ENTREVISTA

Gabi Milito: "¿Entrenar al Zaragoza o en Arabia? Si puedo elegir, prefiero hacer lo que siento"

El entrenador argentino habla con Relevo de su presente como entrenador y recuerda su paso por España: Messi, Riijkard, el 6-1 y 4-0 del Zaragoza-Real Madrid...

Gabriel Milito, en su etapa como entrenador del Estudiantes. /Getty
Gabriel Milito, en su etapa como entrenador del Estudiantes. Getty
Lorena González

Lorena González

Buenos Aires.- Gabriel Milito ( 07/09/1980, Buenos Aires, Argentina) recibe a Relevo en su ciudad natal, mate en mano y con la calma que le están dando estos meses sin dirigir. Lo ha hecho en Independiente, Estudiantes de La Plata, O'Higgins y, hasta septiembre, en Argentinos Juniors, cuando renunció por desgaste. Con inevitables miras hacia los banquillos de España, por amor y experiencia tras sus ocho años entre el Zaragoza y el Barça, se mantiene en sus ideas sin alejarse de lo que aprendió con Rijkaard, en aquel equipo donde acompañó a Messi en sus primeros tiempos. Ya por entonces, Gabi sabía que iba a ser el mejor de la historia, y cuenta en esta entrevista cuál cree que fue el punto de inflexión para que Argentina saliera campeona del mundo. La confianza ciega también la tiene en el actual entrenador del Barça: "No hay culé que tenga más ganas de ganar que él".

Nos vimos la última vez hace casi cinco años. ¿Ha cambiado mucho desde entonces?

Creo que sí. El paso del tiempo te mejora si tienes la intención. He estado tres años en Argentinos Juniors y mejoramos. Conceptualmente sigo sintiendo lo mismo, aunque sí busqué cambiar desde lo estratégico. Pero intentar tener el dominio del juego con la pelota, si la tiene el rival presionar mucho para recuperarlo, el inicio desde el arquero, etc... lo mantengo, pero antes era muy fundamentalista en eso. En lo teórico sí, pero hay situaciones en las que ante una presión del rival, por ejemplo, podemos jugar en corto para salir en largo, traer al rival más a nuestro arco para tener más espacio para atacar... Empecé a jugar con tres centrales fijos y todas sus variantes. Sigo teniendo la misma esencia, eso sí. Si nos enfrentamos a un rival con un sistema parecido al nuestro, en Argentinos a veces nos jugaban por 5-4-1 y le dimos vuelta en muchas ocasiones. Nuestra mejor manera para enfrentar eso era 3-3-1-3, por ejemplo. Al menos así contra equipos que se cierran bien atrás, por dentro y por fuera, sin espacios.

Milito, sobre su relación con Messi.

Hay un relato que coincide entre los entrenadores, al final todos quieren jugar bien, ¿no?

Bueno… Jugar bien es saber qué toca según el momento, tiene que ver con la interpretación. No siempre te puedes quedar con el plan inicial porque el rival te lo puede cambiar. Al jugador le puedes pedir cosas, sé cómo quieren jugar mis equipos porque un jugador de Primera división puede controlar y pasar en el inicio del juego. Es una cuestión de proponérselo y animarle a ello. Que haya un porqué también. A veces se cae en eso de que tengo que contar con jugadores muy buenos técnicamente para poder hacerlo, y para mí es más una cuestión conceptual. Es importante que interpreten, por eso quiero jugadores inteligentes.

¿Los futbolistas suelen ser inteligentes?

Hay muchos que sí. Busquets, Xavi, Iniesta, Leo Messi… Riquelme era impresionante. Era innato, sin tener que explicarles. Hay cosas que traen en su sentir que te ayuda a que lo que te explican, sea más natural.

¿Hay que ser valiente para ser defensa en el Barça?

