Nuria Rábano: "El 0-2 era súper remontable; salir con tres marchas más mató al Wolfsburgo"
La lateral del Barça pasó por el plató de 'Quiero ser como' para revivir la final de la Champions y sus inicios como futbolista.

Nuria Rábano, exjugadora de la Real Sociedad y actual lateral del Barça, fue la séptima jugadora que pasó por el plató de 'Quiero ser como'. Tras pasar por las filas del Deportivo de la Coruña, estuvo dos temporadas (2020-2022) en el conjunto txuri-urdin, el año pasado fichó por el Barça y ha terminado esta campaña coronándose como campeona de Liga, Supercopa y Champions el pasado fin de semana.
"Todavía estoy emocionada y creo que durará unos días más. No lo he asimilado. Ayer veía el vídeo que grabaron de la final y se me caían las lágrimas. Pienso en toda la gente y en todo y me salía llorar. En el campo no lloré por euforia, supongo", confiesa la lateral del conjunto culé.
Empezó a jugar al fútbol a los cuatro años y hasta los 16 estuvo compartiendo campo con chicos. Tras empezar a jugar en Arousana, recibió la llamada del Deportivo de La Coruña, un equipo que iba a crearse desde cero: "Al principio estaba viviendo con una de las madres de otra que jugaba, hasta los 18 no podía vivir sola. Estuve cuatro años hasta que vino la pandemia". Fue entonces cuando la Real Sociedad se interesó en ella: "Había estado poco en la élite y de repente me llamó la Real".
Su punto de inflexión llegó cuando Manu Sánchez le cambió del extremo al lateral: "Fue en pretemporada, íbamos a jugar en primera esa temporada. Manu me dijo que íbamos a probar alguna cosa y le dio por poner carrileras. En el Depor físicamente me encontré súper bien. En segunda, con el tema de lesiones lo pasé peor. Pero esa temporada me daba para recorrer toda la banda".
Pero no todo fue tan bonito. Nuria recordó el susto que tuvo cuando iba en el coche con su padre preparada para jugar el primer partido en Primera División: "De repente pinchó una rueda. Yo empecé a llorar. Llamó a todos, vino un taxista, llegué al partido cuando ya estaban todas en el campo preparadas para empezar a activarse. Interiormente iba tranquilizándome a mí misma. Era una niña, mentalmente tampoco estaba tan preparada. Salía de titular y yo pensaba que al final no lo haría. Lloré todo lo que pude hacer y más".
Un paso más en su carrera: Real Sociedad
Su padre fue el encargado de comunicarle a Nuria que la Real Sociedad se había fijado en ella. "Era una inexperta en primera división, vestuarios... Económicamente también era un plus. Al final hablando con mis padres decidí irme, sintiéndolo mucho. Tomé la decisión tranquila. Era salir de casa, más lejos, y no sabía cómo iba a ir", contó Nuria.
La primera temporada fue de adaptación, de conocer al equipo. El cambio del Depor a la Real supuso una mejora en las instalaciones y en el nivel de exigencia: n el País Vasco se vive mucho el fútbol. Le cojo mucho cariño a las aficiones. "En el Depor, Abegondo estaba totalmente lleno, Zubieta también... En ese sentido se les ve tan inculcados en todo eso que me sale pararme para atenderles. Ahí no me puedo quejar, siento que he llevado un buen camino en ese sentido".
El Barça, una llamada irrechazable
El verano del año pasado jamás se le olvidará a Nuria Rábano. Fue cuando recibió la llamada del Barça, algo "irrechazable". No se sintió influenciada por nadie para tomar la decisión, "fue rápida", además, la Real Sociedad "esperó hasta el final". Después de un año en el conjunto culé, Nuria ha destacado fuera del campo por ser una de las jugadoras más cercanas a la afición: "Me considero una persona súper humilde. No llevo ni 100 partidos en la élite, parece que llevo muchos años pero en realidad no. Todo ese ánimo y todas las ganas de seguir luchando es gracias a ellos. Estaría cuatro horas firmando a todo el mundo, pero es imposible. Lo intento por todos los medios, ojalá pudiese darle a todo el mundo algo".
