ALAIN OYARZUN

A la que fue joya de la corona de Zubieta le toca ahora el Rajasthan United de la India: "Me pusieron la etiqueta de mala cabeza y se queda de por vida"

Alain Oyarzun atiende la llamada de Relevo desde la India donde ha encontrado un lugar ajeno a las grandes expectativas que marcaron su carrera.

Alain Oyarzun posa con el Taj Mahal de fondo. /Relevo
Alain Oyarzun posa con el Taj Mahal de fondo. Relevo
José Luis Lorenzo

José Luis Lorenzo

No se le ha olvidado la bronca que le dio David Moyes en el descanso de un partido amistoso en Escocia en el transcurso de una pretemporada marcada por la dureza y por los arcaicos métodos empleados por el entrenador británico. Y ya han pasado diez años. "No me habían pegado tantos gritos en mi vida sin motivos, pero éramos los jóvenes y alguien se la tenía que comer", reconoce Alain Oyarzun (Irún, 1993), en su día joya de la corona de Zubieta y que, a sus 31 años, disfruta del fútbol en el Rajasthan United de la India. Con el campeonato hindú ya terminado, el que fuera jugador de la Real Sociedad entre otros muchos equipos, atiende la llamada de Relevo antes de emprender un periodo de vacaciones que aprovechará para conocer un poco más del continente asiático. Su intención es viajar, entre otros lugares, por Vietnam y conocer su cultura.

Solo lleva siete meses en Jaipur, la capital del estado de Rajastán, pero no se arrepiente ni un ápice de la decisión tomada y eso que el aterrizaje fue "muy duro" por la realidad que se encontró. "La verdad es que llevaba años que quería vivir una experiencia así. Me habían salido oportunidades, pero no es fácil dar el paso. Creo que esta llamada llegó en el momento perfecto, con una edad también que creo que era la adecuada. Además, en lo económico, es mejor de lo que ahora mismo me podía ofrecer la Primera RFEF y me apetecía hacer un cambio", reconoce el futbolista, "cansado" de la rutina que tenía en Irún y "ansioso" de emprender nuevos retos. "Ha sido un cambio muy grande, porque estamos acostumbrados a vivir muchas veces en casa y a tenerlo todo. Y sí que es verdad que, cuando llegué aquí, al principio fue muy duro. Fue un impacto que me costó un poco. Pero bueno, luego como todo, te acostumbras y la verdad que está siendo una experiencia muy positiva", valora.

A su llegada lo que más le impresionó fue la diferencia social existente. "Hay gente de muchísimo dinero, pero es que hay muchísima pobreza. Vas paseando por la ciudad y te das cuenta de la desigualdad que hay. Tampoco estás acostumbrado a ver vacas por la calle, por la carretera, pero bueno, al final, como te digo, te acostumbras", sostiene el futbolista, que agradece el trato recibido desde su llegada. "Nos tratan mucho mejor que al jugador local", destaca. La experiencia, de momento, está resultando "enriquecedora al 100%". Alain explica los motivos: "Venía sin saber cómo era este fútbol, cómo era esta liga, tenía un poco de miedo al salir de casa tan lejos, pero la verdad que contento, me ha sorprendido para bien todo en general", Encima ha mejorado su nivel de inglés. "No me quedado otra", reconoce entre risas el futbolista que agradece el hecho de que en el equipo haya futbolistas de habla hispana como son los casos del catalán Gerard Artigas, con el que compartió piso los primeros meses, del ecuatoriano Ronaldo Johnson o de los uruguayos Maicol Cabrera, Lucas Rodríguez o Mateo Caprile.

Con 31 años, echa la vista atrás en el tiempo, a su llegada a Zubieta y dice que lo que queda de aquel crio es su zurda. "Creo que no la he perdido", confirma. "Tampoco la ilusión", apostilla. "Alguna cana tengo, pero sigo siendo el mismo", deja entrever un futbolista cuyo nombre siempre estuvo en boca del entorno realzale como la gran esperanza de Zubieta, algo que, en su opinión, no le condicionó. "Presión no he sentido nunca. Yo sé que se hablaba mucho de mí, como se hablaba en ese momento de Pablo Hervías, porque éramos los jugadores que en el Sanse dimos mayor nivel, de los que más se esperaba, que es normal, pero presión no. Sí que es verdad que siempre te ha quedado esas ganas de recibir una oportunidad, pero bueno, yo juzgo a nadie. Estuve ahí, que yo creo que muchas veces lo difícil es quedarse, lo fácil es llegar, pero bueno lo viví siempre con muchísima ilusión", analiza el ex de la Real Sociedad.