Para jugar al fútbol hay que serlo. Y muy valiente para hacerlo en el Barça. Porque te atacan poco, generalmente dominas, pero tienes que defender muy lejos de tu portería. A mí esto me gustaba mucho porque es un problema cuando el equipo no presiona o no está organizado con esa estructura alta. Para que eso suceda y tú no sufrir, necesitas la colaboración de tus compañeros, que inicien la presión también ellos. Si dominas y estás organizado, yo lo disfruto. Intento que mis equipos jueguen a eso y en términos generales lo hemos conseguido, no me importa el resultado. Si te domina el rival, debes saber jugar con las líneas un poco más atrás, dejarle menos espacio para esa pelota profunda. También cuando tienes mucho la pelota el porcentaje de pérdida aumenta, hay que tener mucho cuidado cómo te colocas. Si tienes la pelota, tienes más opciones de atacar, al fin y al cabo.

¿Cree que los problemas actuales del Barça son sobre todo defensivos?

No pasa por una cuestión defensiva, en los últimos partidos ha generado muchas ocasiones de gol, como contra el Girona. Le metieron cuatro, pero cuando te hacen tantos goles no es un tema del portero y los defensas únicamente, sino de una estructura, hablo en general. Hay que insistir a los delanteros para la presión, volver, etc. Esas cosas no se analizan tan en profundidad. Los entrenadores sí, pero el público echa la culpa a los defensas. Hay que ir al origen de esa acción.

¿Qué defensas le gustan más en la actualidad?

El Cuti Romero me gusta muchísimo, Van Dijk... Del Barça me encanta Araujo, tanto de central como de lateral, aunque tiene más vocación de central. Se impuso a Vinicius, ese duelo fue clave en esa modificación que hizo Xavi, con el que hablé mucho el año pasado cuando fui a Barcelona, con Laporta; estuve en el último partido de Piqué. Xavi es un señor entrenador, confío mucho en sus condiciones porque la inteligencia que tenía jugando, la mantiene en el banquillo. En Barcelona hubo una época dorada, después un año regular, con Luis Enrique volvió el subidón y todo eso era algo extraordinario, así que la vara está muy alta para el resto de los entrenadores. No hay ningún culé que quiera ganar más que Xavi, le conozco muy bien. Pero no es tan fácil.

"Mi viejo me decía que no había nacido nadie mejor que Maradona. Yo le dije que Messi iba a hacer el mejor de la historia"

Gabi Milito

¿Qué percibió cuando coincidió con Leo Messi por primera vez?

Lo conocía del año 2005, cuando yo estaba en la Absoluta y él en la Sub-20, que salió campeón del mundo. Al año siguiente, vino al Mundial con la mayor. Ahí ya jugaba en el Barcelona. Al volver, recuerdo que le dije a mi papá: "Este chico va a ser lo más grande de la historia, nunca vi nada igual. Es habilidoso, es fuerte, te choca, va al choque, no tiene miedo, le dan patadas…". A nosotros nos daba un baile infernal en los entrenamientos. Mi viejo tenía aquella emoción por Maradona del 86, que había dejado algo imborrable, así que me respondió: "Todavía no ha nacido alguien mejor que Maradona". Yo le aseguré que lo iba a ver. A medida que pasa el tiempo el fútbol es más complejo en cuanto a ritmo, estudio de los rivales, cuestión física… y él lo está haciendo. Para mí es inigualable.

¿Rijkaard le pedía que 'cuidara' de Leo?

Frank era un señor como persona y entrenador, fue pedido por él mi fichaje. Me dio toda la confianza, me abrió las puertas de ese equipazo, seré un eterno agradecido. Pero no me pidió eso porque Leo ya se cuidaba solo, era joven pero grande a la vez. Lo que pasa es que estábamos juntos todo el día. De ahí nace nuestra amistad, aunque pasen diez años sin vernos parece que no pasó el tiempo. Nuestra relación no se modificó en nada; cuando hay una amistad fuerte, no pasa por verte cada día, y yo no soy de hablar por teléfono. Y Leo menos. Yo lo ayudaba en todo lo que podía porque lo quiero mucho pero siempre tuvo todo claro ya de joven, vivió siempre para el fútbol, no se distraía en nada, sabía que tenía todo para ser el mejor, aunque por su perfil no lo decía. En el cuidado personal, descanso, hacía de todo. Su pasión por el fútbol le hizo que nunca se desenfocara. No había mucho que decirle, nunca fue un chico rebelde. Como mucho algún día que el partido no venía bien, y tenía bronca, le decía que tranquilo.

