Paulo Sousa: "En este fútbol en el que se mide todo, lo único que no se puede medir es la grandeza del Real Madrid"
Ahora entrenador, ganó dos Champions consecutivas como jugador con diferentes clubes. La segunda, con el Borussia de Dortmund tras abandonar la Juventus
![Paulo Sousa pelea por un balón con Mario Stanic en un Dortmund-Parma. /REUTERS](http://s2.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202405/16/media/cortadas/paulo_sousa-R9LSyxH86dudDQlo9ptaLjJ-1200x648@Relevo.jpg)
Ganar una Champions como futbolista o entrenador es un logro solo al alcance de los más elegidos. Ganar dos consecutivas y con distintos equipos, es formar parte de un club un tanto más exclusivo en el que, salvo error u omisión, solo militan cuatro jugadores: Paulo Sousa (Juventus 96 y Borussia Dortmund 97); Piqué (Manchester United 2008 y Barcelona 2009), Samuel Eto'o (Barcelona 2009 e Inter de Milan 2010) y Marcel Desailly (Olympique Marsella 93 y Milan 94). Y es el primero de ellos, el portugués Paulo Manuel Carvalho Sousa, quien se convierte en el protagonista de una de estas historias previas a la final de Wembley. Él también lo fue en la única Champions ganada por el Borussia Dortmund, rival del Real Madrid. Han pasado 27 años, pero la experiencia continúa vigente en su memoria.
Paulo Sousa, a sus 53 años, se ha convertido ya en un trotamundos del fútbol. Comenzó como futbolista de una gran calidad individual y continuó como técnico que ya ha entrenado en diez países. Estamos ante uno de esos románticos que todavía quedan y que está convencido de que el balón desarrolla la inteligencia. Nadie podría haber marcado en el listón de la élite hasta dónde hubiera llegado como futbolista de no haber sido por las malditas lesiones que arrasaron sus rodillas hasta obligarle a retirarse justamente en la Liga, en el Espanyol, en 2002. Fruto de aquella primera selección sub-20 portuguesa campeón del mundo de la categoría en 1989, luego también lo fue en 1991, Paulo Sousa pisaba sobre las huellas de las estrellas: Benfica, Sporting, Juventus, Borussia Dortmund, Inter, el Parma de oro del cambio de siglo..., Panathinaikos y Espanyol, donde con 31 años se vio obligado a esconder las botas debajo de su taquilla del estadio Olímpico de Montjuic, que era donde entonces jugaban los blanquiazules.
Su último trabajo como entrenador fue en la Salernitana, en la Serie A italiana, donde fue despedido el pasado mes de octubre. Ahora vive en su país en espera de nuevo destino con un equipo de trabajo formado por cinco técnicos españoles ¿Cómo es la vida de un técnico cuando no tiene equipo?
Pues, aunque parezca mentira, trabajando e intentando crecer todos los días, como he hecho desde que era un niño. Al ser un chico muy tímido siempre busqué fijarme en lo que hacían los demás. Hoy, afortunadamente, en el mundo del fútbol tenemos muchas más herramientas para crecer. Y, a nivel personal, tengo otras competencias que no puedo hacer cuando estoy trabajando, como estar con la familia. Veo muchos partidos. Intento entenderlos. Planteo partidos como si los fuera a jugar. Me gusta ir a los estadios y ver la estrategia en directo. Me fijo cómo se compartan mis colegas los entrenadores en su relación con sus jugadores, con lo contrarios, con el árbitro... Me fijo mucho en los cambios, cuándo los hacen, por qué los pueden hacer. Ahora, hay más dificultades para que los colegas te habrán el acceso a los entrenamientos, a hablar con ellos, como se podía hacer antes... Se está cerrando todo demasiado. Lo comprendo, pero para mí la vida y el fútbol siempre serán ver y compartir para seguir creciendo. El fútbol es una escuela de vida diaria y se debe alimentar todos los días.
Pues puestos a imaginarse como son los partidos, ahora tenemos por delante una final de la Champions. Una situación que usted conoce bien por qué jugó dos y ganó las dos. ¿Cómo recuerda esos días previos a las finales, que debieron ser los partidos más importantes de su carrera?
