FÚTBOL

Los 'palabros' del fútbol moderno provocan un dilema a los narradores de televisión: "Me hablaban de desmarques en dientes de sierra…"

Narradores y comentaristas reflexionan sobre cómo el argot técnico ha impregnado el lenguaje del fútbol y su modo de enfocar las transmisiones en TV para hacerlo entendible.

Marcos López, Isabel Forner, Iker Casillas, Carlos Martínez y Axel Torres, en la previa de un encuentro de LaLiga. /
Marcos López, Isabel Forner, Iker Casillas, Carlos Martínez y Axel Torres, en la previa de un encuentro de LaLiga.
Mario Ornat

Mario Ornat

Si usted mira partidos de fútbol en televisión, habrá escuchado términos y frases de este tipo: los jugadores saltan líneas, los equipos se hacen largos o estrechos, los laterales juegan altos, el ataque ahora se llama fase ofensiva y cuando un equipo defiende está en fase defensiva... Términos que describen el juego de un modo distinto al tradicional o se refieren a conceptos avanzados y modernos del fútbol. Todos parecen salidos del laboratorio de un entrenador. Y es así, de manera casi literal. Si la influencia de los técnicos en el desarrollo del juego lleva años siendo preeminente, ahora también se ha trasladado al modo en que se cuenta el fútbol en los medios y, sobre todo, en la televisión. Aquí y allá se oyen invocaciones a la presión tras pérdida. 

Ya nadie se encierra atrás ni pone el autobús: ahora se posiciona en bloque medio o bloque bajo. Cuando los extremos juegan muy abiertos, es que están ocupando la amplitud. Las líneas se ordenan en alturas, los jugadores buscan espacios intermedios e intervalos y a los que actúan por los costados se les llama los bandas... El verbo por antonomasia del fútbol de hoy es éste: generar. Seguido de cerca por transitar y someter.

El cambio tal vez revela la inevitable tendencia mecanicista del juego, su tecnificación. Verbos orgánicos como construir o elaborar parecen referirse a un esfuerzo primordial ya superado. Casi demasiado humano, entiéndase la broma. Pero, en verdad, generar suena como si el fútbol resultase la obra colectiva de un organismo de inteligencia elevada, no de personas que corren, sudan y farfullan. Como si en lugar del tráfago físico, resoplidos y gritos, el juego fluyese enmarcado en un tenue zumbido, atmosférico y relajante como el ruido blanco que se usa ahora para dormir…

El fútbol evoluciona y también la forma de contarlo. En las televisiones, como en el resto de medios, conviven comentaristas de bagaje y enfoque muy distinto, pero todo el mundo está de acuerdo en que la visión más pegada al lenguaje de los entrenadores ha ganado relevancia. Cada vez más los futbolistas reproducen el lenguaje interno de las charlas técnicas en sus intervenciones públicas. Ha crecido el número de periodistas que adoptan esa perspectiva también en sus contenidos y opiniones. Incluso se está haciendo común que tengan formación específica como entrenadores. Así que el lenguaje para iniciados de las escuelas de técnicos se va convirtiendo en una especie de lengua franca que cada vez tiene más usuarios.

Esta convergencia tal vez la sintetiza Lluís Carreras, ex futbolista, entrenador y director deportiva, cuando reflexiona sobre sus intervenciones como comentarista de LaLigaTV: "La nomenclatura evoluciona y esa misma nomenclatura que uso en la televisión es la que yo elegiría si tuviera que dar una charla a mi equipo en un vestuario: adaptarme de una cosa a otra no me ha resultado complicado, tal vez porque hay pocas cosas más difíciles que hablar en un vestuario frente a 25 personas que te fiscalizan y te juzgan porque sólo pueden jugar once", explica Carreras. La abstracción necesaria para enfrentar a ambas audiencias -la de una plantilla frente a frente y la que se oculta al otro lado de la pantalla- vendría a ser muy parecida. Eso sí, hay que añadirle muchos matices.

