ENTREVISTA

José María Álvarez del Manzano, el alcalde que soñó unos Juegos para Madrid: "Le dije a Florentino que trasladara el Bernabéu a Valdebebas; efectivamente, produce problemas"

Fue el regidor que arrancó los Juegos, en su mandato se hizo la operación de la Ciudad Deportiva y se empezó el Master de Madrid.

José María Álvarez del Manzano, tras la entrevista. /Michèle Novovitch
José María Álvarez del Manzano, tras la entrevista. Michèle Novovitch
Gonzalo Cabeza
Michèle Novovitch

Gonzalo Cabeza y Michèle Novovitch

Nacer en Sevilla es una más de las muchas maneras que existen de ser madrileño y eso lo sabe bien José María Álvarez del Manzano, que no solo se sintió como uno más en la capital sino que fue su alcalde durante tres legislaturas (1991-2003). Le dio tiempo para tratar mucho con los presidentes de los dos clubes que marcan la vida de la ciudad y, también, para arrancar un proyecto olímpico que se estrelló en tres ocasiones. Recibe a Relevo para recordar su lado deportivo.

Usted fue un alcalde de Madrid nacido en Sevilla y del Betis, eso es algo que en otras ciudades quizá sería impensable.

Porque Madrid es una ciudad abierta donde a nadie se le pregunta de dónde viene sino si quiere estar aquí. Yo contaba que Mingote, que era un genio, decía que había dos clases de madrileños, unos madrileños que nacen en Madrid, y por tanto son madrileños sin esfuerzo, y los que vienen de fuera y quieren hacerse madrileños. Hemos venido muchos de fuera, nos hemos hecho de Madrid, nadie nos ha preguntado nada.

Aunque yo vine con tres años, yo vine muy pequeño. Mi padre, que era abogado del Estado en Sevilla, me trajo cuando cambió su destino. Nosotros vivíamos en La Palmera, muy cerca del campo de Heliópolis, y los jugadores del Betis me traían regalos, me cogían en brazos y por tanto yo, que en principio era del Sevilla, cuando vi que los jugadores del Betis me traían regalos, según me contaba mi madre, cuando subió el Betis a Primera, pues me hice del Betis. Pero soy un bético muy especial, soy un bético que no quiere que pierda el Sevilla, porque a mí me gusta mucho defender a los equipos de Sevilla. Pero bueno, siendo alcalde de Madrid, como es lógico, defendía a los equipos de Madrid, claro. Salvo cuando jugaban contra el Betis.

¿Ser de un equipo que no es ni el Madrid ni el Atlético es una pequeña ventaja para ser alcalde? porque claro, hay una rivalidad. El de ahora, por ejemplo, es muy atlético y lo sabe todo el mundo.

Es muy atlético, sí. No, yo creo que no. Muchas veces me decían, "hombre, qué político más listo eres, así no te definen ni del Atlético ni del Madrid". No, yo creo que eso tiene poca relevancia. Yo me declaraba del Betis y nadie me dejaba de votar o me votaba por ser del Betis. Por tanto yo creo que el alcalde actual, que es un excelente alcalde, se declara del Atlético, y me parece bien. Es decir, en política no puedes disfrazar lo que eres. A mí, cuando llegué a la alcaldía, también me recomendaron, 'oye, no digas que eres del Betis'. ¿Por qué? Hay que presentarse como uno es.

En política no vale, desgraciadamente se hace, pero no vale, disfrazarse. Yo no quise dejar de ser yo. Por lo tanto, yo era del Betis, pues sigo siendo del Betis. José Luis Martínez Almeida es del Atlético, pues allá él, si se equivoca o no, por ser del Atleti. Y no le va mal.

Usted fue alcalde desde 1991 a 2003, pero antes de eso fue casi toda su carrera política concejal, estuvo muy vinculado a Madrid a pesar de ser de Sevilla y del Betis. ¿Cómo es la relación del Real Madrid y del Atlético con el Ayuntamiento? Porque claro, ambas son dos instituciones muy importantes y su imagen arrastra muchas cosas para la ciudad.

Yo creo que el Ayuntamiento, como institución neutra, es defensor de lo que ocurre en Madrid, de las instituciones de Madrid. Y tanto el Madrid como en Atlético son unas instituciones muy importantes para la ciudad. El alcalde y el Ayuntamiento no se inclinan por ninguno de los dos, pero les ayudan en todo lo que sea posible, como ayudamos al Rayo, como ayudamos a los equipos o instituciones que estén radicados en la ciudad de Madrid.