No me olvido tampoco del Mundial sub-20 que ganamos con Portugal en 1989. La Champions es algo extraordinario de vivir. La primera, con la Juventus fue un año duro a nivel físico. Intentaba mantenerme en la mejor forma posible a pesar de las lesiones. La sensación que yo sentía era que todo el mundo estaba pendiente de ese partido, que todo el mundo estaba pendiente de ti. Ahora, con tantos partidos, a lo peor, el foco solo llega los últimos días. Italia era entonces el centro del fútbol. La Serie A era como la Premier de ahora. Mi concentración fue máxima. Con toda la información que me daba mi entrenador o que yo buscaba, intenté vivir antes del partido lo que podría vivir después en el partido. Anticiparlo. Me costó mucho más la segunda final con el Dortmund. Primero porque jugaba contra mi ex equipo y segundo porque toda la presión estaba sobre mí, precisamente porque el año anterior había estado en la Juventus. Todos los periodistas italianos querían hablar conmigo y el Dortmund les dio toda clase de facilidades y ellos querían aprovecharse, querían distraerme mentalmente de mi concentración, de mi tranquilidad. Y lo hicieron de 'puta madre'...
"Antes de llegar a la primera final, jugamos en el Bernabéu y no podía controlar mis emociones. Es como si la grandeza del Real Madrid, de lo que veías, te empequeñeciera dentro del terreno de juego"
Dos veces campeón de la ChampionsEn la primera Champions, su Juventus eliminó al Real Madrid en cuartos de final y he leído en una entrevista suya de la época que ese día fue uno de los pocos partidos en los que los que no pudo controlar las emociones, que era una de sus virtudes más valoradas como futbolista.
Sí, en el Bernabéu. Luego no jugué la vuelta en casa, que nos clasificamos. Es verdad. Pasó así, no podía controlar mis emociones, pero no solo fue por lo impresionante que me pareció el Bernabéu, fue por el ambiente que se vivía. Es como si la grandeza del Real Madrid, de lo que veías, te redujera dentro del terreno de juego. No es fácil de explicar, era como si me sintiera reducido en mis acciones. Solo entrar en el estadio, veías que ese partido iba a ser diferente. Me impresionó.
En esa primera final el centro del campo de la Juventus era Deschamps-Paulo Sousa-Conte, tres 'hijos' de Lippi. Tres entrenadores en potencia que después han triunfado en el fútbol.
Italia nos ha dado mucho a todos. La forma de entender el juego, la táctica, la estrategia, el análisis del rival era, algo fascinante para alguien que le gustaba y le gusta mucho entender el juego, como era mi caso. Luego incorporé otros conceptos de otras culturas futbolísticas, pero en su momento cuando llegué era brutal. Pudiera ser que yo ya tuviera un entrenador dentro, pero la realidad es que el propio Lippi y mis compañeros buscaban mi interpretación de los entrenamientos, de los partidos, de ellos mismos... Creo que ellos ya veían eso, sí.
¿Cómo era aquel Borussia de finales de los 90 con el que ganó el título al año siguiente? No era un grande de Europa. ¿Por qué decidió irse de la Juventus con la Champions recién ganada?
Mi Borussia era un club que lo tenía todo para crecer. Los dos años que estuve en la Juventus me enfrenté a ellos en la UEFA y en la Champions y se veía que era un equipo maduro, con grandes jugadores, que estaba en fase de crecimiento, que podía competir. Nos fue muy complicado ganarles. Y de ahí mi decisión. Creía que podía aportar mucho a ese equipo para poder crecer y competir para ganar una Champions. No muchos me creyeron cuando llegué y dije que iba a ese club a ganar otra 'Taça'. Y no, no me creían. Tuve que estar todo el año diciéndolo, haciéndoles creer que lo podíamos conseguir y lo conseguimos. No creo que el club a nivel administrativo estuviera preparado para todo lo que sucedió, pero la cultura alemana es una cultura de eficiencia, de trabajo, de conseguir objetivos. Una cultura de jugadores que fue creciendo a través del entendimiento del juego individual y colectivo.
"Este Borussia futbolísticamente es mejor que el mío que ganó la Champions. Tiene más alternativas de juego y sus jugadores y entrenador tienen una gran inteligencia táctica. Saben adaptarse a sus rivales. Lo demostró, sobre todo, contra el Atlético"
Dos veces campeón de ChampionsEste Borussia, futbolísticamente, se parece en algo al suyo...
