Gustavo Poyet y el chat de campeones de la Recopa: "Seguimos en contacto, ¡celebramos el 10 de mayo, es nuestro cumpleaños!"
La leyenda del Real Zaragoza tiene clarísimo su retorno al club: "Se va a dar, claro que se va a dar, soy joven, tranquilo".

Gustavo Poyet (Montevideo, 1967), más allá de lo que diga su documento de identidad, es tan maño como el que más. Llegó al Real Zaragoza en 1990 y se convirtió en un referente para el club durante las siete temporadas que pasó allí. Un equipazo, el mejor recuerdo reciente de la historia del equipo, una Recopa histórica con un gol increíble de Nayim y mucho más... Y no sólo en Aragón, todos los boomers que lo lean se acordarán: firmó por el Chelsea en una época en la que no era tan habitual que la Premier pescase en nuestra liga. Y ocurrió un poco lo que le pasa a Doncic (salvando las distancias, con perdón de los puristas): en España se sentían como nuestros sus goles, sus triunfos, se celebraba el hecho de que destacase como si fuera lo que en realidad siempre fue, uno de los nuestros.
Y le iba bien: Chelsea y Tottenham le dieron para otras siete temporadas al máximo nivel, antes de convertirse en entrenador, también en Inglaterra, Grecia, un breve paso de poco más de dos meses por el Betis, China, Chile... y ahora como el seleccionador griego. Pero siempre ha estado sobrevolando la idea de su regreso a Zaragoza. ¿Por qué no ha ocurrido nunca, si parecía un movimiento obvio?
"¡Por supuesto!", responde él a Relevo con una sonrisa de oreja a oreja. "Por favor. Se va a dar. La gente se piensa que yo quiero ir o no sé qué, pero es mentira. Siempre que hemos tenido el mínimo contacto eran momentos en los que yo estaba trabajando y que ellos estaban muy mal. No coincidían los momentos. ¿Pero partiendo de cero? Se va a dar. Claro que se va a dar. No hay problema, soy joven, se va a dar. Tranquilo", zanja la leyenda maña sin el más mínimo titubeo.
Forma parte de una alineación para la historia. Cedrún; Belsué, Cáceres, Aguado, Solana; Aragón, Nayim (¡NAYIM!), Poyet, Higuera, Pardeza y Esnaider. Qué equipazo. Llegaron a la final de la Recopa contra el Arsenal de Seaman, Adams, Ian Wright... y ganaron. Increíble. Con un gol desde su casa de Nayim justo cuando estaba a punto de terminar la prórroga. Un subidón para el que, la verdad, no estábamos preparados a aquellas alturas de partido. Fue en la temporada 1994-95, pero esa fiesta todavía no ha terminado.
"Nosotros, los afortunados que estuvimos en el 95 en el Zaragoza cuando ganamos la Recopa con ese gol de Nayim, inolvidable, único... irrepetible: tenemos un grupo de whatsapp. Todos. Lo creó el que hoy es delegado del club, Alberto Belsué, aunque un poquito García Sanjuán también (capaz que ahora se vayan a enojar... [risas]). Estamos en contacto continuamente, cuando alguien está trabajando y gana un partido lo felicitamos, los cumpleaños, las celebraciones...", recuerda Poyet.
"El 10 de mayo es nuestro cumpleaños. Es cuando ganamos la Recopa. Nos hemos juntado cuatro o cinco veces, en distintas celebraciones, pero todos no. Es imposible: siempre hay alguien viajando o muy lejos. Pero lo estamos intentando. De hecho es que cuando decidimos que era buena época por los 25 años... ¡pandemia! En todo el medio. Pero se va a dar. Se va dar seguro, incluso con las familias porque ya ni nos conocemos: te pones más gordo, la barba, pierdes el pelo... sería hermoso poder juntarnos todos", añade el carismático exjugador blanquillo.
Un gol que lo cambió todo
Su impacto también fue relevante en Standford Bridge, después, pero él no tiene ninguna duda a la hora de aclarar dónde está su corazón: "Nada. Claro. Mi equipo en España es el Zaragoza, claro. Olvidate. No hay negocio ahí. Además: un comentario para la gente, hasta el 95 tú ibas a un colegio en Zaragoza y había 20 chicos jugando al fútbol. De ellos, 16 tenían camisetas repartidos 8 del Madrid y 8 del Barcelona y 3-4 del Zaragoza. A partir de ese año, ya había 10-12 del Zaragoza y eso para nosotros fue un gran cambio. Cambió la afición, que en el caso del Zaragoza siempre fue un poquito mayor y, a raíz de ese grupo, vino mucha juventud, muchos niños, mucha familia... Es decir: yo al Zaragoza lo tengo acá en el corazón".
No es postureo. Él también sabe el recuerdo que dejó aquí y no se ahorra ni un halago. Fue una época inolvidable de su vida: "Es que fueron muchos años allí. Siete años, mis chicos nacieron los dos en en Zaragoza, son maños, yo juré la bandera allí en Zaragoza como aragonés, así que bueno, eso está para siempre. Lo que pasa es que el fútbol te lleva a otros lados pero siempre que tengo tiempo y siempre que puedo, vuelvo a Zaragoza".
No parece fácil apostar, esta temporada, por un ascenso del Real Zaragoza que desde su descenso en 2013 se ha asomado tímidamente a Primera, siempre sin suerte. Pero ahí queda la promesa de una de sus leyendas: "Se va a dar". Palabra de Gustavo Poyet.