¿Cómo es la relación de la ciudad con los presidentes? Es gente poderosa, suelen ser empresarios, pero además son el presidente de un club que tiene mucho de imagen ¿Es fácil convivir con ellos?

No, no son fáciles, porque muchas veces los clubes quieren cosas que el Ayuntamiento no puede conceder. Yo recuerdo un poco eso con Mendoza, que quedamos en que iba a hacer un aparcamiento justamente delante del estadio Bernabéu en la Castellana y yo le concedí a cambio las torres del antiguo estadio, que eran dos torres que se posaban en terreno público para la mejor entrada de los que iban a los pisos de arriba. Yo hice el acceso a la torre y él nunca hizo el aparcamiento.

También coincidió con Florentino Pérez, pero no solo como presidente, sino que también fueron compañeros en el Ayuntamiento. Es una etapa de su vida que es mucho menos conocida, pero usted estaba ahí. ¿Cómo era el Florentino Pérez concejal?

Yo conocí a Florentino, pero antes de ser concejal, como delegado de Saneamiento del Ayuntamiento de Madrid. Cuando yo era delegado de Hacienda. Y tuvimos nuestros rifirrafes, porque Florentino era muy decidido. En una ocasión gastó un dinero que yo creía que no se podía gastar e intenté evitarlo, pero él fue más listo que yo. Consiguió traer unas motos Guzzi para la Patrulla Verde, que montó él. Yo le dije que no podía ser, porque había un decreto que exigía que era necesario comprar material nacional y, sin embargo, lo llevó a la comisión de gobierno como un expediente fuera del orden del día y me tuve que tragar las motos Guzzi. Es más listo... Y luego como concejal también coincidimos, yo por entonces era el segundo en la lista de José Luis Álvarez, y él también estaba en esa lista. La verdad es que es una persona muy lista, muy trabajadora.

Nadie se acuerda de que el primer plan de saneamiento, que ha sido importantísimo para el buen ambiente de Madrid, lo hizo Florentino Pérez. Ha sido muy trabajador, muy listo y cuidado con él, no intentes discutir con él, que te gana.

Decía que era una persona muy determinada, con mucha decisión, y usted tuvo después que negociar con él la operación de las torres de la Ciudad Deportiva, que es un cambio importante para la ciudad de Madrid, pues cambia la fisionomía de la ciudad, y también para la historia del club. Ahí ya no era su compañero, sino que lo tenía al otro lado de la negociación. ¿Cómo fue aquello?

Florentino Pérez, cuando era presidente del Madrid, quería hacer una ciudad deportiva y me pidió que le indicara dónde había unos terrenos suficientes para construir una ciudad deportiva. Yo les recomendé que fuera a Valdebebas. Yo quería que se trasladase todo el Madrid a Valdebebas. Habíamos, antes, con Lorenzo Sanz y luego con Florentino Pérez, terminado por comprar algunas parcelas de la Ciudad Deportiva de la Madrid que había en Chamartín, pero a su vez yo había hecho el plan de urbanismo de 1997, en virtud del cual ya se establece en ese plan que en la expansión de la Castellana podía construirse hasta 10 torres de alto nivel, de muchas alturas, porque eran singulares.

Era una prolongación de Madrid por la Castellana que prevé el plan de 1997 y que luego, desgraciadamente, no se ha completado como yo quería, sino que se ha frustrado. El plan denominado ahora Chamartín no era el que estaba previsto en el plan, pero sí que estaban previstas las 10 torres famosas. Bueno, pues lo que hizo Florentino fue solicitar permiso para construir aquellas torres, y tenía toda la legalidad posible y se le concedieron. Porque el alcalde no puede evitar que un ciudadano pida cosas que estén dentro de la ley. Te puede gustar más o te puede gustar menos, pero si está en la ley lo tiene ese conceder.

¿El hecho de que el Real Madrid estuviese de por medio hizo la cosa más bronca? Yo recuerdo a Matilde Fernández quejándose por el tema, a José María García muy crítico en su programa de las noches. Usted ha tenido que negociar con muchas otras empresas, pero con el Real Madrid también se juega en los medios.

A mí me da igual que sea el Real Madrid, siendo alcalde, como que sea cualquier otra institución. Si está dentro de la ley, se lo tengo que conceder. Si no está dentro de la ley, no se lo tengo que conceder. Y el plan de urbanismo... lo que se puede hacer es modificar los planes de urbanismo, pero ese plan urbanismo del 97 ya preveía con antelación que allí podían existir unas torres. Madrid necesitaba expandirse como una ciudad moderna.