Pero durante su primera temporada como blaugrana, también ha pasado uno de los peores momentos de su carrera. En agosto llegó ilusionada. "Sigo en una nube", confesó. Una lesión en el tobillo le tuvo apartada por un periodo de tiempo. "Mi abuela estuvo malita, sabía que venir al Barça también no iba a tener todos los minutos", confesó. Este cúmulo hizo que Nuria sufriera ansiedad, en un momento en el que ella no imaginó: "En octubre-noviembre es cuando decido contactar con una psicóloga porque quería crecer, saber de dónde podía venir todo eso. Al final eso se refleja en tí misma, en la confianza cuando estás jugando, se ve reflejado en el campo. Yo lo notaba, habrá gente que lo haya notado también. En un equipo como el Barça, la exigencia y todo lo que implica".
Llegó un momento en el que la situación le sobrepasó y necesitaba ayuda. "A día de hoy sigo con esa ayuda y esa persona que el debo gran parte porque me ha ayudado a gestionar todo. No hace mucho falleció mi abuela, era una persona que venía a verme siempre. En ese momento sabía que podía pasar, tu familia está lejos, ves a todo el mundo cercano lejos...", confesó.
Sacó todo lo que tenía dentro, aprendió a gestionarlo y enfocar sus pensamientos de otra manera. Ahora, confesó en 'Quiero ser como', que se siente "un poco más tranquila" y con más fortaleza mental. "Sufres desde lejos y es lo que peor he llevado. Esas cuatro paredes se me caían encima. Llamaba a mis padres para que vinieran. Al principio aunque estuviera con alguien no me valía", contó
A pesar de ello, lo deportivo siente que lo ha sabido llevar mejor: "Estoy feliz en el Barça, espero afianzarme en unos años mucho más, pero mentalmente quería dar pasos hacia adelante y me considero valiente. No me voy a poner metas, porque creo que poner metas a largo plazo no es bueno". Además, está adaptándose al "ADN Barça" y a la exigencia del club: "Quieren ganarlo todo. Todas van a 100 mil revoluciones. Muchas de ellas llevan el ADN Barça, que las de fuera tenemos que inculcarnos. La experiencia y el entrenar con ellas te lo da. Un año se me ha hecho corto, pero vivir todas experiencias con ellas es lo que me lo va a dar. Voy adquiriendo incluso lo de ser picona, de querer ganar todo".
Nuria llegó al Barça con 23 años y su fichaje coincidió con la lesión de Alexia Putellas. Cuando se oficializó su llegada Alexia, como capitana, le escribió un mensaje felicitándole y dándole la bienvenida: "Le dije que me fastidiaba su lesión pero que estaba contenta de poder verla al final de temporada. Se le ve fuerte mentalmente. Ha cumplido con sus plazos, que era lo que ella quería". El primer día le saludó y le dio un abrazo, algo que se convirtió en un ritual: "Ella es súper fuerte mentalmente. Se merecía ganar y llegar antes de la final".
La teoría del dos, de Twitter a la realidad
Una teoría, "la del dos", llegó a calar en el vestuario del Barça y a convertirse en "la Fe de todo el mundo". "Recuerdo una comida en La Masía que a alguien se lo habían preguntado en alguna entrevista. A veces era la inercia de sacar una foto con los dos dedos pero creo que todas poco a poco nos lo fuimos creyendo. Los días previos a la final fuimos a unos trenes y había unos vagones llenos de doses. Solo por eso hay que ganarla, pensaba. De esa teoría que al final era como Dios mío hay que aferrarse a algo", confesó la lateral del conjunto culé.
Durante el descanso de la final de la Champions de Eindhoven ante el Wolfsburgo, no hubo teorías y todas creyeron en ellas mismas para darle la vuelta al marcador que en ese momento era de 0-2 en contra. "El 0-2 era súper remontable, tuvimos ocasiones claras para ir empate al descanso. Llegó el descanso y todas confiábamos, estaba todo súper destinado a que hubiese salido así. El tema mental de hacernos fuertes, de salir con tres marchas más, al Wolfsburgo le mató", dijo Nuria.
Tras la final, las jugadoras pasaron tres días de fiesta porque "la ocasión lo merecía". "Pasé el control del avión como Pedro por su casa, yo no enseñé ni el DNI ni nada", terminó recordando Nuria Rábano en 'Quiero ser como'.