Culturalmente, sí, pero futbolísticamente creo que este es mejor que el mío. Tiene más alternativas de juego. El crecimiento del fútbol alemán es constante. Estos y aquellos son jugadores que técnicamente son muy fluidos, físicamente están preparados para el trabajo. Estructuralmente y morfológicamente son jugadores hechos. Técnicamente han evolucionado mucho a nivel táctico y estratégico y mantienen en cualquier caso su mentalidad es ganadora. Ahora tienen dos equipos en dos finales, Leverkusen y Dortmund, pero con ideas de juego muy distintas. Lo que aprovechan es que Alemania siempre ha tenido jugadores de muchísima calidad, aunque se hablara siempre más de su físico. Todos los jugadores extranjeros que han llegado a Alemania han ayudado a este crecimiento. Son muchos años llegando futbolistas con otros conceptos, con otros estilos y así han logrado tener equipos de alta intensidad y mucha frecuencia, mucha explosividad, con poder de recuperación y también con fuerza a nivel contacto, que es como ahora se juega al fútbol.
O sea que usted es de los que piensa que se puede estar despreciando un poco al Borussia, que tiene su peligro, y como el Real Madrid caiga en la tentación de sentirse muy superior
El Borussia a lo largo de toda la Champions ha demostrado que sabe adaptarse perfectamente a lo que exige el adversario y eso le da un plus importante. Dentro del propio partido ha asimilado lo que le pedían las circunstancias y eso demuestra una gran inteligencia táctica de sus jugadores y del entrenador. Este equipo ya ha demostrado de lo que es capaz. Lo demostró, sobre todo, en la eliminatoria contra el Atlético. Simeone tácticamente es un entrenador muy potente, con conceptos muy claros de resultados y en el partido de Madrid se vio la mentalidad de los alemanes para mantener siempre la eliminatoria abierta, para después en su casa jugar de otra manera. Es un equipo que sobre la marcha sabe cambiar de ritmo y de planteamiento. Tiene madurez y cree en sus posibilidades. Técnicamente es un equipo nuevo.
"Los mejores equipos de la historia son los que ganan. En el Real Madrid los jugadores cambian, los entrenadores cambian y sigue ganando. Y eso los futbolistas lo viven, lo saben. Es lo que yo llamo cultura"
Dos veces campeón de la ChampionsHablemos del Real Madrid. Usted está en Portugal y está relativamente cerca. En Madrid, en España, se ha hecho muy popular un dicho: el Real Madrid primero gana y luego pregunta si ha jugado bien, mal, regular, he tenido suerte, desgracia...
Es algo impresionante. No por ser portugués y por estar cerca, sino por amar el fútbol e intentar entender un fenómeno como éste. Es algo que, personalmente, me encanta. Lo que me hace enamorarme de los equipos es que tengan aspectos que no se puedan medir, que sean intangibles. Hoy, en el fútbol, cada vez más, se buscan los aspectos que se puedan medir. Cuántos remates; cuántos van a portería; los minutos que corre cada jugador; el 'expected goals'; la posesión; los pases; las ocasiones... y es muy difícil justificar todo esto con la grandeza del club. Los jugadores cambian, los entrenadores cambian y continúan a ganar. Para mí es algo difícil de explicar. Cómo vas a medir el ambiente que se crea en el estadio en cada partido de la Champions. Cómo vas a medir el espíritu, la mentalidad, la energía. Eso los jugadores lo viven. Para mí eso se llama cultura. Son seis finales en 10 años. No es jugar bien, regular o tener tantas ocasiones. Los mejores equipos de la historia son los que ganan. Son aspectos intangibles.
Supongo que el término remontada le será ya conocido ¿Cómo sería en portugués?
Sí, claro. En portugués sería 'recuperaçao'.
Como centrocampista que fue y entrenador que ahora es, cómo interpreta esa mezcla que tiene el Madrid con dos jugadores muy técnicos, Modric y Kroos y dos muy físicos, Tchuouameni y Camavinga.
A Tchouameni le tuvimos en el Girondins de Burdeos. Tuvo una fractura y no tuvo la continuidad que Carlo en el Madrid le está dando. Para él y para Camavinga estar al lado de Kroos y Modric es muy importante. No les ha podido pasar nada mejor en su vida que entrenarse y jugar a su lado. Por la experiencia y calidad que tienen y que se traduce en el conocimiento del juego, la base del conocimiento del tiempo y del espacio tan importante en el fútbol. Además, está, un entrenador de una grandísima experiencia y calidad, como es Carlo y una cultura de victoria como la del Madrid que les ayuda a mejorar.
"Bellingham es un jugador internacional. No tiene la mentalidad del inglés al que tanto le ha costado siempre adaptarse a las Ligas continentales en general. Además, Carlo al colocarle donde le gusta, le ha dado una responsabilidad"
Dos veces campeón de ChampionsY encima Bellingham, que llevó desde tu exclub...