Yo no era muy partidario de muchas alturas. Los barrios que yo hice, como Sanchinarro, Montecarmelo, todos esos, tienen una altura limitada. Alta, pero limitada. Son barrios con unas calzadas muy anchas, en donde las construcciones miran hacia adentro, con un jardín. Sin embargo, el plan de urbanismo, que se hizo con aprobaciones, con mucha dificultad, pero es un gran plan de urbanismo a mi juicio, que modificaba el anterior, que limitaba mucho el crecimiento de Madrid, ya preveía las torres. Se produjo mucha alteración, pero yo siempre decía lo mismo, mire usted, yo no puedo hacer otra cosa que aplicar la ley.

Hace unos meses entrevistamos a Juan Onieva y nos dijo que con ellos, que estaban antes de Florentino, no hubiese sido posible esa operación.

No, no. No es verdad. No lo pidieron. El único que lo pidió fue Florentino. Con Onieva lo único que hicieron fue ceder parte de la Ciudad Deportiva. Y se la pagamos, se la pagamos a Lorenzo Sanz y a Onieva.

Decia ahora que intentó que todo el Madrid estuviese en Valdebebas. Está ahí la ciudad deportiva. ¿Se plantearon mover el estadio?

Yo se lo sugerí a Florentino algún día. "Sería bueno que el Bernabéu se fuera de donde está". Comprendo que es muy difícil. Ya hubo un intento con la famosa Torre de Cristal que quería hacerse allí, durante la época yo creo que de García Loma [en realidad fue en tiempo de Carlos Arias Navarro], que se iba a edificar en el estadio de Chamartín. Por fin se frustró y aquello no fue posible. Pero siempre hemos pensado que era bueno que el Madrid se fuera de Chamartín. La historia es tan fuerte que es muy complicado hacerlo, pero a mí me hubiera gustado que Florentino con la ciudad deportiva se hubiera llevado el Bernabéu. No fue posible.

Porque para Madrid, en temas de orden público, tráfico... esas cosas, que el Bernabéu esté ahí ¿supone un problema?

Bueno, es verdad. La verdad es que Madrid se ha ido comiendo el estadio de Chamartín. Se trasladó a un extremo, pero Madrid fue creciendo y al final las circunstancias han hecho que se quede muy en el centro. Y efectivamente, produce problemas, sin duda alguna, para el conjunto de los vecinos. Los días de partido, pues es muy difícil acceder a todas esas zonas. Luego se ha complicado mucho con la remodelación del estadio porque se preveía y se prevé que haya acontecimientos distintos del deportivo.

Y algunos de esos acontecimientos producen muchos problemas, como son los conciertos. Por lo que sea, la insonorización del nuevo estadio no está perfectamente realizada y los vecinos con razón protestan. Yo creo que el Ayuntamiento tiene un problema muy importante, que es que hay que cuidar a los vecinos, necesariamente. O sea, hay que poner solución a ese tema, y yo creo que en eso está, en solucionarlo.

¿Son más difíciles estas cosas en un barrio como Chamartín, donde sus vecinos están más organizados y son de una clase social más alta, que en otros como en el de la Caja Mágica?

Hombre, yo creo que se puede hacer mucho más ruido el entorno del Bernabéu que en el de la Caja Mágica. La Caja Mágica la construí yo, fue uno de los proyectos para el Madrid ciudad olímpica. Efectivamente los vecinos protestan, pero producen, yo creo, menos disturbios que los del estadio Santiago Bernabéu.

La Caja Mágica formaba parte del sueño olímpico, que fue algo que marcó bastante tiempo a la ciudad. Hace unos meses hablamos sobre la candidatura de Sevilla olímpica con Alejandro Rojas Marcos y nos contó que cuando ellos lo intentaron por primera vez habló con usted, que es sevillano, y poco menos que le cedió el paso.

Es verdad, es verdad. Llegamos a un pacto. Yo iba a presentar la candidatura de Madrid y se lo dije al entonces presidente del Comité Olímpico Español, Alfredo Goyeneche. Él me dijo que también lo quería Sevilla. Entonces hablé con Rojas Marcos, y él me dijo que ya lo había presentado y que le dejara, que se había adelantado a mi petición.

Yo le dije que bueno. Mi alma sevillana vibraba, pero yo tenía que defender Madrid. Y yo le dije "Vamos a hacer una cosa, tú te presentas, si no eres elegida yo me presentaré". Y así fue, dejé que Sevilla se presentase.

Luego, cuando intentamos que Madrid fuera ciudad olímpica, ocurrió una cosa anómala, que es que se volvió a presentar Sevilla. Y yo dije, "no, desgraciadamente el compromiso mío era dejar a Sevilla pasar una vez, la segunda no".

