SUPERLIGA

Golpe de gracia a la Superliga: el Madrid, contra el Barça; problemas en la Juve...

El club blanco se personará como acusación particular en el 'caso Negreira', algo que complica su vínculo con uno de sus socios para implantar la nueva competición europea.

Florentino y Laporta, unidos por la Superliga./AFP
Florentino y Laporta, unidos por la Superliga. AFP
Equipo Relevo

Equipo Relevo

Aquella imprevista tormenta llamada Superliga puso en jaque el fútbol mundial en cuestión de horas. Sin embargo, días después, las presiones de UEFA, FIFA, aficionados o incluso los propios gobiernos hicieron a nueve de los doce clubes fundadores echarse atrás. Todos menos Real Madrid, Barcelona y Juventus, que años después continuaban liderando el proyecto y sus diferentes variaciones para garantizar su viabilidad y transformar el tradicional modelo de competiciones continentales. Hasta ahora. El anuncio de la directiva blanca de que se personarán como acusación particular en el 'caso Negreira' pone, de nuevo, en jaque a una competición avocada al desastre. Los problemas de la Juventus tampoco ayudan.

Hasta ahora, Real Madrid y Barcelona habían dejado de lado su evidente rivalidad deportiva fuera de los terrenos de juego. Ambos clubes iban de la mano en lo institucional, desde su batalla con LaLiga por CVC hasta el tema Superliga. La postura de Florentino y Joan Laporta se ha mantenido firme en pos de una revolución en el fútbol que les dé más ingresos e incentive el consumo de los más jóvenes. Junto a ellos, la Juventus representaba el espíritu de resistencia. Los italianos siguen al frente del barco, pero la dimisión de Andrea Agnelli y toda su Junta Directiva por el caso Prisma (presunta falsedad contable) no hizo más que aumentar la incertidumbresobre el proyecto que lideraban.

La 'Vecchia Signora' no ha desaparecido de las bases de la Superliga, ni tampoco el Barcelona. Pero el Real Madrid se ha quedado virtualmente solo. La entidad presidida por Florentino Pérez es la única de los tres socios que no se ha visto inmersa en un escándalo en los últimos meses. Y, de hecho, se ha visto obligada a posicionarse abiertamente en torno al conflicto del Barcelona.

La postura pública del Real Madrid tardó en llegar. Tanto que incluso se especuló con la posibilidad de que el acuerdo por la Superliga fuera el motivo por el que los blancos no condenaban públicamente los pagos del Barcelona a Enríquez Negreira, vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros, durante más de una década. Emilio Butragueño, como director de relaciones institucionales, fue el primero en dar la versión oficial del club: "Para el Real Madrid hay que respetar los tiempos de la justicia. Debemos esperar a que concluyan las investigaciones de la Fiscalía".

El Madrid incluso frenó el intento del Atlético de Madrid de emitir un comunicado conjunto junto a los 42 clubes del fútbol profesional español pidiendo que el 'caso Negreira' se investigase a fondo. Solo el propio Madrid junto al Barcelona se negaron a participar. Pero una vez la Fiscalía presentó la correspondiente denuncia por falsedad en documento mercantil, administración desleal y corrupción en los negocios en modalidad de fraude deportivo, el club anunció la convocatoria de una Junta Directiva de carácter urgente para adoptar postura.

La Superliga defendió su viabilidad el pasado mes de diciembre.EFE

Dicho y hecho, el Madrid ha anunciado en la matinal de este domingo 12 de marzo que se personará como acusación particular en el 'caso Negreira', algo que no parece especialmente compatible con el proyecto de la Superliga, más teniendo en cuenta que sus símbolos de resistencia son tan solo tres clubes. Eso sí, el club no ha mencionado que su relación con el Barcelona haya cambiado tras las informaciones publicadas. Es decir, no ha roto el vínculo, aunque este, como es evidente, no se encuentra en el mismo punto de hace semanas.

Cambios

El pasado mes de febrero, A22, empresa que defiende los intereses de la Superliga, publicó los diez principios que desde entonces regirían la competición: estaría compuesta por de 60 a 80 equipos, con diferentes divisiones, ascensos, descensos, 14 partidos asegurados por club... Desde luego, ideas diametralmente opuestas al formato cerrado que se planteó inicialmente y que desató cientos de comentarios como el ya famoso "el fútbol es de los aficionados".

Incluso A22 destacó la importancia de las ligas domésticas: "Los clubes participantes deberían seguir comprometidos con sus competiciones y torneos nacionales, tal y como hacen en la actualidad". Así pues, se posicionaba como una liga basada en la meritocracia, donde los equipos logran la clasificación en función de sus méritos deportivos y no de un contrato.

Aun así, mantienen la postura beligerante con respecto a UEFA: "Las competiciones europeas de clubes deberían estar gobernadas por los clubes, tal como ocurre en el ámbito nacional, y no por terceros que se benefician del sistema sin asumir ningún riesgo".

La evolución tanto en relato como en formato daba alas a una viabilidad futura, si bien ninguno de los principales actores del deporte rey había cambiado su postura en torno a lo que la Superliga significaba para el mundo del fútbol. Ese progreso, no obstante, invitaba a pensar en un nuevo plan para garantizar su implantación. Un plan que ahora tiene fisuras, quizás incluso más profundas que anteriormente: la dimisión de Agnelli, el 'caso Negreira'...