"Usar demasiados palabros me parece un completo error, porque te aleja del espectador. Nuestro objetivo es descifrar el juego y explicar por qué gana el equipo que gana y por qué pierde el otro"

Marcos López Comunicador y analista

Marcos López tal vez fuera uno de los primeros profesionales en abrir camino en esta dirección del comentario con elevada carga de conocimiento técnico, cuando hacia 2008 empezó a participar en las transmisiones primero en COPE, después en TVE y, de ahí en adelante, en diversas cadenas: la RTPA asturiana, La Sexta, Antena 3 y diferentes canales de Movistar+. Su opinión suena rotunda: "Para mí el uso de todos esos términos es un completo error: alejan el fútbol de la gente", asegura el comunicador, quien sin embargo reconoce haber variado su forma de enfocar sus comentarios con la experiencia de los años: "En algún momento me di cuenta de que tenía tendencia a hablar para entrenadores... y quienes nos están escuchando son espectadores. El Marcos de 2008 usaba esos palabros, el bloque bajo, laterales altos, segunda unidad, etc. -confiesa ahora-. Sabía que ese tono se valoraba, pero me di cuenta de que era demasiado técnico y se perdía el Marcos persona. Ahora sigo el camino inverso: intento simplificar muchísimo. Apuesto por la agilidad, el dinamismo y la frescura".

Rubén Martín, narrador de COPE y de DAZN, considera esta especialización del lenguaje futbolístico como algo lógico y deseable: "Creo que durante mucho tiempo ha habido un déficit de lenguaje técnico", opina el periodista, quien además se formó como entrenador: "Me fui sacando todos los títulos hasta el nivel UEFA A, y el Pro lo dejé porque tenía que hacer prácticas un año en un equipo y para mí era imposible".

Desde su propia experiencia defiende que la formación permite al profesional aportar un valor adicional a su trabajo: "El periodismo deportivo necesitaba una cierta especialización. Ahora el lenguaje se ha vuelto más técnico, como ocurre en otros campos de la información, el bursátil, el económico, etc. Y me parece bueno". Eso sí, remarca la necesidad de equilibrar el conocimiento y la divulgación: "La virtud está en el término medio: a veces se utiliza lenguaje técnico como una demostración de conocimiento. Pero puedes aprenderte tres conceptos y soltarlos, aunque a lo mejor no termines de entender lo que estás diciendo", advierte Rubén Martín.

Su paso por los diferentes cursos de entrenadores le permitió poner un pie a cada lado de la línea y comprobar la distancia: "Me hablaban de desmarques en dientes de sierra, de oscurecer la marca… cosas así. Y yo les decía: hay que buscar otra forma de decir eso para que el público lo comprenda. Porque puedes tener un conocimiento de lo que significa cada concepto, pero después hay que explicárselo a la gente que te escucha". La cuestión clave, coinciden todos los entrevistados, radica en aportar conocimiento sin perder de vista el objetivo esencial: hacerse comprensible para el espectador medio. "Hay que distinguir el término del conocimiento: el término se puede usar sin saber ni lo que significa. Nuestra misión como comentaristas es descifrar para el espectador lo que ocurre en el campo", sintetiza Marcos López.

"Mi principal misión a la hora de comentar es hacer entendible lo que quiero decir y explicar por qué creo que un entrenador toma ciertas decisiones, al margen de que yo esté de acuerdo con ellas o no"

Lluís Carreras Entrenador y comentarista

De forma muy similar lo entiende Jofre Mateu. Ex delantero formado en el FC Barcelona y con experiencia en muchos equipos en Segunda y Primera División, ejerce desde 2022 de comentarista en LaLiga TV. Jofre admite que, "aunque ahora está cambiando", la mayoría de futbolistas siempre han tenido "mucha carencia de perfil analítico y táctico". "Cuando me retiré hice la formación de entrenador y no porque quisiera dirigir equipos, pero coincidió con mis inicios en Gol TV y creí que podía ser un conocimiento que me sirviera en esta vía profesional", explica.

Jofre intenta no cargar sus comentarios con un exceso de referencias técnicas: "Huyo bastante de ser un analista, pero no porque me parezca mal, sino porque mi perfil es otro. Entiendo que cada persona tenga su tono: yo no me considero un experto del análisis del juego, prefiero hablar de lo que puedo hablar, interpretando pero sin dar clases, sobre todo buscando entretener", afirma de manera gráfica. Se trata de encontrar un equilibrio entre la revelación de las claves no evidentes de un partido de fútbol, el comentario didáctico y el entretenimiento: "Si uso un término técnico siempre busco extrapolar el significado para que el espectador medio sepa de qué hablo: si digo algo de los pasillos interiores, explico qué zonas del campo son esas. Tengo claro que hablo para gente que ve el fútbol para entretenerse; doy por hecho que quienes lo ven para analizar saben mucho más que yo".

