El fútbol español llama a la puerta de Jesús Casas tras brillar en Irak

Tras una exitosa etapa al frente de la selección de Irak, Jesús Casas emerge como uno de los entrenadores más interesantes del panorama europeo. El que fuera ayudante de Luis Enrique salió de forma abrupta de su última experiencia y ahora tiene las puertas abiertas para asumir un nuevo reto y, por qué no, regresar a España y buscar un banquillo de Primera División. Le avala su experiencia, haber aprendido de los mejores y una metodología de trabajo moderna.

En su última experiencia, Jesús Casas firmó unos resultados deportivos sobresalientes con Irak e impulsó una transformación de la estructura del equipo nacional, mucho más próxima a la élite. En ese tiempo, conquistó la Copa del Golfo, todo un hito para la selección en cuestión. También consiguió ser uno de los seis mejores equipos de la AFC, algo que no vivían desde bastante tiempo atrás. La victoria frente a Japón es un gran ejemplo de su progreso.

Irak también impulsó un modelo basado en reclutar a jóvenes talentos con raíces en el país para mejorar el futuro y sentar las bases de nuevas generaciones para el país. Además de todo ello, Jesús Casas ha impulsado un fútbol atrevido, con alta intensidad y presión constante, basándose en hacer sentir al rival incómodo.

En su ADN, Jesús Casas siempre llevará la metodología de Luis Enrique, con quien llegó a trabajar durante ocho años, tanto en el Barcelona como después en la Selección Española, aquella que estableció las bases de la que ahora reina. Además, también asistió a Javi Gracia en el Watford, empapándose de la ley de la Premier League.

Jesús Casas, tras sus grandes resultados en el continente asiático, ha contado en los últimos tiempos con grandes ofertas desde Asia, algunas de ellas económicamente muy atractivas. Sin embargo, por su cabeza no pasa tanto los emolumentos como sí un proyecto deportivo de altura y una vuelta al continente europeo. Es más, recientemente ha mantenido reuniones con directores deportivos de España, interesados en la propuesta táctica y el desarrollo del jugador. Quién sabe si eso se puede traducir próximamente en una experiencia a los mandos de un equipo del campeonato nacional.

En septiembre había renovado su contrato con Irak, pese a tener sobre la mesa una oferta de Corea del Sur que podía resultar atractiva en el plano deportivo. Jesús Casas, para entonces, firmaba una gran hoja estadística con nueve victorias, tres empates y dos derrotas en los partidos de clasificación para el Mundial. Los resultados de marzo no fueron buenos, pero son cosas del fútbol, no una pérdida de identidad ni de sensaciones. Aun así, la etapa con el combinado asiático llegó a su fin y ahora el español está libre. En su mente, una posible aventura aquí o un gran salto a un banquillo de élite. Su experiencia y método innovador le avalan.