UCRANIA

"El fútbol son 90 minutos de vacaciones para nuestros soldados"

Oleksandr Nazarenko, jugador del Dnipro-1 y promesa del fútbol ucraniano, cuenta a Relevo cómo es competir durante una guerra.

Nazarenko durante un partido de la Conference League./GETTY
Nazarenko durante un partido de la Conference League. GETTY
Jordi Cardero

Jordi Cardero

Ya hace un año que el cielo ucraniano cambió el azul por el gris de las bombas. Un día todo sigue su curso y al siguiente no sabes si habrá mañana. Doce meses atrás, Oleksandr Nazarenko (2000, Dnipropetrovsk) se levantó, como siempre, pensando en ir a entrenar con su equipo, el Dnipro-1. A las pocas horas estaba con su mujer cargando el coche para huir de la ciudad. No pudo. Ahora, cuenta a Relevo, intenta evadir a sus paisanos de la guerra durante un rato con el fútbol como vehículo.

La muerte sigue siendo uno de los temas tabú de nuestra sociedad, el elefante de nuestra habitación. En Ucrania, por su propia fuerza, la muerte se ha convertido en una especie de compañero invisible. Sobrevuela sus ciudades y aparece en forma de bombardeos. Nazarenko habla sobre ella con la frialdad de a quien le envuelve de forma rutinaria. "Hoy estás vivo; mañana, quién sabe", cuenta.

La liga de fútbol no se ha detenido. El Dnipro-1 está haciendo una temporada histórica. Lidera la Premier League ucraniana por delante de Shakhtar Donetsk o el Dynamo de Kiev. Hace algunos días, sin embargo, quedó eliminado de la Conference League a manos del AEK Larnaca de José Luis Oltra. "Nuestro objetivo es competir para ganar cada partido y terminar en la zona alta en liga", comenta Nazarenko. Pero nunca antes el fútbol había sido algo tan secundario.

La dificultad de concentrarse en el fútbol

"Es muy complicado concentrarse en el fútbol. Creo que todos los jugadores pueden decir lo mismo por la horrorosa guerra que sigue habiendo en nuestro país. No puedes hacer que tu cabeza se olvide. Incluso durante los entrenamientos y los partidos piensas en ello. En algunos momentos sí que puedes concentrarte en tu trabajo, pero cuando el árbitro pita el final del partido, todo regresa. Entonces llamo a mis familiares, leo las noticias… Es muy, muy duro", narra Nazarenko.

"El fútbol es como unas vacaciones para los soldados"

Oleksandr Nazarenko Futbolista del Dnipro-1

Pese a la guerra, el fútbol no se ha detenido. Algunos podrían verlo como un sinsentido. El joven atacante del Dnipro-1, no obstante, cree que el balón es necesario. "Creo que es muy bueno que el fútbol no se detenga. Tengo amigos en primera línea en estos momentos y siempre intentan ver nuestros partidos. También los del Shakhtar o los del Dynamo de Kiev. Siempre les ayuda a olvidarse de todo durante un rato. 90 minutos de fútbol son como unas vacaciones para ellos", comenta Nazarenko, habitual en el combinado sub-21 de su país.

Así saltó el Dnipro-1 a un partido de la Conference. AGENCIAS
Así saltó el Dnipro-1 a un partido de la Conference. AGENCIAS

Nazarenko tiene clara la importancia de los soldados ucranianos. "Gracias a nuestro ejército tenemos la oportunidad de jugar al fútbol, de hablar con vosotros", explica. Pensar en el más allá es algo más que una utopía: "Soy incapaz de hablar de futuro", revela. Sólo existe el aquí y el ahora.

Si bien la figura del entrenador, a veces etiquetado como gestor de vestuario, tiene tintes de paternalista, en un contexto bélico esa sensación aumenta. El técnico del equipo es Oleksandr Kucher, que pasó parte de su carrera como futbolista en el Shakhtar. "Siempre nos dice que tenemos que competir porque todos los ucranianos -los soldados, los primeros- ven nuestros partidos. Tenemos que ganar para hacer feliz a la gente. Nos recuerda que el fútbol es muy importante para el país ahora mismo", revela.

"Tenemos que ganar para hacer feliz a la gente"

Oleksandr Nazarenko Futbolista de la selección ucraniana Sub-21

El día que explotó la guerra, Nazarenko trató de escapar de Dnipro. Se vio obligado a quedarse, no habían lugares seguros en el país. "Caían bombas por todas parte, no había ningún lugar seguro", recuerda. Cuando sonaban las alarmas, se escondía en el parking. "Cuando lanzan bombas a 200 metros de tu casa es horrible, no sabes qué sucederá", relata el futbolista.

Durante el parón invernal, el Dnipro-1 se marchó a Turquía a hacer una mini pretemporada. Allí se vivía una falsa tranquilidad. El equipo estaba a salvo. La familia de todos ellos, no. Un par de semanas atrás, con el equipo a miles de kilómetros de su país, la ciudad de Dnipro fue bombardeada. Así lo relata Nazarenko.

Un bombardeo a miles de kilómetros de distancia

"Hace un mes una bomba destrozó una casa y mató a mucha gente. Yo vivo al lado. Estábamos entrenando en Turquía y me lo dijeron después del entrenamiento. No pude llamar a mi mujer para saber si estaba bien. Le pedí al cuerpo técnico que contactara con ella y no pude concentrarme más en entrenar. Sólo cuando nuestro utillero me dijo que mi familia estaba bien, pude pensar en entrenar. Mucha gente murió, mucha gente perdió sus casas. Es una catástrofe".

Nazarenko espera estar en la Eurocopa Sub-21 que se disputará el próximo verano. Forma parte de la generación de jóvenes promesas que no saben si habrá futuro para ellos. Dentro de unos meses, como país, tendrán la oportunidad de regalar sonrisas a sus compatriotas. Por lo menos, durante 90 minutos más. "Podemos jugar un buen fútbol como últimamente hemos hecho. Y así demostrarle al mundo que los ucranianos podemos ser guerreros. No solo en la guerra, también en el campo", cierra Nazarenko.