El Atleti ya es segundo en la Liga de Simeone. El Villarreal, con su victoria en Valladolid, ya le ha superado en esa particular clasificación. El Athletic le puede igualar a 20 puntos si gana en Mallorca y el Betis se ha puesto a dos. El líder de la otra Liga, el Barça, ya está a 10 puntos, un latifundio para cómo están los azulgranas y cómo están los rojiblancos. 'Tocados' tras sus partidos europeos, Betis y Atlético se tenían obligatoriamente que agarrar a la Liga para darse un baño de autoestima. Se lo dieron, sin duda, los de Pellegrini, con una primera parte pletórica técnica y físicamente. Todo lo contrario se tiene que escribir de los 'cholitos' que, además de perder su primer partido en el campeonato, posiblemente jugaron la peor primera parte en muchas temporadas. Y eso que hay partidos para poder comparar.
Mientras el Atlético perdía y perdía balones, más de 50 en esa primera mitad, la figura de un futbolista se apoderaba del Benito Villamarín. Llevaba el '4' a la espalda. Es brasileño nacido en Estados Unidos y tiene 23 años. Responde al nombre de Johnny Cardoso. Pellegrini le coloca de mediocentro, aunque en su país, en el Inter de Porto Alegre, era más un '8' con llegada. Destaca por su inteligencia para saber dónde tiene que estar en cada momento, por su depurada técnica y por su capacidad táctica. Además, es un gran recuperador. Físicamente está en fase de mejora, de ahí los calambres de la segunda mitad, pero su edad le debe permitir también superarse en este sentido.
Tiene contrato con el Betis hasta 2029, pero si es capaz de repetir una docena de partidos en una temporada como ésta, mucho me temo que no le queda mucho tiempo por territorio bético. Es más, si el Tottenham paga 25 millones a final de temporada se lo llevará a la Premier. Así se firmó en la operación del fichaje de Lo Celso. Y tal y como está respondiendo el brasileño en su segunda temporada en la Liga, le va a resultar una ganga a los Spurs que, eso sí, solo tienen la ventana del próximo junio para ficharle a ese precio.
La clarividencia de Johnny con el balón en los pies, su continuidad en el juego y en el esfuerzo y su facilidad para hacer sencillo lo que parecía complicado, destacaban sobremanera ante la torpeza de los centrocampistas rojiblancos que tenía enfrente. Valía por los cuatro juntos, sobre todo por los dos que actuaban más centrados, Koke y De Paul, que fue con los que más duelos directos mantuvo y dejó en evidencia. Cardoso y su equipo jugaron a una velocidad distinta a la de un Atlético que ha entrado en una fase de indefinición absoluta. Por encima de cualquier otra cualidad, al Betis le corría el balón y eso era gracias a la sensibilidad del brasileño, bien acompañado por Fornals y Altimira.
Volver a centrarse en la locura táctica en la que ha caído el equipo del Metropolitano es cansino. Otra vez las puertas rotatorias y los cambios constantes de dibujo. Ya es demasiado repetitivo y no ofrece resultados. El 1-4-4-2 del principio del encuentro le duro 15 minutos a Simeone. Entre pérdida y pérdida cambió a los tres centrales. Y en la segunda parte acabó en un 1-4-2-4 que era un desgobierno absoluto por la sensación de debilidad que ofrecía el bloque. Escudarse en los dos remates a los postes de Correa en los últimos minutos no puede esconder que el Betis pudo marcar media docena de goles y que los futbolistas rojiblancos ofrecieron una vez más la sensación de que están hastiados, que ya no saben a qué tienen que jugar y que su enfermedad no se cura, solo, con trabajo como proclama su entrenador.