Messi, junto a Milito, en un entrenamiento con el Barça.
Messi, junto a Milito, en un entrenamiento con el Barça.

¿Qué se le podía decir a Leo?

Hay una anécdota que no conté nunca. Jugábamos la semifinal de Champions del 2010, con la conferencia de Mourinho y de Pep, la rivalidad Cristiano-Messi… Había mucha presión. El Madrid nos había ganado la final de la Copa del Rey y a la semana teníamos ese partido de ida. Di María a contragolpe nos había causado problemas, Pep ese día le dijo a Alves que no debía atacar tanto y controlar más a Di María. "Si ellos no vienen, no nos apuremos a ir, esperemos que vengan", nos comentó. Queríamos ir, pero sin entrar en una trampa, así que en todo el partido no pasaba nada. En el descanso, Leo había tocado muy pocas pelotas y en la escalera del Bernabéu le dije que tranquilo, que esperase su momento, "porque si hay alguien que puede ganar el partido en una sola acción, sos vos. Tenés que estar listo para ese momento". Ese día hizo dos goles. Todo lo que sucedió después con el Barça y con la selección, él lo tenía claro. Lo hablamos, me decía que íbamos a ganar tantas Champions y que con Argentina íbamos a ser campeones del mundo, me lo dijo en 2008 ya.

¿Usted cuando creyó que podíais ganar el pasado Mundial?

Visualizarlo es muy diferente, pero me empecé a entusiasmar después de la Copa América. Eran jugadores que habían perdido finales y fue un alivio para Leo, Di María, Otamendi, etc. El momento más jodido para mí fue contra México, empatábamos 0-0, no nos dejaban espacios, hasta que Leo encontró ese pase por dentro y marcó. Después de eso, vi que ese equipo ya iba, el partido bisagra fue ese. El país necesitaba festejar un Mundial.

Gabi Milito, sobre el cambio en Argentina.

¿Cuál fue el factor principal que se dio para que Argentina ganase el Mundial?

Se hizo muy bien la renovación con el manejo de Scaloni, tan bien rodeado con Aimar, Ayala, Samuel, etc. Gente con mucha experiencia que comprendía perfectamente al futbolista y a la persona. El 'Dibu' no había jugado hasta que lo llamó Scaloni, lo mismo con el Cuti, Enzo, Julián Álvarez, Enzo, Paredes, Mac Allister… Y esos chicos estaban jugando con su ídolo, no hay manera de que no des todo cuando te ves jugando con él. Para mí esa fue la clave.

¿Le faltaba amor a Messi para ser campeón del mundo?

Todos necesitamos de ese cariño, llegó a renunciar a la selección y el país entero le dio el amor que precisaba. Ahí empezó Leo a saber del amor del hincha argentino por él, que lo recibía en todo el mundo menos aquí. A partir de ahí todo cambió, fue un antes y un después.

¿Qué pasó entre Messi y usted en aquel partido ante el Arsenal?

Jugábamos los cuartos de Champions, la vuelta en el Camp Nou, una contra, y nos meten el gol con fallo mío. Desde el mediocampo, Leo me dijo: "Tranquilo, lo gano yo". El primer tiempo terminó 3-1 con tres goles suyos. Y luego metió el cuarto. "Ahí tenés, te lo dije". Los futbolistas que más seguridad me dieron en una cancha fueron Messi y Riquelme.

¿Cómo llevó las lesiones de rodilla que sufrió?

El último proceso fue difícil porque me operaron y la rehabilitación se empezó a complicar, hacía todo y más para recuperarme. Había muchos altibajos, un día mejoras y otro empeoras y eso fue una constante durante mucho tiempo. Estuve en las mejores manos con el doctor Cugat, el club me dio un respaldo único, con un grupo irrepetible de jugadores, siempre estuvieron ahí, como Leo, Piqué, Bojan, Busquets… Nos llevábamos muy bien. Yo sabía que no podía entregarme, había dudas de si iba a poder volver, pero a mí no me podían entrar esas dudas.

