizo más que añadir tensión a la situación de la que se estaban tratando de alejar para centrarse en el título conseguido.
La complicidad de la Asamblea
El 25 de agosto todo explotó por los aires. Cuando las campeonas escucharon el escandaloso discurso de Luis Rubiales ante la Asamblea, dijeron "Se Acabó". Fue una reacción espontánea, la gota que colmó el vaso. Así lo ha explicado la propia Putellas: "No sabía que iba a tener tanta repercusión. Fue de las pocas veces que no he pensado dos veces qué publicar o qué poner y fue después de hablar con Jenni y de ver la Asamblea. Me nació eso".
Tras la primera oleada de reacciones de las jugadoras, el 15 de septiembre, fueron categóricas: "Los cambios especificados a la RFEF se basan en la Tolerancia Cero ante esas personas que desde un cargo dentro de la RFEF han tenido, incitado, escondido o aplaudido actitudes van contra la dignidad de las mujeres. Creemos firmemente que se requieren cambios contundentes en los puestos de liderazgo de la RFEF y en concreto, en el área del fútbol femenino".
Fueron muchos y muchas las que aplaudieron un discurso que rompió los oídos a tantos otros. Fueron, después, algunos los que pidieron perdón. Como Jorge Vilda, De la Fuente o el propio staff, cuyos miembros, algunos, han regresado a la Selección - no es el caso de Ana Álvarez o Laura del Río -. Sin embargo, han sido sólo ellas quienes han pedido que las cosas cambien. Quienes se han sacrificado, se han plantado e incluso renunciaron a su gran sueño: jugar al fútbol y poder estar, por vez primera, en unos JJ.OO. Como ha dicho tanto Putellas como Paredes, "Si ya no se entiende es porque no se quiere entender".