Y entonces tuvimos que enfrentarnos, la ciudad de Sevilla con la ciudad de Madrid, partiendome mi corazón. Yo defendí a Madrid. Y aquella controversia que tuvimos, que fue una pugna entre las dos ciudades para demostrar cuál era la que tenía mejores condiciones, ganó Madrid. Y por eso Madrid siguió adelante en la carrera olímpica.

Pero para meterme en la carrera olímpica, primero hablé con Samaranch, entonces presidente del Comité Olímpico Internacional. Y me dijo que Madrid tenía unas condiciones extraordinarias para ser Villa Olímpica. Era la ciudad que más instalaciones deportivas de uso público tenía, de uso popular, pero que le faltaban algunos detalles.

Le faltaban capacidad hotelera, algunas instalaciones deportivas importantes, pero podía ser un buen principio el que Madrid iniciara la carrera olímpica.

Entonces yo hablé con el presidente de la Comunidad de Madrid, que entonces era Alberto Ruiz-Gallardón, y le conté la historia. Y fuimos los dos otra vez a ver a Samaranch. Samaranch dijo "adelante, porque efectivamente si tenéis ese proyecto y tal, es un proyecto bueno, pero tenéis que hacer que haya más instalaciones deportivas, más instalaciones hoteleras, y en definitiva ofrecer un aspecto de la ciudad que hoy todavía no tiene".

Entonces nos esforzamos, él y yo, en que Madrid tuviera más instalaciones hoteleras. Así es, aumentamos el número de plazas hoteleras de Madrid. Y empezamos a instalar nuevas instituciones de carácter deportivo, la Caja Mágica, todo el conjunto que hicimos para la natación, que eran dos piscinas olímpicas. Ubicamos el Estadio de la Peineta como estadio olímpico y lo reformamos totalmente, que luego se lo quedó el Atlético de Madrid, pensamos dónde iba a estar la Villa Olímpica... Y teníamos muchas posibilidades, porque yo los quería para el año 2012 que fuera la repetición de la famosa instalación deportiva que tuvo Barcelona, que fue posiblemente uno de los mejores acontecimientos deportivos que ha tenido España y uno de los mejores Juegos Olímpicos que se han hecho en el mundo. Barcelona lo hizo muy bien y como alcalde de Madrid, por cierto, yo apoyé mucho a Maragall en esa lucha para que Barcelona fuera ciudad olímpica. Yo, como alcalde, luego quise hacer lo mismo 20 años después y tuvimos muchas posibilidades.

Después las circunstancias no fueron así, nos presentamos en Singapur, creíamos que íbamos a ganar y debíamos haber ganado y ganó Londres, que no tenía todavía la preparación que nosotros teníamos. Pero se mezcló la política por el medio y...

¿Cuál es el análisis que hacen cuando entran como candidata olímpica? ¿Qué creen que le pueden aportar unos Juegos a Madrid?

Pues yo creo que es muy importante, porque la relevancia que tiene la ciudad que alberga unos Juegos Ólímpicos es muy importante para la propia reputación de la ciudad, para las propias instalaciones deportivas.

A mí me parece que es un estímulo muy importante para la ciudad y por lo tanto tener esa posibilidad hay que agotarla. Y yo creo que Madrid deberá insistir en tener los Juegos Olímpicos.

¿Qué tal fue la relación con el COI? Los que eligen son una pequeña élite y el COI suele ser bastante exigente con las ciudades que quieren albergar los Juegos.

Muy bien, yo creo que nos llevamos muy bien, y después cuando continuó Alberto Ruiz-Gallardón como alcalde la relación con la Comité Olímpico Internacional fue buena. Nosotros nos presentamos en todas las ocasiones como una ciudad abierta, con carácter positivo. Y ya digo, tuvimos muchas posibilidades. Cuando Singapur quedó fuera Moscú, quedó fuera Nueva York, los americanos dijeron que nos iban a votar si ellos quedaban fuera. Quedábamos Madrid y Londres y los americanos votaron Londres [también quedó París, que fue la perdedora en la final, pero su recuerdo es similar al de Manuel Cobo, ellos esperaban que los votos de la candidatura fueran a Nueva York]. Eso es lo que pasó, qué le vamos a hacer.

Ahora mismo no parece que haya proyecto para que Madrid sea olímpica, y de hecho el proyecto que llevaron a cabo ahora sería imposible, porque el Estadio Metropolitano ha transformado La Peineta y no podría serlo.

Habrá que empezar otra vez de nuevo. Yo creo que Madrid merece la Villa Olímpica.

¿No le da un poco de pena que ese proyecto pasara a la historia?

