Cuando pasas del fútbol de élite a jugar contra periodistas: "Siempre escuchas eso de: 'Yo era mejor que este, pero no llegué'"

Levantarse de la cama como exfutbolista no tiene que ser fácil. Después toda una vida de disciplina, horarios cuadriculados, exigirle el máximo a tu cuerpo y a tu mente, debes despertar con un vacío muy grande. ¿Qué hago ahora? Quizás la pregunta más repetida entre exjugadores. Las respuestas son variadas y dependen mucho de la personalidad de cada uno. Algunos optan por disfrutar de la familia y del dinero ganado durante los años de su carrera, otros se ponen a estudiar, principalmente cursos de entrenador, de director deportivo y los más emprendedores, el de agente e intermediario de la RFEF.

Lo habitual es seguir ligado al mundo del fútbol de alguna manera. Representante, entrenador, director deportivo… hasta dueño de un club. Las posibilidades son ilimitadas. Una de las que todavía no se han mencionado en estas líneas es la de comentarista deportivo. Es, sin lugar a duda, la más sencilla de acceder tras el retiro. Si una cosa otorga llevar más de 20 años jugando en la élite, es autoridad para ser analista en un medio de comunicación.

Además, con la amplia oferta de medios de comunicación, se abren muchas vías de colaboración: radio, prensa escrita, televisión o medios digitales. Empezar en uno de ellos supone entrar en una rueda de la que muy pocos quieren salir. De la noche a la mañana, el que fuera protagonista se convierte en interlocutor del mensaje y, por consiguiente, en parte de un medio. Una vez en plantilla, ya existe la posibilidad de jugar en la Liga Press by Santander, o, como todo el mundo le llama, la Liga de Medios.

Esa liguilla donde 12 equipos plagados de periodistas compiten en fútbol 7 bajo el nombre del medio al que representan. El Chiringuito, Radio Marca, Movistar +, DAZN, El Desmarque… hay equipos de todos los formatos. "Me surgió la oportunidad de jugar porque un amigo está en Gol TV y me comentó la posibilidad, a mí lo de jugar al fútbol me sigue gustando. Físicamente no estoy como antes, pero intento mantenerme y todo lo que sea una pachanga en un ambiente en el que sea sano y no peligre tu integridad física, me gustó la idea", explica Emiliano Armenteros, con pasado en Rayo Vallecano y Sevilla, durante su entrevista en Relevo.

El argentino comentó varios partidos en el citado canal de televisión y se le ofreció la posibilidad. Ni lo dudó: "Es un ambiente bonito, me parece un ambiente sano. Una experiencia diferente y linda". Mediocentro de formación, extremo por necesidad de sus equipos, con 39 años disfruta como un niño de verse rodeado de periodistas. "Estoy apuntado en otros equipos de otras ligas y ahí sí se dan partidos donde parece que la gente se va a hacer daño. En el caso de la Liga de Medios, los periodistas se conocen todos. Creo que es un poco más sano, siempre hay algún roce, pero no veo que se vaya con maldad", confiesa al ser preguntado sobre la intensidad de estos partidos.

Para Armenteros, la mala sangre queda fuera de la ecuación, aunque no es extraño ver partidos de esta liga acabar con alguna tángana o rifirrafe. El único lugar en el que se retransmiten los encuentros es en El Chiringuito. El programa de Mega, en un alarde de acercar su redacción al público del programa, habilita un directo en sus diversas redes sociales para ver su partido de cada jornada en la Liga de Medios. Su equipo es, con diferencia, el más profesional: entrenador, narrador propio, varias cámaras y uniformes prepartido.

Desde fuera, resulta curioso como en un campo de fútbol 7 convergen deportistas que han sumado 20 años de carrera en la élite, con plumillas que no dan pie con bola. Resulta que no es tan así, el nivel de los periodistas no se aleja tanto de los exfutbolistas. "Sobre el nivel, hay de todo. La clasificación te lo marca. Hay equipos que no han sumado ningún punto y los ves perdiendo 8-0 y se siguen riendo. Después hay otros que van mucho más preparados, hasta dicen que entrenan entre semana para jugar mejor", desarrolla Armenteros.

Eso sí, baja las expectativas que se ponen sobre los que pisaron la élite. "Tuve la suerte de haber llegado a jugar de manera profesional, pero hoy en día en un campo de fútbol 7 no dejamos de ser iguales a los periodistas", reconoce. Y rescata de su libro de anécdotas: "En la Liga hay gente de todos los niveles. Siempre escuchas la historia esa de: 'Yo era mejor que este, pero no llegué'".

Entre plumillas se encuentra cómodo Armenteros, que no considera que vayan más fuerte contra él por haber sido futbolista de LaLiga. "A veces sí que parece que tengan una motivación extra, como pasa en el fútbol profesional cuando te enfrentas al Real Madrid o Barcelona", reconoce. Puede que exista ese gusanillo entre los periodistas, pero en otras liguillas esa motivación se materializa en algo peor: "En otras ligas sí que he notado que te van a provocar o te van muy fuerte al choque, pero en la Liga de Medios no".

La clasificación actual corona a Radio Marca como el medio puntero dentro de LaLiga. Julien Escudé, exsevillista tiene gran parte de culpa, pero son varios los equipos que cuentan con exjugadores. El Desmarque tiene entre sus filas a David Barral. DAZN cuenta con Eneko Fernández, entre otros. Aunque han tenido sus pinitos, El Chiringuito, no suele echar mano de exjugadores.

Esta temporada alguna vez han jugado con Jesús Capitán 'Capi', o el propio Paco Buyo en portería, pero las excepciones son contadas. Eso sí, no escatiman en marcar la diferencia a la hora de los partidos. "Tienen entrenador, van todos con el mismo chándal, llevan a Matías Palacios, narrador mítico y varias cámaras. Eso sorprende mucho", confiesa Armenteros, que jugó más de una década en Primera.

Con tanta parafernalia, siempre genera interés disputar un encuentro contra ellos, sobre todo, porque después uno puede ver cómo lo ha hecho en la retransmisión que emite la cadena. "Puede ser que algún equipo juegue más fuerte contra ellos", opina Armenteros. En toda la liga se celebra el despliegue que hace cada semana el programa de Josep Pedrerol. Da visibilidad y una motivación extra a la competición.