Volviendo al ejemplo utilizado por Rubén Martín: oscurecer la marca, en el argot, significa desmarcarse fuera del ángulo de visión del hombre que te vigila en defensa o que está más próximo a ti en una defensa por zonas. Como concepto no parece demasiado complejo. Pero, sin la necesaria aclaración, a quien acabaría por oscurecer el uso de una frase así sería al espectador. Fue lo que ocurrió en aquella ocasión en la que Mario Fernández, entonces segundo técnico del Espanyol, analizó a su rival en la entrevista de final de partido con un discurso tan complejo que se hizo viral.

Esa necesidad de no caer en explicaciones crípticas la tiene muy presente también Lluís Carreras. "Mi principal misión a la hora de comentar un partido en televisión es hacer entendible lo que quiero decir, siempre bajo la perspectiva del entrenador y mi punto de vista". Su condición de profesional en los banquillos implica un alto grado de conocimiento técnico que refuerza sus comentarios, con el fin de desvelar claves que vayan más allá de la subjetividad. Lo explica con un ejemplo: "A veces debo analizar el motivo por el que intuyo que un entrenador toma determinada decisión, al margen de que esté de acuerdo o de si yo hubiera hecho otra cosa", dice Lluís Carreras. "Por ejemplo, si en el minuto 60 introduce un par de cambios y elige a tal y cual jugador: en esa situación, como comentarista, tengo que aislarme de lo que yo haría en ese momento si estuviera en el banquillo, que a veces no coincide, y tratar de explicar por qué creo que el entrenador ha tomado esa decisión. Puedo equivocarme, claro, es importante saberlo. Pero creo que mi papel es ofrecer esas claves al espectador".

Marcos López subraya esta idea y la refuerza de manera gráfica: "No puedes analizar un partido de Simeone como si fuera Guardiola ni un partido de Guardiola como si fuera Simeone. Como comentarista tengo que meterme en el pellejo de cada equipo y aplicar criterios de evaluación concretos para ese equipo: no lo que a mí me gustaría o me dejaría de gustar, sino lo que hace y por qué lo hace. Hay que analizar su plan y decirle al espectador si lo está aplicando bien o mal, si tiene fisuras o cuál es el problema", explica.

"A los comentaristas se nos da una responsabilidad y uno tiene que conocer aquello de lo que va a hablar: yo no quería quedarme sólo en lo que me aportaba mi experiencia, creo que la formación es importante para dar más valor a lo que haces"

Alberto García Ex futbolista y comentarista

Ese juicio entre pares, por así decirlo, se ha interpretado a menudo como una descortesía profesional. Una cierta traición al corporativismo. Por su parte, los futbolistas solían sujetarse a una visión más pegada al juego, a los detalles con la pelota o a la psicología del jugador. De modo que, entre unos y otros, el cerebro del mister se mantenía a salvo, una especie de arcano de saberes inaccesibles a los demás. Pero eso ha cambiado. Ahora, el conocimiento de quienes han pasado por su misma experiencia profesional ayuda a desvelar los matices de las decisiones de un banquillo. Sin perder ni la objetividad ni el respeto: "Tenemos que ser neutrales, incluso cuando comentas partidos de un equipo al que has entrenado o del que eres forofo -dice Lluís Carreras-. Como comentarista debo ser imparcial y explicar qué debe mejorar un equipo, desde mi punto de vista, si está haciendo un mal partido", insiste. Un enfoque resumido de esta manera por Marcos López: "Al final, el comentarista tiene que saber explicar por qué un equipo está ganando y por qué el otro pierde".