Sí, a mí me da mucha pena, esa es la verdad.

De todos modos, Madrid sí que hizo muchas cosas en aquel momento, y quizá la que más legado ha tenido es el Máster de Madrid de tenis.

Claro, yo me propuse, por el consejo de Samaranch, en traer el mayor número posible de acontecimientos deportivos de relieve internacional, que era lo que le faltaba a la ciudad de Madrid. Y uno de ellos fue el máster. Yo quería un máster de tenis. Y efectivamente, competimos con la ciudad de Stuttgart y conseguimos traer a Madrid el Master de Madrid, un Master 1000, que eso era realmente muy cotizado, pero lo conseguimos y ahí está. Empezamos en la Casa de Campo pero luego ya nos fuimos a una instalación deportiva más importante como es la Caja Mágica y la verdad que el relieve que tiene el Máster de Madrid es muy importante, se ha convertido uno de los torneos más importantes, superando a otras ciudades que siguen con un máster importante, pero 500. Nosotros tenemos el segundo de categoría después de los Grand Slam.

Empezamos solamente con hombres, ahora también con mujeres, por tanto es muy completo el conjunto que significa el Máster de Madrid. Estuvo muy bien ordenado por Santana, que fue el primer director, y la verdad es que eso ya está encarrilado, se hizo hoyo.

Normalmente se dice que los Juegos Olímpicos sirven para revitalizar áreas de la ciudad que necesitan desarrollo. En el caso de la Caja Mágica entiendo que hubo algo de eso.

Claro. Tú fíjate que la Casa Mágica nos permitió revitalizar todo un parque que es el parque que está ahora presidido por la señora Vallecas, que es una escultura de Manolo Valdés fenomenal. Todo aquello era una escombrera. Como consecuencia de haber puesto allí la Caja Mágica, pusimos una zona verde fenomenal.

Efectivamente, las zonas deprimidas hay que hacer lo posible por superarlas cuando hay acontecimientos internos. Yo intentaba también en mi época de alcaldía, que los barrios de Madrid tuvieran la misma calidad de vida aproximadamente. Entonces yo, aunque me ocupaba mucho de la zona centro, me ocupaba mucho de la periferia. Quería que no hubiera viviendas marginales en la ciudad de Madrid.

¿Es muy caro un proyecto olímpico?

Sí, es caro. Pero merece la pena. Pero más que caro, es mucho esfuerzo, mucho trabajo. Tienes que difundir la idea de Madrid por todo el mundo, tienes que hacer que Madrid resplandezca y eso cuesta más que dinero trabajo.

Saliendo un poco del proyecto olímpico. Su alcaldía coincide con unos tiempos en los que los clubes de fútbol tenían grupos ultras muy fuertes, ahora están algo más atemperados. Eso pude suponer un problema de orden público ¿cómo lo gestiona eso un alcalde?

En nuestra época, cuando era alcalde, tuvimos una alteración de orden público como consecuencia de la ETA. Madrid, desgraciadamente, fue un objetivo muy principal de ETA. Aquí murieron muchas personas importantes, como militares de alta graduación, generales. Fue un desastre. Recuerdo un día de mi cumpleaños, iba al ayuntamiento y me encontré con una explosión que había situada en la zona de detrás de lo que era la Primera Comandancia Militar de Madrid. Murieron seis militares. El orden público estaba alterado no por los delincuentes habituales, digamoslo así, sino como consecuencia de un problema político. Ese problema fue desapareciendo, afortunadamente. Pero Madrid siempre ha sido una ciudad con bastante buen orden público, a pesar de todo, tenemos un índice de criminalidad muy bajo con relación a las grandes ciudades del mundo. Por tanto, ese no era ningún inconveniente. Y a pesar de eso, en el examen que tuvimos en Singapur, entonces el príncipe de Mónaco planteó el tema del orden público en Madrid. Y se equivocó. No era el problema que teníamos.

Dolió mucho esa pregunta ¿Verdad?

Dolió porque no era verdad. Y además, procedía de una persona que no tenía por qué haber planteado ese tema.

Más o menos lo ha dicho ya, pero quiero preguntarle específicamente. ¿Madrid debería volver a optar a los Juegos Olímpicos?

Yo, personalmente, es una espina que tengo clavada. Yo creo que Madrid debería intentar ser Villa Olímpica.

Porque, supongo, queda un poco de frustración, la sensación de un fracaso, con tanto trabajo puesto en ello, ver que eso ya no existe ¿Verdad?

Sí, porque al final haces un esfuerzo tremendo, llegas con la ilusión y al final no es posible. Pero hay que admitirlo, así es la vida.