Es raro ver a un entrenador en Argentina al que se renueva hasta 2027 y luego renuncie. ¿Por qué lo hizo recientemente en Argentinos Juniors?

Los contratos son por el tiempo que sean, pero no me ato tanto a eso. En ese momento le dije al presidente que ojalá aguantásemos todo ese tiempo juntos, pero para eso tienen que pasar muchas cosas. Me comprometo al máximo, fueron tres años, con Copa Libertadores, mucha exigencia, y me llevó a un desgaste que me hizo sentir 'hasta acá', que el equipo me había dado todo y yo a ellos. Le dije que estaba cansado, que los chicos necesitaban un entrenador con un poco más de energía. Me dejo llevar por lo que siento.

Gaby Milito, en su presentación con el Zaragoza.
Gaby Milito, en su presentación con el Zaragoza.

¿A Boca le dijo que no?

Con Boca nunca hablé.

¿Y qué le gustaría a partir de ahora?

Estar en un proyecto con gente que sintonice mucho con mi sentir, con ideales, que tenga claro cuál es el rumbo y coincida con el mío.

¿Le gustaría especialmente España?

España es un desafío para mí, sí. Soy un luchador e intento conseguir todos mis objetivos, jugué allí ocho años.

Milito, sobre las semifinales del Zaragoza ante el Madrid.

¿Asumiría el Zaragoza aunque esté en Segunda?

Es un club muy especial para mí, me abrió las puertas cuando el Madrid me dijo que no en la revisión médica, ahí nació mi primer hijo, gané mis primeros dos títulos… Jugamos la final de Copa, en semis habíamos eliminado al Madrid con el 6-1 en casa y 4-0 en el Bernabéu que nunca en mi vida la pasé tan mal en un partido.

¿Por qué?

Porque parecía que ya estábamos en la final, la ciudad era una fiesta. Mi hermano Diego había hecho cuatro goles, casi les hacemos siete, pero Iker sale de La Romareda diciendo "Tenemos que apelar al espíritu de Juanito". Fuimos a un Bernabéu explotado de gente, iban 13 minutos y perdíamos 3-0. No sé cómo hicimos y aguantamos el primer tiempo. En la segunda parte, Álvaro y yo teníamos amarillas y nos podíamos perder la final, así que estábamos un poco condicionados. Llega el gol de Roberto Carlos. Me acerqué al árbitro y le dije que nos íbamos a portar bien, pero que supiera que estábamos a una amarilla. Le miré a Álvaro y le dije que daba igual si no jugábamos la final, que lo importante era que el Zaragoza la jugara. Terminamos festejando una derrota de 4-0. Luego perdimos la final en el Bernabéu ante el Espanyol. Mi hermano Diego tenía ese recuerdo. Hasta que en 2010 marcó dos goles, en el mismo sitio, en aquella final de Champions entre Inter y Bayern.

Milito, en aquel partido de vuelta de semifinales de Copa en el Bernabéu.
Milito, en aquel partido de vuelta de semifinales de Copa en el Bernabéu.

¿El Madrid fue entonces el equipo que presentaba mayor capacidad arrolladora?

No, como el Barça que me tocó no había. Era el fútbol total, lo que yo disfruté allí y aprendí fue enorme, importaba el grupo y aprendí valores que hoy me dicen que ese es el camino. Aquel Barça fue el mejor equipo que he visto jamás.

Hablando de valores. Si ahora le viene el Zaragoza por un lado y Arabia con 15 millones de euros, ¿por cuál se decantaría?

No, yo me dejo llevar por lo que siento. Si lo de Zaragoza es algo serio, potable y que me gusta, lo elegiría. El dinero es importante, no está mal, pero déjame que, si puedo elegir, hacer lo que siento.

¿Y si ahora sólo tuviera una oferta millonaria de Arabia?

Averiguaría muy bien de qué se trata. Ahora es una época en Sudamérica de muchos cambios de entrenadores, y nos reunimos con un montón de clubes, pero siento que todavía debemos esperar a algo que me movilice. Y eso no es el dinero.