Ese enfoque respetuoso pero muy analítico le da a sus intervenciones Alberto García, ex guardameta en equipos como Murcia, Córdoba, Sporting, Getafe y Rayo: "Graduado en Derecho y con cuatro ascensos a la Liga EA Sports", anuncia su perfil en las redes sociales. "Desde fuera del campo lo difícil es entender lo que pasa dentro y las decisiones que se toman: por eso para mí es fundamental en cada intervención mantener el respeto por el colectivo de los entrenadores, que es un mundo muy difícil, y por el jugador", considera Alberto García. Preguntado por el tono tan marcadamente técnico de sus comentarios, aclara que no es entrenador con titulación... aunque su inquietud por el aprendizaje le ha llevado a hacer no sólo formaciones técnicas, sino también en ámbitos diversos del fútbol como la gestión y la dirección deportiva: "Como jugador siempre tuve la inquietud de entender lo que sucedía en el campo, quería saber como contrarrestar desde mi puesto lo que tenía delante: entender el contexto y el juego, para ser capaz de actuar sobre esos problemas concretos".

Esa actitud la mantiene ahora desde la posición de comentarista. Cuando llegó al mundo de la comunicación, Alberto García "no quería sólo aportar a través de la experiencia y de lo que yo había vivido como profesional: eso te da un valor añadido, desde luego, pero creo que hay que complementarlo con otra formación". A través de ese aprendizaje, incorporó al enfoque de sus comentarios un par de objetivos claros: "Intentar contar de forma muy objetiva qué sucedía, cómo se desarrollaba el juego, cómo actuaban los equipos con y sin la pelota... Y, además, llegar a profundizar mucho en el desempeño individual de cada jugador y en los aspectos colectivos, porque eso me permitiría entender y hacer comprensible al espectador el desarrollo del partido".

"El periodismo se ha especializado y es bueno, pero hay que buscar el punto medio. En el curso de entrenadores me hablaban de oscurecer la marca... Eso hay que decirlo de forma que se entienda"

Rubén Martín Narrador de COPE y DAZN

En esa búsqueda, los comentaristas de hoy cuentan con la tecnología y los datos para modelar, precisar o ajustar sus criterios. La preparación de los partidos tiene, por ese lado, algunos puntos en común con el trabajo de un cuerpo técnico: "Se nos da una responsabilidad y uno tiene que conocer aquello de lo que va a hablar -defiende Alberto García-. Me gusta ver encuentros previos de los equipos que voy a comentar, claro; entender cómo son, cómo desarrolla cada uno su propuesta, en qué contexto de partido cada equipo y cada jugador se siente más o menos cómodo... Y además, hoy día disponemos de muchas herramientas que te ayudan".

Si el big data constituye un elemento cotidiano para cualquier entrenador y su grupo de trabajo, también los comentaristas lo usan, como explica Lluís Carreras: "Todos los viernes recibimos un exhaustivo informe de Media Coach, en el que se desgranan datos y estadísticas relativos a cada jugador, los entrenadores, los árbitros, etc. Con esa información, yo suelo prepararme un resumen de lo más llamativo cara al partido siguiente que tengo que comentar y, cuando la narración y el juego lo permiten, puedo introducir alguna pincelada basada en esa información", explica el técnico. Marcos López recuerda los estudios que él mismo se preparaba hace años, y que le permitían anticipar -como ocurrió en alguna ocasión- los jugadores designados en la tanda de penaltis en un choque entre selecciones o a dónde dispararía cada uno de los lanzadores en un partido de Champions del Atlético de Madrid: "Eso lo dan las horas de estudio, la preparación, el conocimiento de los jugadores y de los equipos: sin todo ese trabajo que hay detrás sería imposible".

Media Coach, a la que se refería Lluís Carreras, es una aplicación de análisis avanzado del fútbol. Sus diferentes productos y prestaciones facilitan análisis de vídeo a nivel profesional y desde puntos de vista, cámaras y enfoques distintos, integrando datos de carácter físico y táctico de los equipos, los jugadores o el desarrollo del juego. La versión Live monitoriza en tiempo real el desarrollo de los partidos desde las más variadas perspectivas: "Te permite analizar fases del juego por separado, ver partidos con cámaras individualizadas, hacer seguimientos concretos, enfoques del juego, ver goles por secuencias, seguir cámaras tácticas... -detalla Alberto García-. En definitiva, puedes nutrir la retransmisión con toda esa información. Después tú tienes que contextualizar el dato a través del seguimiento del partido".