Alain Oyarzun solo lleva siete meses en la India y ya luce el brazalete de capitán.  Relevo
Alain Oyarzun solo lleva siete meses en la India y ya luce el brazalete de capitán. Relevo

Precisamente eso, la falta de una oportunidad, es lo único que le achaca al equipo blanquiazul. "Cuando tú recibes una oportunidad y luego no cumples objetivos, ya te pueden juzgar. Es lo único que siempre me ha quedado esa espinita de tener una oportunidad y bueno, de poder demostrar", lamenta. Parecía, cuando formaba parte de la lista de expedicionarios para realizar aquella pretemporada con David Moyes como piloto de la nave blanquiazul, que había llegado su momento, pero nada más lejos de la realidad. "Venía de una temporada con el Sanse muy buena y yo me sentía muy bien, pero cuando llegas ahí, te das cuenta del nivel que hay. Yo sí me veía capacitado porque creo que, por mi tipo de fútbol y por los jugadores que podía haber alrededor, me facilitaba ese fútbol. Y por eso creo que podía haber tenido mi momento", reitera.

Oyarzun, entre un joven Oyarzabal y Ansotegi, en un 'once' de un partido de pretemporada en Escocia.  Getty Images
Oyarzun, entre un joven Oyarzabal y Ansotegi, en un 'once' de un partido de pretemporada en Escocia. Getty Images

Pero en su camino se topó, precisamente con Moyes, "un entrenador nada acorde al fútbol que yo podía demostrar", analiza. En este sentido, sostiene que "tanto a mí como a otros jugadores nos penalizó. Si hubiera llegado desde el principio Eusebio o si hubiera estado Imanol, creo que hubiera sido posiblemente diferente", verbaliza un futbolista que no se arrepiente "de nada" de lo realizado. No está de acuerdo con aquellos que consideran que su falta de cabeza le jugó una mala pasada pese a tener unas condiciones futbolísticas para enmarcar. "Yo creo que la cabeza no me ha fallado prácticamente nunca. Me ha podido fallar porque era un jugador más de ataque y podía relajarme un poco más en defensa. Pero como siempre he dicho, hay jugadores que te dan una cosa y otros te dan otra. Yo siempre he dicho lo mismo. Jugadores completos al 100% hay muy pocos. Entonces, cabeza creo que no me ha fallado nunca, la verdad. Siempre he tenido los pies en el suelo y gracias a la gente que he tenido alrededor también", aclara Oyarzun, como queriendo zanjar el debate, consciente de que le tocó tener a él ese sambenito: "La gente, muchas veces, no escucha o no habla con la persona adecuada, que en ese caso sería yo, y bueno, ya sabes, se va diciendo, se va diciendo, se va diciendo, y al final se hace una bola que eso ya se te queda de por vida", lamenta.

Alain Oyarzun no comparte la opinión de aquellos que decían que no trabajaba y la faltaba cabeza. Relevo

No fue ajeno a los rumores. "Siempre se ha dicho: 'No trabaja, no trabaja', pero yo he jugado siempre", se defiende. "Con todos los entrenadores que he tenido, menos en el momento del primer equipo, he jugado. No creo que el entrenador se esté tirando piedras sobre su tejado. Es lo que te he dicho antes, que un jugador te da una cosa y otro te da otra. Yo he jugado con con gente de mediocampo que a nivel defensivo es un diez, pero en el momento de la salida de balón es un cero, pero juegan porque te dan otras cosas que otros no te dan", analiza Oyarzun, que al echar la vista atrás no está del todo satisfecho por la manera en la que se ha desarrollado su carrera. porque "siempre creo que se puede hacer más". No se olvida tampoco de las dos graves lesiones sufridas "en momentos clave" de su carrera, aunque "son parte de fútbol". Pese a todo, "he seguido hacia adelante, posiblemente en niveles o equipos donde mucha gente esperaba que fuesen más altos, pero estoy orgulloso de mi carrera", considera, siendo consciente, eso sí, "de que podía haber sido una carrera diferente".

