'QUIERO SER COMO'

Marta Perarnau: "La persona que lucha por los valores desaparece del fútbol femenino"

La exjugadora de Atlético San Luis, Rayo y Betis revive en el programa de Relevo algunas de sus peores experiencias como futbolista: "A las mujeres nos tratan como niñas".

Marta Perarnau durante el programa 'Quiero ser como'. /RELEVO
Marta Perarnau durante el programa 'Quiero ser como'. RELEVO
Equipo Relevo

Equipo Relevo

Marta Perarnau, exjugadora de Atlético San Luis de México, fue la sexta invitada que visitó el plató de 'Quiero ser como'. Tras dos años jugando en México -también pasó por las filas del Rayo Vallecano y Betis- la jugadora se ha convertido actualmente en la jugadora número 12 del Ultimate Móstoles de la Queens League.

Comenzó la charla hablando de su familia. En sus redes sociales destaca una foto suya con Pep Guardiola, a quien bien conoce: "Mi padre tiene relación de muchos años con Manel Estiarte, que es mano derecha de Pep. A raíz de esa relación se unieron mi padre y Pep". Su padre fue atleta de salto de altura olímpico y su madre se ha convertido hace seis meses en campeona del mundo, siendo la primera mujer en bajar de 12 segundos en 100 metros, en la categoría veterana.

Esto motivó a Marta a empezar en el atletismo, lo hizo compitiendo para el FC Barcelona. Entrenaba con su padre, que se convirtió en su entrenador personal hasta que "por temas de rifirrafe" dejaron de lado esa relación profesional para comenzar a prepararse con otro entrenador. Durante una temporada compaginó el fútbol y el atletismo: "Fui escalando en las categorías del Rayo, hubo un día que me lesioné en atletismo que me paró de seguir compitiendo en fútbol. Hubo un entrenamiento con el Rayo en el que nos cargaron mucho en el gimnasio y al día siguiente tenía competición y ahí me di cuenta de que tenía que decidir".

 

De soñar con el Rayo a la casi desaparición del equipo

Marta Perarnau estuvo 12 años y medio en el Rayo Vallecano y pudo cumplir su sueño: debutar en el primer equipo. Vivió la mejor época del club en la que competían en Champions, eran campeonas de Liga y de la Copa de la Reina y también le tocó ser partícipe del comienzo de la peor época de la sección femenina. "La competición evoluciona y tú necesitas cosas para llegar a ciertos niveles y ya no los tienes. No tienes los recursos suficientes para ser futbolista profesional, la gente que teníamos, bendita sea, porque trabajaban con que tenían y podían".

"Tiene que pasar algo muy grave para que salga en las noticias y que tenga una repercusión en cierta manera. A las mujeres nos tratan como niñas. Lo que se ve en programas como el vuestro, sí que nos valoráis. El convenio dice que tenemos que ser profesionales, pero no somos tratadas como ello. Persona que lucha por esos valores van desapareciendo del fútbol femenino porque molestamos", cuenta la central.

La jugadora cuenta que los miércoles entrenaban a las 21:00h y cuando llegaban las 22:30h les apagaban las luces del campo: "Ya no se podía pagar más luz". "El Rayo era diferente cuando estaba Teresa Rivero. Ella les daba todo lo que necesitaban. El Rayo empieza el declive cuando entra el presidente que entra. No le interesa el femenino. El Rayo se ha mantenido por el esfuerzo de muchas personas, la afición entre ellas".

"Van quitando cositas, poniendo a personas, hasta que desaparece", confiesa. A pesar de terminar así su época como jugadora del conjunto rayista, su corazón "sigue estando en el Rayo". Esto propició que Marta se marchara al Betis: "Fue por un tema profesional. En el Rayo no te dejaban el gimnasio porque estaban los hombres, iba por meses, a Presa se le antojaba que de vez en cuando lo usáramos".

«En dos días tenéis que ir a México»

Tras su paso por el Betis, Marta Perarnau se quedó sin equipo. Tenía claro que quería jugar fuera de España después de pasar años duros, le daba igual el lugar: "La Liga F está creciendo pero siento que se está perdiendo una serie de valores que había en el fútbol femenino. Ahora los representantes dicen quién tiene que jugar, el club manda al entrenador... Y se está pareciendo mucho al fútbol masculino".

No tenía representante, porque no tuvo buenas experiencias previamente. Una llamada con Patricia González confirmó que en México había sitio para jugar. Cuando ella y Bea Parra consiguieron un equipo en el que jugar las dos, una segunda llamada fue la definitiva: "En dos días tenéis que ir a México". "Teníamos claro que queríamos ir juntas, necesitábamos un equipo que nos quisieran a las dos, cubríamos las dos plazas de extranjeras. íbamos a firmar por un equipo de España y de repente nos llama", cuenta la ex del Atlético San Luis.

"Nuestro primer contacto fue muy bueno, la gente es muy amable con los extranjeros. Nos recibieron de una manera que en los equipos que hemos estado creo que nunca hemos recibido así a un extranjero", recuerda. En cuanto a lo futbolístico, la central comparó el juego del país con el de Estados Unidos: "Tuvimos que coger casi 4 kilos de fuerza para soportar los choques. Allí se juega muy rápido, se busca mucho el espacio. Tenías que conducir mucho. Tuve que aprender a regatera, que soy defensa y no sé regatear".

Además, dice que en México "el fútbol femenino se consume de verdad". A ver a su equipo entraban 1.700 personas por partido y "estaban alentándote durante los 90 minutos fueras perdiendo o ganando".

Una despedida como lección

Hace dos semanas, ella y Bea Parra anunciaron su despedida del Atlético San Luis, pero no fueron las únicas: un total de 11 jugadoras dejaron el club. "Nosotras no queríamos continuar, el club creo que tampoco. Sentíamos que el trato que se nos estaba dando como mujeres profesionales no era el adecuado. La mejor manera de demostrarlo al mundo era respondiendo de esta manera", reivindica. "Fuimos para un año y decidimos renovar porque se nos prometía ir en un rumbo que al final no se dio. No es solo jugar. Priorizar la mujer y a nuestras compañeras está por encima de los minutos".

No estaban de acuerdo con el trato que el staff técnico les estaba dando durante un año entero: "No sé si servirá de cara a una institución o de cara a resultados, pero creo que le hemos abierto los ojos a muchas personas, a compañeras que se han dado cuenta de que eso no estaba bien. Que nuestras compañeras mexicanas hayan decidido rechazar eso para nosotras es un orgullo y ha sido como sentir que ha merecido la pena".

Además, reivindica: "como futbolista estoy cansada de que nos traten como niñas, de que por ser hombre te creas superior. Llegar hasta el punto de, como jugadora de fútbol, que entrabamos muchos días seguidos y tenía molestias. No entendían las molestias. Hasta el punto de decirte que si no tienes una rotura muscular, tienes que entrenar".

Ahora, en el Ultimate Móstoles de la Queens League, ha tenido la oportunidad de seguir jugando al fútbol pero, tanto ella como Bea parra no cierran puertas y quieren seguir siendo futbolistas profesionales fuera de España. "El fútbol es el motor que nos permite conocer culturas", finaliza Marta Perarnau.