El uso de aplicaciones como esta y el modo general de preparar los partidos revela el celo que todos los comentaristas ponen a la hora de agregar valor a sus intervenciones. Después, cada uno usa la información de acuerdo a su concepto de la transmisión. Jofre Mateu, por ejemplo, enfoca sus partidos más "al entretenimiento" del espectador que a un análisis avanzado: "Preparo los partidos, desde luego, porque lo considero imprescindible: pero creo mucho en la espontaneidad. A la hora de la verdad, de toda esa información previa usas un porcentaje mínimo, porque saber en qué momento intervenir requiere de tiempo y destreza: el partido no para, la jugada sigue y eso es lo que debe mandar".

"Tan importante como lo que dices es saber cuándo tienes que estar callado: hablo para gente que quiere entretenerse con el fútbol y doy por hecho que quienes lo ven para analizarlo saben mucho más que yo"

Jofre Mateu Ex jugador y comentarista

El entendimiento entre el comentarista y el narrador resulta clave para que haya fluidez y continuidad en en el tono. Y esa simbiosis va fraguando partido a partido, sin indicaciones ni cortapisas. "No soy nada partidario de decirle a nadie lo que tiene que decir o cómo -indica Rubén Martín, que ha narrado con infinidad de comentaristas de tonos muy distintos-. Ni siquiera a la hora de darles paso. Siempre recuerdo que Michael Robinson le decía a Carlos Martínez que no hacía falta que le preguntara, que cuando él tuviera algo que decir, lo diría", cuenta el narrador de DAZN. Cada comentarista tiene su modo de mirar y analizar: "Radomir Antic podía pasarse diez minutos callado sin decir nada, pero de pronto intervenía y en un comentario te clavaba con toda precisión lo que estaba pasando", explica Rubén Martín.

"Las intervenciones tienen que ser rápidas -opina Jofre Mateu-. Tan importante como lo que dices es saber cuándo tienes que estar callado", explica el ex futbolista. "En mi caso he tenido la suerte de ir de la mano de un narrador como Héctor Ruiz, que interpreta muy bien el juego, y eso me evita tener que ser yo el único que analiza. Eso, junto con la buena relación que tenemos y que a los dos nos gusta la coña, nos ha permitido construir una dinámica que funciona y creo que entretiene al espectador".

La compenetración permite incluso gestionar con solvencia partidos en los que las dos voces televisivas ni siquiera comparten locutorio. "Yo he comentado partidos a 600 kilómetros del narrador y a 600 del propio partido -recuerda Marcos López-. He aprendido a interpretar los tonos, en qué momento va a terminar una frase o se va a quedar sin respiración y necesita un relevo; que cuando la pelota se aproxima al área tienes que desaparecer porque manda la narración... Todo depende más del oído que de verte cara a cara", indica.

Lo amplía Lluís Carreras, que lleva desde 2019 comentando en transmisiones de LaLiga: "Antes de la pandemia compartíamos siempre locutorio y eso hacía que con una mirada o un gesto te entendieras. Después por las medidas sanitarias pasamos a estar separados y ahí fue cuando más necesaria se hacía la conexión entre narrador y comentarista: ahora hemos vuelto a estar juntos en los partidos premium; otros aún se hacen en locutorios distintos. Y los más importantes, Champions, etc., en el campo. Por mi parte también me fijo y estudio cómo es cada narrador para adaptarme a ellos, ayudarles en un momento dado con un matiz o introducir una corrección sin que se note", dice el entrenador catalán.

Más allá del tono personal de cada uno, la incorporación de voces como las de Lluís Carreras, Jofre Mateu, Marcos López o Alberto García -entre otros muchos que integran las transmisiones televisivas- ha agregado al relato futbolístico en televisión gran profundidad de criterio. Pero al fondo late la misma pasión admirativa de siempre por el fútbol y sus protagonistas. "Si logro transmitir esa pasión y además consigo que alguien descubra cosas que no veía, ya habré cumplido", concluye Marcos López. Habrá a quien sus estilos le parezcan mejor por el valor que aportan y a otros les chirriará el lenguaje especializado. Pero el enriquecimiento y la variedad de perspectivas resulta evidente. No hemos perdido nada. Si acaso, por el camino hace tiempo ya que han quedado huérfanos de artículo un puñado de sustantivos (jugar en banda, salir con pelota, entrar por izquierda), pero eso ya viene de lejos. Todos podemos subsistir con un tanto así de relajación gramatical: la economía del lenguaje especializado tiene estas cosas.