Su crecimiento en este año ha sido grandísimo. Bellinhgham es un jugador internacional. No tiene la mentalidad de un jugador inglés. Los ingleses, en el transcurso de la historia del fútbol, siempre mostraron su dificultad para acoplarse e integrarse a los equipos del continente, sin tener en cuenta una Liga u otra. En todas. Siempre les costó. No solo es el contexto del juego, es todo lo demás. En su caso, también está influyendo que llega al Real Madrid. Si tu llegas a un vestuario y tienes distintos tipos de características de jugadores pues te ayudan a la integración inmediata y tus cualidades se ponen a disposición mucho más rápido... La producción del fútbol del Madrid ha contribuido, por ejemplo, en los goles que ha marcado y que antes no hacía en el Borussia. Carlo ha sabido dónde ponerlo y ha ayudado también a su integración. Cuando tienes una plantilla de excelencia, uno de los mejores modo de responsabilizar a un jugador es preguntarle donde crees que vas a rendir mejor. Y eso es encontrar una dinámica para que el jugador rinda mejor. En el rendimiento de Bellingham, hay detrás un trabajo del entrenador para incluir lo individual dentro del colectivo y el beneficiado sea el equipo.
Usted, como futbolista, se enfrentó cuatro veces al Ancelotti entrenador... Tres en la temporada 97-98. Dos en la Champions usted jugando en el Borussia y él entrenando al Parma y esa misma temporada, estando usted ya en la nómina del Inter. La cuarta, en la Champions 2000-01, usted en el Panathinaikos y Carlo en el banquillo de la Juve.
¿Cuatro? Solo me acuerdo de una con el Panathinaikos. Marqué el primer gol y ganamos (3-1). No soy muy de recordar el pasado, soy del presente y de un futuro próximo. No tengo necesidad de hablar continuamente de mi pasado, ni de mi mismo. Nunca lo he hecho. De ese gol me acuerdo porque era raro que marcara ya a esas alturas de mi carrera con mis piernas destrozadas. Ya no remataba tanto a puerta ni sacaba los acciones de estrategia, como hacía siempre antes de lesionarme. Disminuía mi carga de trabajo en ese sentido. He hablado con jugadores que han tenido el privilegio de ser entrenados por Carlo y todos ellos me significaron lo mismo, la manera que tiene de comunicarse con el futbolista. Cómo les convence para que estén bien en su trabajo y consigan los objetivos. Y eso dice mucho de un entrenador. Como entrenador, a nivel estratégico y táctico siempre ha sido muy fuerte.
Ya como técnicos, se enfrentaron en la Champions 2014-15. En la primera etapa de Ancelotti en el Real Madrid. Usted estaba en el Basilea. Goleada en el Bernabéu (5-1) y derrota mínima en tierras suizas (0-1).
De entonces recuerdo que, como era lógico, nos saludamos, seguro que nos diríamos algo. Le felicitaría por los triunfos, pero sí me quedó la sensación de que había estrechado la mano de un señor, muy educado...
En esta final se enfrentan un técnico joven Edin Terzic, 41 años y un veterano de mil batallas, Carlo Ancelotti, 64... ¿Cómo ve ese duelo otro entrenador que están en el medio de los dos, en los 53? ¿La experiencia y más en una final es un grado?
Las finales son distintas a todos los demás partidos. No descubro nada. La experiencia cuenta mucho y hoy pudiendo tener la influencia de los cambios que son cinco, medio equipo, esa experiencia cuenta mucho a favor de Ancelotti. La plantilla del Madrid es más completa para esos cambios, pero al nivel de la línea defensiva, no tanto... (ja,ja, ja). Ha tenido sus problemas con las lesiones de Militao, de Alaba...
Pero en general lo ha superado bien, ha sido el equipo menos goleado de la Liga...
Sí, pero con alternativas...
Tampoco el Borussia defiende muy bien con esa obsesión de salir siempre con el balón jugado con el portero y los centrales desde su área... Y eso es peligroso jugando contra el Madrid.
Tiene razón, pero sí lo hacen es porque no les va mal y tienen un portero que lo permite con la capacidad que le da su tranquilidad. Después, claro, que puedes errar, también influye la tensión del partido y la velocidad de los que tienes enfrente que parece que están muy lejos, pero te llegan muy rápido a recuperar... Lo que intenta es atraer para después llegar y hacer cambios de velocidad. Es un riesgo ese juego en corto, sí, pero tiene la alternancia con el largo. Eso lo hace muy bien, El delantero centro, Fullkrug, tiene la capacidad de dar profundidad al juego, para que después la segunda línea puedan llegar y hacer cambios de velocidad. Los tres de arriba son rápidos.