Siente "envidia sana", por ejemplo, de la carrera que ha protagonizado su mejor amigo dentro del fútbol como es Aritz Elustondo, con el que coincidió, precisamente, en aquella pretemporada realizada entre Austria y Escocia , también de las oportunidades que están teniendo los canteranos con Imanol Alguacil. "Yo lo que sentí que Moyes era un entrenador que no confiaba en mí. Y yo lo que esperaba y necesitaba era que me lo dijese a la cara. ¿Qué pasó? Justo dos semanas antes de que acabara el mercado, me llamó Asier Garitano para ir a Leganés, de Segunda División. Hablé con el club y les dije: 'Tengo 18 años y creo que es una oportunidad para mí increíble' .Además, yo sabía de la plantilla que había en la Real Sociedad y pensaba que lo mejor era salir y curtirme, pero Moyes dijo que no, que me quería el la plantilla", recuerda. Oyarzun se hizo ilusiones, pero muy pronto se dio cuenta de que se la habían jugado. "Estuve cinco meses en la grada y pasé de tener 10-12 equipos que me querían en agosto a que me llamara Terrazas para el Mirandés en el mercado de invierno. Ahí así que dije que esa oportunidad no la podía dejar escapar porque no me podía permitir el estar otros seis meses sin jugar y la verdad que salí y fue lo mejor que me pasó", agradece.

Alain Oyarzun habla de David Moyes. Relevo

La llegada de Eusebio pudo haber cambiado su situación en la Real, pero el de La Seca, por lo menos, "fue claro". Y se explica. "Me dijo: 'Creo que tienes mucho que dar' pero entendía que lo mejor era salir a Segunda. Venía de seis meses de no jugar y era difícil entrar en la rueda. Me dijo que si yo estaba de acuerdo, él no me iba a poner ninguna pega porque creía que era lo mejor para mí". Atrás quedaron meses de incomprensión y de estar a las órdenes de un entrenador que no le dio bola. "Fue difícil demostrar", se sincera.

Imanol Alguacil, su padre futbolístico

Desde la distancia, disfruta de la Real Sociedad de Imanol Alguacil, al que considera su "padre futbolístico". "Los tres años que estuve con él, la verdad que fue una relación increíble. Solemos hablar de vez en cuando y me alegro mucho. Los que coincidíamos con él abajo sabíamos que, si tenía la oportunidad. lo iba a hacer bien", asegura. A la hora de hablar del oriotarra destaca de él que es alguien "normal" que "solo piensa" en el club y en los jugadores y que "no está pendiente de los medios". Significa que "es un amigo" y que el hecho de haber sido futbolista le ayuda porque "entiende al jugador". Eso sí, "no te deja relajarte nunca y vive el fútbol y la Real como nadie". Además, ya sabe cómo se las gasta Alguacil y sus golpes en el pecho: "En invierno esos golpes venían bien, pero en verano, ¡madre mía!".

"Los tres años que estuve con él, la verdad que fue una relación increíble. Solemos hablar de vez en cuanto y me alegro mucho. Los que coincidíamos con él abajo sabíamos que, si tenía la oportunidad. lo iba a hacer bien"

Alain Oyarzun

Entiende el debate que se ha generado entorno a la continuidad del oriotarra "porque en el fútbol de élite, cuando los resultados no son favorables, siempre estás pendiente de un hilo". Pese a todo, cree que "es la persona idónea y no hay mejor entrenador que él". A partir de ahí, estima que "se ha ganado el derecho de hacer un equipo donde él exija y le puedan dar jugadores que él pide o que el club puede permitirse. Es un equipo que lleva peleando por Europa los últimos cinco años. Y al final tienes que tener una plantilla muy completa, que creo que la tienen, pero cuando vas a Europa... Ya vemos en los equipos en los que están Isak, Merino u Odegaard. Te jode que te quiten esos jugadores que pudiesen estar aquí porque ahora si se hubiera mantenido esa base, no te quiero ni contar lo que podría hacer la Real", advierte.

Oyarzun habla de la vida en la India. Relevo

«Aquí se hacen entradas que no he visto en ningún fútbol»

Después de su salida de la Real Sociedad llegaron las paradas en Miranda, Zaragoza, Numancia, Córdoba e Irún, pero nunca alcanzó el nivel que se le presuponía. Ávido de nuevos retos no dudó en aceptar la llamada del Rajasthan United, de la segunda división de fútbol hindú. "En el equipo que me ha tocado a mí, la verdad que presión como tal no hemos tenido. Sí que hay otros equipos más grandes que si hay mucha presión. Nuestro campo es nuevo, todavía está sin terminar. Solo hay una grada y no viene mucha gente, pero en otros campos meten todas las semanas 60.000 personas", destaca un Alain Oyarzun contento con su rendimiento, aunque aspira a algo más. Por eso está a la espera de ofertas. "Están muy contentos conmigo porque hemos jugado 20 partidos y he marcado ocho goles y otras tantas asistencias en un equipo que, al principio, no tenía expectativas de estar arriba y hemos quedado cuartos", en una competición en la que a un jugador de su calidad le dan "mucha caña". Es más, en su opinión, "aquí hay entradas que yo no he visto en ningún fútbol o sea unas hostias como panes. Es terrible", se sincera.