"El Madrid y el Barcelona preguntaron por mí cuando estaba Dortmund, pero Ronaldo me convenció para ir al Inter, a su lado. Me dijo que quería jugar más al fútbol. Cuando conocí la Liga ya era tarde. Debí haber venido antes"
Dos veces campeón de la Champions¿Alguna vez el Real Madrid, en su etapa de jugador, se llegó a cruzar en su camino para ficharle?
Sí, sí...
Muy categórico lo dice...
Porque fue una realidad. Estando en el Borussia (96-98) me hablaron de la posibilidad de ir al Real Madrid... y también al Barcelona, pero en ese momento el fútbol europeo estaba muy concentrado en Italia y yo tenía ganas de volver después de mi paso por la Juventus. Quién me convenció para que lo hiciera fue el 'fenómeno', Ronaldo. Él fue quien me llevó al Inter. Me convenció para jugar a su lado. Me decía que querían jugar más al fútbol con mis pases, hacer otro tipo de juego, que no fuera siempre correr a la espalda del adversario. No habíamos coincidido nunca. Solo me conocía como jugador. Me llamó primero el Inter y luego ya me llamó él. Yo estaba muy bien en el Dortmund, habíamos ganado la Champions, pero quería volver a ser protagonista donde el fútbol tenía todas las atenciones del mundo del fútbol...
Pero ni se pensó lo del Real Madrid...
La verdad es que me ilusionó tanto que me llamara Ronaldo y volver a Italia, que tampoco me paré a pensar en lo del Real Madrid. Tampoco conocía la morfología de entrenamiento que había en España y si yo, con mis primeros problemas físicos, me iba a adaptar a un juego que no conocía. Desgraciadamente descubrí el fútbol español ya al final de mi carrera, cuando llegué al Espanyol y entonces me di cuenta de que tenía que haber ido mucho antes a jugar a la Liga. Llegué muy tarde y con muchas lesiones encima. Aún así, la relación con Paco Flores, el entrenador, fue extraordinaria. A pesar de mi estado físico, tenía 31 años, me llegaron a ofrecer prolongar el contrato tres años con la posibilidad de continuar como director deportivo. Pero sentía que yo no podía dar más físicamente y mentalmente estaba demasiado cerrado como para dar lo que se merecía a un club que se estaba portando maravillosamente conmigo.
Terminamos con el presente. ¿Ahora, ya echa en falta el banquillo? En España decimos si ya tiene mono de entrenar...
Cuando el fútbol está en tus venas, lo que te gusta es estar dentro. Echo de menos estar con el jugador, analizarlo, trabajar con él a nivel personal y profesional. Mis ideas futbolísticas seguirán siendo las mismas cuando vuelva a entrenar. Ser protagonista del partido. El jugador siempre será lo más importante. Su crecimiento a nivel de inteligencia intelectual-táctico es lo más importante para mí. Desde la tenencia del balón es el único modo de hacer lo que queremos hacer. Sin balón las probabilidades de jugar como nosotros queremos, se reducen al mismo. Las ideas que cambian son las que corresponden a los objetivos, al contexto. Saber la plantilla que tienes y qué tienes que hacer para crecer. Tienes que convencer al jugador de lo que estás haciendo y que él se sienta identificado con lo que hace.
¿No le parece que se ha tenido que mover mucho tanto de jugador como de entrenador? Se me antoja muy joven ya para tener el carné cualificado de trotamundos.
Desde pequeñito mi vida me ha llevado a retos complejos. Siempre he tirado adelante. Ahora como entrenador dependemos más de los demás que de nosotros mismos, no era lo mismo de cuando era jugador. Siempre he pensado que debía ir a trabajar donde la vida me llevara. Lo más importantes siempre va a ser llegar al futbolista y futbolistas los hay en todos los equipos y todos los países. Como jugador cuidaba mucho las decisiones de jugar en un club o en otro. Lo importante era si yo estaba bien y si ellos estaban bien conmigo. Y si he cambiado tanto de club es porque las circunstancias me hacían tomar decisiones. Ahora quiero concentrarme en pensar que pueda llegar a un club en el que tenga una mayor continuidad, pero en el mundo del entrenador la continuidad es muy subjetiva. Depende de los resultados, de los demás. La mejor parte del fútbol es jugarlo.